jueves, marzo 09, 2006

De cómo saber elegir copilotos.

Usted, querido lector, debe saber, seguramente, de qué voy a hablar en esta ocasión. ¿Cómo? ¿No lo sabe? ¡Pero qué vergüenza! Eso quiere decir que no estuvo siguiendo los comentarios de mi post anterior. La verdad, lo hubiera imaginado de cualquiera menos de usted. Hagamos algo, sí? Usted vaya, léalos, y yo lo espero acá... fingimos que no pasó nada y nadie tiene por qué enterarse.
¿Ya volvió?
No, no le dije que vaya a la heladera a buscarse un sanguchito!! Le dije que vaya... mmhh... ¿Mayonesa también? Qué rico...
Bueno, ya sabe de qué voy a hablar? Perfecto, estamos en sintonía!
Como conductor de automóviles, y dado el hecho de que llevo ya la grosera cantidad de 4 años con registro de conductor, he visto ir y venir distintas situaciones, todas originadas por el famoso "Me alcanzás?" que uno quiere, e implora evitar, pero a veces no lo logra. A veces se logra zafar utilizando el viejo recurso de "Pero yo agarro la General Paz derecho, eh"... lástima que a veces, también, nuestro futuro copiloto acepta incluso ese aventón, sin importar dónde lo dejemos. Y nosotros, que en realidad ni pensábamos tomar la Gral Paz, terminamos yéndonos a la concha del mono por bocones.
Sí, a veces zafamos y podemos viajar solos... pero a veces no. ¿Y qué ocurre cuando tenemos una indeseable compañía? Dos situaciones se nos presentan, usted sabrá cuál lo identifica mejor:
* Suerte la nuestra, que nuestro infortunado acompañante se le da bien para la charla, y encima tenía un paquete de Pepas con él, que, gustoso, convida con quien le da un aventón. El viaje transcurre entre mordiscos y charlas, y se suple, así, la falta de radio que, por boludos, dejamos arriba de la mesa antes de salir de casa. Además aprendemos data interesante, porque usualmente, los conversadores están llenos de datos inútiles pero que hacen que uno piense para adentro "Qué groso". La verdad, fue una suerte que este pobre desafortunado no haya tenido quién lo alcance. ¡Y encima iba para el mismo lado que nosotros, no tuvimos que desviarnos!
* ¿Vieron esos que hablan, y hablan, y hablan, pero nunca llegan a ningún lado? Bueno, casualmente esa persona nos tocó en compañía. Le tiramos mil direcciones distintas, cada una para un lado distinto, pero no hubo forma de zafar. Sin importar qué calle le tiráramos, el encontraba un colectivo que lo dejaba justito en la puerta. Sabiendo lo que se avecina, prendemos la radio fuerte esperando que, la incomodidad de alguien más hablando por parlantes, haga que nuestra compañía se calle. Pero esto, por supuesto, no ocurre, y él se pone a charlar como si la radio no existiese, logrando que, obviamente, tengamos que bajar el volumen para escucharlo y decir un "Ajá" cada 5 minutos, girar la cabeza hacia su lado cada 3 y decir un "Y sí" cuando lo creamos conveniente. No conforme con eso, una vez que llegamos a destino, paramos mal en doble fila, nos putean por todos lados, y el policía de la esquina nos mira mal, nuestro copiloto parece no avivarse que ya llegamos y sigue charlando, tanto dentro del auto, como fuera, asomado por la ventanilla que convenientemente bajó antes de salir, pero dejó levantada durante todo el viaje, haciendo que nos caguemos de calor.
Más aún, podríamos enunciar un tercer caso, corolario del segundo, donde nuestro acompañante no abre la boca en todo el viaje haciendo que, algo que uno creería que es reconfortante, resulta terriblemente incómodo, como cuando Elaine viajó con Puddy en avión y éste no quería leer nada, sino simplemente mirar hacia adelante.
Sí, loco, para entender mi blog van a tener que empezar a ver más Seinfeld, y qué?

lunes, marzo 06, 2006

De cómo añorar la salita verde

¿Huelen? Tomen aire, aspiren... ahora sí, ¿Huelen? Es el olor a comienzo de clases que se puede sentir en todo el ambiente. Junto a las primeras hojas de otoño, y esa maldita angustia de que todavía falta mucho para fin de año, el olor a comienzo de clases es lo que nos trae Marzo todos los años. Ya sea primaria, secundaria, terciaria, facultad, universidad, escuela nocturna o lo que sea, todos comienzan un nuevo ciclo lectivo (nunca supe de dónde viene "lectivo" pero todos sabemos qué significa, y lo aceptamos sin cuestionárnoslo). Y esta repartija de edades trae aparejada una gran variedad de reacciones hacia el comienzo de clases.
Pues bien, si aún somos unos niñacos de 6 a 12 años, estamos por empezar la primaria, esa etapa aterradora donde el jardín en el que solo jugábamos se alejó, y esa época de acné y desarrollo púbico está aguardándonos a la vuelta de la esquina. Como decía Miguelito, tenemos que pensar en "conocer nuevos amigos, el reencuentro con los viejos compañeros, la alegría de los recreos" y el maldito tiempo que costó encontrar esos tres argumentos de porquería. ¿Pero de qué nos quejamos? Si en la primaria solo aprendemos a hacer 1 + 1, a escribir "mi mamá me mima" y para la hora de la merienda estamos ya en casa viendo al Capitán Piluso y Coquito... o, bue, Pikachu para los nenes de ahora... (no, yo no veía a Piluso, eso tampoco es mi época).
Si, en cambio, nuestra edad roza los 13 y se codea con los 17, es a la secundaria a donde nos estamos por dirigir, y ahí la cosa cambia, porque la bolita y la mancha ya no son la alegría de los recreos. Ahora se vino el estallido, y la idea es fingir que uno es adulto cuando no lo es. Decir con orgullo "no sabés, me llevé geografía previa" creyendo que uno es más groso por saber menos cuando la verdadera joda es tener materias previas en la facultad, no en la secundaria (a menos que sean de esas escuelas grosas que no voy a nombrar, pero del cual conozco mucha gente).
Pero lo jodido es si ya pasamos los 17, y acá no puedo delimitar un rango de edad porque, y me baso incluso en mí mismo para decir que, en la facultad, se puede estar toda la vida. Esta sí es la época del "no llego con lo que tengo que estudiar!", "no pueden ser tan hijos de puta!", "el profesor me odia... te juro, me tiene bronca específicamente a mí!", y tantos otros...
Acá ya no somos los niños que jugaban en la hamaca... somos los hombres que juegan en la hamaca recordando las épocas donde éramos niños que jugaban en la hamaca.
Y parece que nuestra vida es una serie de Marzos que pasan y nos encuentran angustiosos, deseando que este maldito mes no llegue nunca, y esperando que se acabe de una maldita vez, preguntándonos, a diario, "Si hay meses con 30 días, otros con 28... ¿Por qué mierda Marzo tiene que tener 31?"

miércoles, marzo 01, 2006

Gracias por existir, Franz Ferdinand

Las palabras no sirven, no pueden describirlo... no se puede describir la euforia en su máximo nivel con algunas palabras, nadie va a poder entender realmente lo que fue si no lo vivió. Acabo de volver del recital de Franz Ferdinand y puedo jurar que jamás fui a un recital tan GROSO como este. Porque esa es la palabra que los describe, GROSOS. Estos tipos saben lo que hacen y presumen de cómo lo hacen, pero presumen de una forma respetable. Presumen sabiendo que nosotros los vamos a dejar presumir, que les vamos a decir "Mostrá lo que sabés". Y lo muestran.
Si yo tuviera que mencionar el punto cúlmine donde se ganaron el título de grosos, y creo que cualquiera que haya presenciado el recital me acompañará en esto, tiene que ser los más de 2 minutos de batería donde no uno, no dos sino tres personas tocaban la misma batería al mismo tiempo! Mientras Paul Thomson, el baterista, le daba con ganas y sin asco al redoblante (con una baqueta en una mano y una pandereta en la otra!), al mismo tiempo otro de los músicos le daba a los platillos, mientras un tercero hacía lo propio con un bombo. ¡Todos al mismo tiempo y en la misma batería, demostrando un increíble poder de sincronización!
Franz Ferdinand, lo acepto, tiene muchas canciones similares. A veces es dificil saber de qué canción se trata hasta que empieza, pero jamás en mi vida ví una banda que, aún así, logre que cada canción sea saltada y festejada como si fuera la primera. Aún habiendo pasado ahí más de una hora saltando, cada canción nueva me devolvía las ganas de saltar como si no lo hubiera hecho antes. Y es que eso tenía Franz Ferdinand que lo destacaba de cualquier otra banda que haya visto: Alex Kapranos, el cantante, era todo un showman... sabía entretener a la gente y evitar que se aburrieran. A cada rato nos incitaba a saltar, a gritar, a aplaudir... a movernos, bah...
Hasta el que no conocía las canciones no podía dejar de moverse, era un quilombo, pero un quilombo bueno, un quilombo medido, tranquilo, pero a la vez eufórico y descontrolado.
A todo esto, en mi caso al menos, la pasión y la euforia hicieron doblete, porque Franz Ferdinand, habiendo admitido que recibió una gran influencia musical de mis queridos Queen, demostró hoy, más que nunca, la veracidad de esta afirmación. Porque Alex Kapranos, que no comparte absolutamente ningún parecido físico con Freddie Mercury, tiene una pose, una forma de actuar y unos gestos que son idénticos a los que solía hacer Freddie cuando cantaba en vivo. Estar viéndolo a él, era estar viendo a Freddie animar a su gente. Cuando desafiaba al ritmo de Auf Achse diciendo "You see her, you can't touch her" parecía Freddie diciendo "I want to break free from your life, you're so self satisfied... I don't need you", así que imaginen, los que me conocen, la alegría que sentía yo en esos momentos.
Y cuando uno creía que no podía ser mejor, Alex se para frente al público, nos cuenta que el pobre Bob (el bajista) estaba deprimido, y que la siguiente canción lo animaba... ¿Para qué? En cuanto el primer acorde de Take me out sonó, el Luna Park, lleno hasta la médula, se estremeció en un grito desaforado. La gente saltaba tan alto que costaba ver el escenario... si no fuera porque yo saltaba al igual que ellos. Quien conoce el tema, sabe que, en cierto momento, la música para y la banda grita "Take me out!". ¿Pueden imaginar lo que fueron 4500 personas gritando con todas sus fuerzas esa simple frase en el momento exacto? No, claro que no pueden, tendrían que haber estado ahí para entenderlo.
Terminé agotado, afónico, sordo y chivado hasta la médula. Pero valió la pena... ahora que lo veo, sí, valió la pena...