sábado, julio 16, 2005

De cómo llegó Marita a mi vida (Capítulo II)

Marita había dejado de ser un simple encuentro para pasar a ocupar un lugar en mi vida. Un lugar ínfimo, comparado con el que ocupa gente como mi vieja, mi abuela o Johnny Tolengo, pero un lugar al fin. Los días pasaban, y esa confianza que suelo generar yo, estaba surtiendo efecto con la chica... poco a poco me empezaba a querer.
Un día, nació una propuesta interesante que tuvo más aceptación de la que imaginaba. La propuesta consistía en ir a ver una banda cover de Queen, llamada Rivendel, que a mí me encantaba. Ellos se presentaban en dos fechas distintas con una semana de diferencia, y yo quería asistir a ambas presentaciones, por lo que requerí la compañía de mi grupito, el cual incluía a Marita. Las respuestas fueron disímiles. Entre gente que no podía, gente que no quería quedarse al recital y gente que no estaba segura, Marita decía "Yo no tengo un sorete que hacer, contá conmigo".
El día llegó y me encontré con Marita varias horas antes que el resto de la banda se nos uniera. Esa ocasión resultó fundamental en nuestra relación, porque, hasta el momento, nunca habíamos tenido oportunidad de charlar a solas. Así fue como me enteré de la novela de su vida, del origen del famoso libro "¿Dónde está Wally?" y otras locuras que ella hacía en su juventud (por supuesto que la juventud se acaba en algún momento... ¡23 años, Marita!).
La confianza se fue acrecentando y ya empezábamos a unirnos en las ridiculeces, al punto tal de sentarnos en la fila para entrar al recital y empezar a decir incoherencias sobre nuestros hijos y nuestras mascotas. Dios mío, qué bajo caí...
Entonces, el día llegó... Marita habría de conocer mi hogar y la sede de mis locuras... dos cosas le causaron fuerte impacto... primero, la imponencia de verme a mí en bermuda, siempre impresiona a cualquiera... al entrar en mi habitación se encontró con lo que menos esperaba: Un muñeco de Piñón Fijo... y ese fue el segundo impacto (obvio que a mí no me sale tan gracioso como a Les Luthiers, ¿Qué esperan de mí?).
Pero si hay un recuerdo que Marita se llevó de mi hogar, ha de ser el improvisado cenicero que se armó con el aún más improvisado deseo de fumar en una casa en la que le dije específicamente que nadie fuma. Pero como a Marita no le podés negar nada cuando pone su voz de víctima, se dio el gusto de fumar. Y para apagar las cenizas, agarró unas cuantas cáscaras de mandarina que encontró mientras revisaba mi basura en busca de algo que me incrimine. Desde entonces las cáscaras se conviertieron en clásico, y me aseguré de tener siempre alguna mandarina a mano cuando supiera que ella vendría a visitarme.
En próximas ediciones escucharemos del chiste sobre mi religión que rompió el límite hacia la confianza extrema. Además, nos enteraremos de la salida al cine que terminó en catástrofe y por fin sabremos la verdad del tan mencionado viaje hacia el viejo continente donde reside actualmente. No se pierdan el próximo capítulo, en algún momento, a la misma bati-hora por el mismo bati-blog.

Continuará...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy interesante esta historia.. se nota de lejos que Marita está practicamente enamorada de vos, lex...

CHE! he abierto my own forum!!! www.argox.com.ar es la dirección!!! jojojoojjoo! Hay un juego de preguntas y respuestas sobre los Simpson que a lexiquín le va a interesar mucho :D!!! iujujui! Registrense!!!

Es la úlima vez que hago spam, lo prometo.

Cosme Fulanito dijo...

¿Otro más? Todo el mundo abre foros ahora? Primero el de pH, ahora el tuyo... qué gente al pedo, señores... y lo digo yo, eh!

Anónimo dijo...

Qué decepción Pablito, un monólogo tan largo y la única mención que se me hace es en la palabra "grupito", y encima no está en negrita... Terrible lo tuyo...

Anónimo dijo...

Ahora, qué hago yo firmando tu blog un domingo a las 7 de la mañana, no tiene respuesta...

Cosme Fulanito dijo...

Seguramente te sigue el pedo de tu fiesta de anoche... es la única forma en que me podés firmar el blog: borracho...

Marita dijo...

Me había olvidado de Piñoncito! ¿Como anda? ¿Lo estás cuidando bien? Seguro que lo estás maltratando igual que a mi hebilla...
Ah, y quiero desmentir eso de "... poco a poco me empezaba a querer." Yo ni te quise, ni te quiero, ni te voy a querer, nunca, jamás, jamás, jamás...

Cosme Fulanito dijo...

Anda bárbaro Piñoncito... brilla con su fulgor en la cima de la habitación (literalmente, está arriba del parlante, cual quinceañera borracha en Retro). Y tu hebilla también sigue bien, sobreviviendo como puede junto al dibujito que yo NO perdí... (ni me robaron)
Ah, y me querés, no lo niegues más...