jueves, diciembre 27, 2007

De cómo reinterpretar la vida escrita (fua, qué título!)

Ea! Estoy vivo!
El otro día iba caminando con Vir por la calle, y me surgió una duda muy elocuente (para que "él lo cuente")... una duda loable (para que él "lo hable"). Bueno, me voy a dejar de afanar chistes de Les Luthiers y voy a ir al grano.
No me acuerdo bien ahora a qué vino, pero en concreto, surgió una interrogante sobre la forma en que están escritos los carteles en la vía pública (la calle, o sea)... y era la misma forma en que se escriben todos los carteles... el lenguaje formal y respetuoso, las palabras complicadas. De ahí me surgió la incógnita... cómo serían los carteles si estuvieran escritos en un lenguaje un poco más coloquial y "de barrio"?
Por ejemplo, si en vez de "Acceso cerrado. Estamos trabajando para usted" dijera "Por acá no, papi, estamos laburando... a la vuelta tenés otra entrada, fijate por ahí".
Eso evitaría cualquier tipo de ambigüedad que pudiera surgir (cada vez que uso una palabra con diéresis en mi blog me siento culto y realizado), y nos ayudaría a entender mejor la situación, además de causarnos gracia.

He aquí, en primicia exclusiva, el nuevo servicio a la comunidad que ofrece "De la vida, y todo lo demás"... al mejor estilo Revista Mad, les ofrecemos:
Lo que dirían los carteles si hablaran como nosotros

En lugar de...
Prohibido el paso. Solo personal autorizado
Podría decir...
¿A dónde vas? No, flaco, vos acá no entrás. Tenés que ser VIP, viste?

En lugar de...
Prohibido fijar carteles
Podría decir...
Ese cartel que estás por poner, metételo en el culo
Aunque también, para evitar ambigüedades, podría decir...
¿Qué mirás? No se pueden mirar carteles acá

En lugar de...
Acceso a Lugones cerrado
Podría decir...
Agarrar por Lugones es de putos

En lugar de...
Hoy no se fía, mañana sí
Podría decir...
Hoy no se fía, mañana sí (entendés, no? Porque cuando vengas mañana el cartel va a decir lo mismo, y así ad-infinitum)

En lugar de...
Error 404 - La página que ha solicitado no se encuentra
Podría decir...
Uia? Te juro que estaba acá, boludo! Pará... lo escribiste bien, vos?

En lugar de...
La página que va a visitar no es segura. ¿Desea continuar?
Podría decir...
Che, me da cagazo entrar...

Me acordé, todo surgió porque ella me dijo que en la caja de su celular decía "Cosas que vienen con el celular" y yo le dije que no podía ser, que a lo sumo diría "Incluye:" y una lista de ítems. De ahí surgió la idea de que sería más didáctico que dijera, literalmente, "Cosas que vienen con el celular".

viernes, noviembre 16, 2007

De cómo salvarse de la muerte

En cualquier película o serie de televisión, cuando un personaje está agonizando y en su lecho de muerte, uno de dos hechos ocurren con seguridad:
1.- Su muerte ocurre en el preciso momento en que está por revelar información confidencial, pero no antes, al anunciar que dirá algo importante... es decir, por ejemplo, muere al decir "El asesino es..." pero no antes, al aclarar que está a punto de revelar el nombre del asesino.
2.- Su muerte ocurre exactamente después de terminar una frase de despedida... por ejemplo "Mi hora ha llegado, hijo, yo lo sé, no tiene sentido evitarlo. Quiero que cuides a tu hermana y que honres siempre tu apellido. No sigas el sendero del mal y apártate del pecado que puede condenar tu vida. Ahora ya debo dejarte, hijo, recuerda que siempre te amaré.". Una vez dicho esto, el personaje muere.

Esto me lleva a las siguientes conclusiones, de acuerdo a los casos mencionados:
1.- Si uno quiere tener una vida plena y nunca morir, simplemente jamás anuncie que está a punto de revelar información importante. O bien guárdese dicha información, o bien dígala sin anunciarlo, tipo, algo así: "Fernando... sí, Fernando... ése es el asesino". Vio cómo funciona? Primero dice el nombre, y luego dice quién es... porque si primero dice quién es la persona a revelar, nunca llegará a decir su nombre.
2.- Si uno quiere tener una vida plena y nunca morir, jamás deje de despedirse. La muerte no tiene apuro alguno, lo va a dejar a usted decir absolutamente todo lo que tenga para decirle a un ser querido, sin interrumpirlo... nunca va a ocurrir una situación como "Hijo, quiero que cuides a tu...". No, si usted quiere dar una despedida entera, así lleve 10 minutos, la muerte no lo interrumpirá. Entonces, para asegurar su vida, empiece a hablar... si tiene suerte, para cuando llegue a la parte de "Y cuida a Skippy, el renacuajo mascota, y a Flopy, el mandril, y a Randy el elefante", la muerte se haya cansado de esperar y se haya ido a buscar otra alma.

Pruébelo... si logra sobrevivir, puede agradecérmelo, sino, va a estar muerto como para echarme la culpa...

martes, octubre 23, 2007

Me verás volver

No se asusten, amigos lectores... que no cunda el pánico ni panda el cúnico... Soda Stereo me importa un sorete... pero esa frase está pegando mucho hoy en día, y eso se refleja en los buscadores... esta página va a tener ahora el triple de visitas porque puse un post con título "Me verás volver" y nombré a Soda Stereo en negrita en el medio.

Cuestiones de marketing...

Y para usted, querido lector que llegó aquí gracias a mis inacabables recursos publicitarios, quédese complacido porque está en el lugar correcto... recorra el blog, maravíllese ante mis historias de vida, aprenda con mis cuentos prohibidos para menores y sepa quién es Marita (sí, Marita también la re pega en los buscadores).

Y para usted, querido lector que vienes asiduamente y ya conoces de mis historias locas... gracias por volver. Con la presentación de este post, obtienes un 10% de descuento en Musimundo y Yenny para comprar "Los Parchis atacan de nuevo", edición de lujo con dos DVDs y un poster de Jorge Rossi.

Promoción no combinable con otras promociones. Bases y condiciones en www.losparchisyjorgerossiatacantupc.com. Ante cualquier duda consulte a su médico.

domingo, octubre 14, 2007

De cómo tener ideas estúpidas (no, las mías no)

Yo sé que ya hablé una vez de esto, pero... bueno, no hay muchas ideas en mi cabeza, así que es esto o nada...
Me surgió el pensamiento el otro día, cuando ví esta propaganda de Halls.
Trato de imaginar cómo fue que pasó algo así... o sea, cómo fue que, en una agencia de publicidad, alguien dijo "Ya sé! Ponemos un chabón con cara de mogólico, no? Le damos un Halls y al ponérselo en la boca empieza a hacer ruido como de batería... tipo... viste el tipo este Miguelius? Bueno, como eso"...
Ojalá fuera eso nomás lo que me sorprende... no... lo que me asusta realmente, es que alguien, a eso, le dijo "Me gusta la idea! Hagámoslo!".
Y esto se aplica a cualquier cosa... siempre me pregunté cómo fue que surgieron ciertas cosas que uno las ve y dice "Esto no puede surgir de la mente de nadie que esté en su sano juicio", como las fotos de los famosos durante las elecciones de jefe de gobierno, diciendo "Yo voto a Filmus porque tengo convicciones". No, eso no es creatividad ni publicidad, eso es simplemente algo idiota...
Y como este ejemplo hay miles... o sea, ví una propaganda de no sé qué producto de limpieza, que hace el típico "desafío de la blancura" pero con Anita Martinez reemplazando a Gianola (lo cual tiene perfecto sentido).
Yo no entiendo eso... o sea... no el desafío en sí, sino que todo el mundo sabe que esos desafíos no son reales. Sin embargo, alguna loca agencia de publicidad sugirió hacer eso para promocionar el producto, realmente confiando en que nosotros vamos a tener más ganas de probar dicho producto porque a Juanita Perez le dejó la media blanca... ¡Y los dueños de la marca compraron el comercial pensando que los beneficiaría!
Que vuelva la llama que llama... eso era creatividad...
Ah, y ya que estamos... ¿Por qué Activia le dice "tránsito lento" al "no puedo cagar"?
Conversación imaginaria entre dos mujeres... digamos... Flavia y Candela.
Flavia: ¿Qué te pasa? Te veo con malestar...
Cande: Sí, últimamente estoy con ciertos problemas de salud...
Flavia: Uh, pobre... qué te paso? Gripe?
Cande: No, tengo el tránsito lento...
Flavia: Eh... y si probás con el pase de peaje automático?
Cande: No, boluda, en mi cuerpo digo, tengo el tránsito lento...
Flavia: Y eso qué significa?
Cande: Que no puedo cagar
Flavia: Ahhh.... qué cagada.
Cande: Estúpida.

Imaginen a Cande diciendo eso último con esta cara:

domingo, septiembre 09, 2007

De cómo arruinarle la vida a un enemigo volantero.

¿Esa persona que tanto detesta está encaminándose en la vida? ¿Acaba de conseguir su primer trabajo de volantero y usted simplemente no lo puede soportar? Siga estos 3 sencillos pasos y arruínele la vida por completo, causándole el despido (sin indemnización), la humillación frente a su patrón (y quizás sus padres) y el posible quebranto económico que puede causarle traumas en su vida adulta:
1.- Apréndase la ruta de la víctima en cuestión y, meticulósamente, revise las puertas por las que deja los volantes.
2.- Deje pasar un tiempo prudencial (léase, una hora por ejemplo), y recorra esa misma ruta recolectando cada volante dejado por la víctima. Si usted vive en un edificio, la mitad de su trabajo está hecha.
3.- Preséntese ante el local publicitado en el volante, con una pila de, por lo menos, 50 volantes. Exija hablar con el dueño, entréguele los volantes en la mano y dígale "Me parece que tu pibe no hace bien su laburo, eh... hoy me dejó todos estos volantes tirados en la puerta de mi casa!".
El resultado es inmediato. El patrón se rehusará a escuchar razones, temeroso de perder su fiel clientela (funciona mejor si usted es asiduo del local publicitado).
Las consecuencias son devastadoras como eficaces. El pobre muchacho víctima intentará resarcirse sin éxito, y la humillación posterior puede ser realmente escalofríante.
Si por casualidad esto no funciona, basta con repetir la fórmula nuevamente, pero dejando pasar, al menos, una semana de diferencia.

¡Felicitaciones! ¡Usted es ahora una basura de persona!

miércoles, septiembre 05, 2007

De cómo ser feliz con poco.

No voy a decir nada, la foto habla por sí sola.



De izquierda a derecha, y de arriba a abajo:
Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich, Jorge Maronna, Carlos Lopez Puccio, Carlos Nuñez Cortés y Ernesto Acher.

Señoras y señores... Les Luthiers.

(y un servidor, pero eso no importa)

martes, agosto 07, 2007

De cómo narrar fábulas fabulosas.

Cierto día, caminaba por el bosque un alegre duendecillo, que cantaba una simpática canción: "Cada vez que te miro se me para, cada vez que te miro se me para... mi corazón! Se me para, mi corazón!".
El duendecillo, ocupado en sus propios asuntos, no vio a su amiguito Dante, el elefante traficante, que venía por el otro lado.
- Hey, duendecillo - dijo Dante - no me viste pasar a tu lado?
- Disculpa, amigo Dante, es que iba distraído pensando en mi alegría y mi bienestar.
- Eso es medio egoísta, pero te lo perdono porque eres mi amigo.
Dante y el duendecillo se conocían desde hace mucho tiempo. Juntos solían ir a ver a Olimpo jugar todos los sábados, previo asadete en lo de Ernesto Jaime Liemut, el mamut que, si bien gozaba de un paladar exquisito, por alguna razón adoraba el gusto del chucrut.
Se sentaron, en esa bella tarde de Febrero, a charlar de la vida, y todo lo demás (guiño cómplice), y se propusieron contarse algunas fábulas sobre sus amiguitos animales para pasar el rato. Y comenzó Dante con la siguiente historia:

La cigarra y la hormiga
En un bosque encantado (mucho gusto), vivía una hormiguita que, durante todo el verano, no hacía más que juntar más y más comida para llevar a su hogar.
Una cigarra, que vivía al lado y le afanaba el cable sin que la hormiga lo supiera, veía a su vecina juntar comida y se mofaba de ella.
- Ja ja ja - decía la cigarra con sorna - no ves que todavía estamos en verano, papá? Dejá de juntar comida que abrieron un McDonald's acá al lado... andá a la cucha que la bruja te espera y no te preocupes más.
Pero la hormiga, indiferente a sus burlas, solo atinaba a contestar:
- Tú ríete, cigarra, pero veremos quién ríe luego en invierno, cuando McDonald's no pase el control de salubridad y los chinos cierren para irse a Bariloche. Entonces me vas a rogar que te dé aunque sea un pure Maggi y yo voy a decir "ESSSSSTA".
Los meses pasaron, el invierno llegó, y McDonald's, tal como lo vaticinó la hormiga, cerró porque no pasó el control de salubridad... lo cual era esperable, porque la cigarra le batió el dato a todos sus amigos y en un santiamén el local estaba lleno de ratas, cucarachas, escarabajos, moscas, legumbres, luciérnagas, lombrices, Carlos Mata, caracoles, rayos y centellas, el zorro, el Sargento García, Charly García, Pichuqui Mendizabal y la Tota Marquez, que no es la Tota Santillán, a no confundir.
La cigarra, pues, muerta de hambre, golpeó la puerta de la hormiga, quien, ajena a todo, escuchaba una alegre canción: "En esta puta ciudad, todo se incendia y se va... matan a pobres corazones".
Como no respondía, golpeó más fuerte... pero la hormiga no escuchaba.
Entonces sopló, y sopló, y sopló, y estaba por tirar la puerta abajo cuando apareció el lobo y le cobró derechos de autor. Como la cigarra no tenía un centavo partido al medio, el lobo la aplastó, la cigarra murió, la hormiga nunca se enteró y la farolera tropezó, y en la calle se cayó.
Moraleja: Si alguna vez ves a una hormiga juntando comida para el invierno, no vayas a McDonald's.

El duendecillo quedó medio impactado por la violencia de la historia de Dante. La moraleja le llegó muy de cerca, y con un poco de repulsión todavía en su mente, se terminó su McCombo con papas medianas y respondió con su propio relato.

El zorro y las uvas
Era éste un prado poblado de arboleda y florecillas de todos los colores del arco iris... excepto violeta, porque... bueno, no había flores violetas en este prado.
En este prado feliz apareció un dia un zorro, que lavaba su ropa con Skip Ultra porque no le gustaban las situaciones trilladas. También veía McGyver los sábados a la tarde por Canal 13, usaba Opera para navegar por internet y veía Sony por la tele. Es increíble lo usado que es este animal para las marcas de productos...
El zorro caminaba sin preocupaciones, cantando una dulce melodía: "Mierda... el mamut se hizo mierda...". Se ve que el zorro no era muy amigo de Ernesto Jaime Liemut.
Llego entonces, el zorro, al pie de un árbol muy muy alto, donde pudo observar unas jugosas uvas que colgaban de una rama.
Sabido amante del vino, el zorro quiso recoger esas uvas para, en su viñedo, poder elaborar el más exquisito vino de toda la comarca. El zorro, catador innato, de paladar refinado, y buen beber, tuvo su primer contacto con el vino una tarde de Abril, cuando su madre, alcohólica empedernida... perdón, empedada, le dijo "Tomá esto, nene, es jarabe".
Claro que no era jarabe ese elixir... era... bueno, vino, o sea, creo que se sobre-entendía a esta altura, no?
El zorro no pudo más que adorar ese sabor, y jurar elaborar, con sus propias patas, el más exquisito vino que jamás existiera.
Y bueno, entonces así fue que vio estas uvas que decía, no?
En fin... el zorro quería agarrar las uvas, mas no llegaba dado que estaban muy altas.
Ofuscado, dijo: "Saltaré y saltaré, y las uvas agarraré". Y ahí volvió a aparecer el lobo reclamando derechos de autor porque dice que la frase es bastante parecida a su "Soplaré y soplaré", pero el zorro le dijo que, con ese criterio, vaya a cobrarle al autor de "Volare" que ahí es donde estaba la papota, y zafó de la multa.
Entonces, el zorro volvió a intentar agarrar las uvas, mas no llegaba de ninguna manera. Hasta que se le ocurrió una idea sublime: Usar una escalera.
Fue hasta su casa, agarró la escalerita que se había comprado en Sprayette, esa que tiene 12 posiciones distintas y te sirve para cambiar una lamparita cuando con un simple banquito también podés hacerlo y no tenés que hacer tanto quilombo; y fue de nuevo en busca de esas uvas.
Se alzó hacia el cielo diáfano, tratando de alcanzar su objetivo, estiró su brazo y agarró las uvas. Después se las morfó en el camino porque era medio boludo este zorro.
Moraleja: Si vas a decir algo, que no rime con "Soplaré y soplaré" porque el lobo tiene un buen abogado.

Dante quedó satisfecho con la historia de su amigo, y le dijo, con cierta pena, que tendrían que separarse dado que estaba llegando tarde a su casa para ver Futbol de Primera.
Así, pues, Dante y el duendecillo se fueron, cada uno por su lado, hacia su hogar. Dante iba cantando una hermosa sinfonía: "Son como tres, son como seis, hablan pavadas nomás...", y el duendecillo... bueno, el duendecillo tenía un iPod.

Y así culmina esta bella historia dedicada a quien hoy cumple medio siglo de vida... Marita Giselle. Ella misma, su esencia toda, es una enseñanza, una moraleja. Y la moraleja de Marita es:
Si vas a escribir un post para saludarla por el cumpleaños, tenés que incluir a un mamut llamado Ernesto.

¡Feliz cumpleaños!

viernes, julio 20, 2007

jueves, junio 07, 2007

De cómo respetar la autoridad, y cómo no hacerlo.

Ya hablé una vez de la Guardia Urbana, pero voy a volver a mencionarlos (mal que les pese a los que no vivan en la Capital Federal... es decir... sí, vos) porque el otro día me sobrevino un pensamiento muy curioso sobre estos muchachos.
Hace ya unos cuantos meses que el gobierno les dio el "poder" de labrar infracciones ante cualquier falta acometida... es decir, te pueden hacer la boleta. ¿A qué voy con esto?
Todos sabemos que la Guardia Urbana no sirve para nada, que es al pedo y todo eso... pero también sabemos que, indefectiblemente, en una esquina populosa (y tan solo una de las cuatro esquinas) vamos a encontrar a tres o cuatro Guardias reunidos, y tocando el silbatito o parándose en medio de la calle para "ordenar el tránsito", y con comillas exageradas, si fuera esto posible. Sin embargo, a pesar de esto (y muy a pesar), esta gente que te molesta y te remarca cuando te paraste en la senda peatonal, tiene la capacidad de multarte por tal acto... es decir... tenés que tratarlo con respeto. Y a esto me dirijo...
Yo, como tantos otros que pululan por acá, no le tengo mucha confianza a la policía federal. No sé, algo me dice que entre los oficiales del orden existe la tentativa de corrupción... no quiero pensar eso de nuestro bienamado brazo de la ley, pero me parece que es así (sarcasmo x 3000). Sin embargo, a pesar de eso al policía lo trato con respeto y no me sorprende ni me suena raro. Yo a un policía lo trato de usted, si me para y me pide documentos se los entrego sin problema y si me pregunta "Cómo podemos arreglar esto" le ofrezco un 20.
Pero a la Guardia Urbana no... no sé por qué... los miro y como que no los respeto... ¿No le pasa? Sabe que tiene que respetarlos porque, después de todo, tienen la autoridad para denunciar una falta, pero aún así me da no sé qué... yo siento que si un Guardia Urbana me para y me dice de hacerme la multa, yo le voy a decir "Y si no quiero qué?" y lo voy a patotear hasta que se ponga a llorar... esa es la sensación que me dan. Está mal, pero usted tiene la misma sensación y lo sé.
¿Cómo pretendemos que un servicio a la comunidad sea efectivo si no le podemos siquiera tener respeto?
Es por esto que la propuesta de Cherazny es interesante. Tener a patovicas como Guardia Urbana puede ser terrible para todo ciudadano... pero ahí sí que no me hago el poronga ni en pedo.

Y por las dudas, para futuros comentarios que sé que vendrán, voy a aclarar que NO voté a Cherazny, que no lo considero un buen candidato, y que por más prometedor que suene lo de sexo, droga, porro y rock'n roll, no voy a confiar mi ciudad a ese hombre.
Esta aclaración viene por el hecho de que me llegan mails con comentarios que postean en antiquísimas entradas al blog, que ya nadie lee, y donde me putean de arriba a abajo por alguna opinión que haya emitido en joda. Sí, hay gente que todavía se ofende por lo que escribí hace un año... a ellos les digo: "Chúpenla"

jueves, mayo 10, 2007

De cómo ser un acomplejado edípico (Parte II)

Nueve meses pasaron, nueve meses de pura tortura para el pobre Cayo, que cumplía cada demanda de su mujer sin ni una queja.
Finalmente, un 12 de Abril, Yocasta dio a luz a un hermoso bebé de 1,800 kg. Decidieron llamarlo Edipo por un tío que tenían... que se llama Osvaldo. Pero Osvaldo siempre decía "El día que yo tenga un sobrino me gustaría que se llamara Edipo, por un bisabuelo mío... que se llamaba Manuel". Pero Manuel siempre decía "El día que yo tengo un bisnieto, y éste tenga un sobrino, me gustaría que se llamara Edipo, por una nieta mía... que se llamaba Yolanda." Pero Yolanda siempre decía "El día que yo tenga un abuelo, y éste tenga un bisnieto, y éste tenga un sobrino, me gustaría que se llamara Edipo, por un sobrino nieto mío... que es casualmente el bebé en cuestión". Y se llamó Edipo entonces.
Recordando las palabras de Dorita, Cayo decidió dar muerte al infante apenas nació, y para ello mandó a buscar a un siervo al que llamaban Bambi. A éste, pues, le dijo "Mi hijo, sangre de mi sangre, ha de sufrir la más tormentosa de las muertes". Bambi, nunca lento y siempre ambicioso, le replicó "¿Por cuánto, su majestad?"... mas Cayo, tacaño como pocos, pensó un poco y retrucó "Por cuanto mi nombre es Cayo, rey de los Egipcios y tú eres mi fiel siervo". Bambi lo miró y le dijo "Sí, mi señor", murmurando por lo bajo "Rata".
Cayo volvió a enunciar "Y como prueba del cohecho, me traerás su corazón latente". Bambi lo miró y dijo "Ehhh... pero cómo va a estar latente si te descuartizo al pibe?". Cayo calló. Bambi bamví.
Llegado al bosque, Bambi recordó una anécdota trágica de su infancia, donde su madre muere en manos de un cazador, y no queriendo ser él mismo calaña de su calaña, decidió perdonar la vida del joven, y dejarlo librado a su suerte... a la del pibe, o sea.
Y sí que tuvo suerte, porque un rey se lo encontró cuando salió al desierto a buscar bebés abandonados como hacía todos los martes. Adoptó al joven y éste creció sanamente y en familia.
Cierto día Edipo fue encomendado de ir a comprar unos bizcochitos de grasa para el mate en el supermercado de los chinos. Y allí se encontró con Dora que, al parecer, todavía no se decidía si comprar salsa de tomates con C o con K. Dora le advirtió que él mataría a su padre y se casaría con su madre... y en medio de la juerga además se voltearía a una prima. Edipo, asustado, abandonó el lugar... y caminando distraído por la calle, se cruzó con Cayo. Aprovechando el encuentro, y sin saber que estaba frente a su padre biológico, Edipo le preguntó a Cayo si sabía dónde quedaba la calle Julián Alvarez. Ante la negativa del hombre, Edipo mató a Cayo de un golpe... y le robó la Guia T.
De camino a su hogar, se encontró con Felipe Esfinge. Al verlo, Felipe le dijo "Edipo!!! Qué hacés, nene? Cómo va todo?"... sin darle tiempo a contestar, Felipe continuó, inperturbable, "Escuchate este, no sé si lo conocés... redondo, redondo, barril sin fondo, qué es?".
Edipo estaba habituado a las adivinanzas de Felipe, que, si somos honestos, eran cada día más pelotudas. Con paciencia de oro le contesta "El anillo".
Felipe lo mira... estudia su libro 1001 adivinanzas para entretener a sus amigos... lo vuelve a mirar... no lo comprende. Edipo había adivinado su acertijo. Felipe no soporta la presión y empieza a gritar descontrolado. Edipo lo mata. La gente lo aplaude... por fin se libraron del insoportable de Felipe.
Edipo es, entonces, nombrado Rey. Y como tal, se casa con la Reina, Yocasta.
Los años transcurren felices entre el matrimonio que, por cierto, ya tuvo hijos.
Un buen día, 22 de Marzo para ser exactos, Edipo estaba comiendo un chori cuando de repente se dijo a sí mismo "Hey... pero qué le pasó al rey que estaba antes que yo?". Su mujer le dijo que lo habían matado brutalmente en la calle. Edipo siguió comiendo su chori.
Cierta mañana de Abril, Yocasta le contó a Edipo que con su ex habían tenido un hijo, pero que fue adoptado por Madonna y nunca lo volvieron a ver. Con esos datos inexactos, Edipo se dio cuenta al instante de que se refería a él mismo, y como dos semanas después cayó en la cuenta de que se había casado con su vieja. No lo pudo soportar. Al enterarse de tal noticia hizo lo que todo hombre razonable haría: Se clavó unos tenedores en los ojos.
Huyó, pues, de su tierra, y jamás se volvió a saber de él hasta la semana pasada, que salió en Crónica un titular que rezaba "Masacre en Flores. Mueren dos hombres y un Edipo".

viernes, abril 20, 2007

De cómo ser un acomplejado edípico (Parte I)

Tenía escrito algo para publicar pero era tan pero tan carente de gracia, que me pareció casi vergonzoso darlo a conocer... y como sabemos que yo tengo una reputación que mantener (pensaste que iba a acotar algo gracioso?), me voy a ahorrar la humillación y en su lugar voy a inventar un cuento, que sabemos que con eso se zafa y a Marita le gusta... sí, a Marita dije... porque nadie más lee este blog, acéptenlo (o mejor dicho, aceptalo)! Y si vos (quien quiera que seas) sí lo lees, te va a gustar esta historia... y si no te gusta... eh... perdón.


Esta es una bonita página que he dado en titular:
Edipo Rey de Copas.

Erase que se era en una bella y lejana colonia egipcia, un joven de gran porte y riguroso frac: Cayo, rey de los Egipcios. Cayo, mujeriego incurable y fanático desaforado de la gran academia Racing Club, vivía en el palacio real con su mujer Mirta, quien haya sido precedida por su reputación que, como diría Arjona, eran las primeras seis letras de esa palabra (también era las primeras siete letras de "retrola" y las primeras veinte de "una puta de aquellas"... y sí, son veinte con espacios, no hagas la cuenta). Debido a tal reconocimiento, ella, de aspecto puro y maternal, defendía las injurias expedidas a su nombre con su expresión que era ya clásica: "Yo, casta"... dicha frase le valió el apodo, por supuesto, de Yocasta.
Cayo y Yocasta eran felices en la antigua Babilonia. Y en Egipto también... tenían una casa de fin de semana. Pasaban sus tardes con sus pajes, con sus cortesanos y bufones... y jugando a la Casita Robada.
Un día, Cayo dijo "Negra, esta noche puedo mandar al Torino por colectora?", y Yocasta le dijo "Pero vos estás mamado? La colectora está cerrada por reparaciones... o agarrás por autopista, o nada... ah, y mirá que por autopista hay peaje, eh!". Y no le quedó otra, agarró por autopista... y de esa gran metáfora automovilística, Yocasta quedó con un bombo que hizo que no puedan volver a llamarla así nunca más.
En una de esas noches de antojo, Mirta quiso comer chauchas a la pomarola... eran las 3 de la matina y Cayo realmente no tenía muchas ganas de ir a los chinos a esa hora (ah sí, en esa época los chinos abrían todo el día). Pero bue, ella vino con la típica de "Vos querés que el nene me salga baboso, deforme?" y cómo le discutís eso a tu mujer?
Así que se fue a los chinos a comprar las chauchas.
Llegado al recinto, se encontró con una amiga, Dora Culo a quien jodían todo el tiempo porque... ¿Quién puede llamarse Dora?
Resulta que Dorita era así como vidente... no, perdón, como Vicente, el kiosquero de la esquina. Vicente tenía siempre la fija... si te decía "Jugale al 32" salía el 32... si te decía "Jugale al 75" salía el 75, y si te decía que era carnaval, apretabas el pomo.
Dorita también... si te decía que mañana llovía, vos llevabas paraguas. Y bueno, Dorita le dijo a Cayo que su pibe le iba a salir medio retovado. Que en la primera de cambio le iba a clavar el Tramontina en los góbelins.
Cayo desconfiaba un poco, pero Dorita ponía tanto énfasis en detallar el espectáculo, que salió medio impresionado. Así que decidió que, apenas naciera el pibe, lo mandaría a matar y diría que se lo adoptó Madonna.

¿Qué ocurrió con el niño una vez que nació? ¿Pudo concretar su malevo plan Cayo? ¿Dorita habría dicho la verdad? ¿Mirta pudo comer sus chauchas? ¿Es verdad que si una mina que está re fuerte te ofrece sexo gratis es en realidad para drogarte, dejarte desnudo en una bañera con hielo y robarte tus riñones, pero al fin y al cabo eso te chupa un huevo porque no es nada que una operación no solucione, pero a cambio tuviste el mejor sexo de tu vida y podés presumírselo a los muchachos?

Todo esto y mucho más, en una próxima edición...

(Decí la verdad... te quedaste con la espina porque creíste que haría un chiste con lo de "pajes")

miércoles, febrero 21, 2007

Ahora entiendo todo...

Era tan sencillo y evidente que al ojo más entrenado se le pasó de largo.
Nada fue improvisado, todo tuvo un cuidado estudio para evitar desatender hasta el más mínimo detalle.
En un intento por destronar a quien fuera rey absoluto de la gaseosa cola sin azúcar, Coca-Cola intenta sacar a su hermano menor, la Coca-Cola Light, del mercado, para así establecer un nombre, una marca, una insignia.
La Coca-Cola Zero no es solo un nuevo producto diet. No es solo un nombre cool. Es una herencia, un recién nacido que encuentra a su familia y crece junto a ella a la par. Nace. Vive.
Coca-Cola Zero es la hermana menor de quien hace tiempo marcara la historia destronando a la otrora bebida diet Sprite Light: la Sprite Zero.
Todo es tan claro ahora... la familia Zero se apodera de la gaseosa de dieta.
Pronto no habrá Light... no... pronto Zero indicará a las gaseosas sin azucar.

Cuidado Fanta... sos el próximo.

lunes, enero 22, 2007

De cómo hablar de los números telefónicos, qué tema idiota...

En una época, hace muchos muchos años, los queridos abonados a Entel teníamos un número de teléfono sencillo, de 6 simples cifras fáciles de recordar... 67-5239 (por supuesto, ese no era mi número real porque no pienso develar la cifra verdadera. La mafia me busca. Total, es fácil inventar nuevos números falsos, o no?). ¿Ven? Dos cifras de característica, y 4 numeritos indicando que, en esa región, habría, como mucho, 10.000 personas... lo cual era una bestialidad de por sí.
Después dijeron "pero 2 cifras es muy poco" y sugirieron "Pongámosle una más" y el 67 pasó a ser 671, así como el 69 pasó a ser 672, quizás para evitar connotaciones sexuales.
Ahora teníamos 7 cifras por número, ta bien, no es tan complicado... si podíamos recordar 6, podemos recordar 7.
De repente... la catástrofe, la hecatombe, la debacle total. Telefónica y Telecom (Entel ya no existía más, lo lamento) decidieron que los números no alcanzaban, entonces, tomando una decisión inteligente, le agregaron un 4 a cada número. ¿Por qué 4 y no otro? Nunca supe, nunca me interesó tampoco.
Ahora el viejo 67-5239 ya era un complejo 4671-5239. Usted, colega extranjero, podrá preguntarse qué sentido tenía agregar un 4 a cada número si la cantidad no iba a variar. O sea, si a TODOS los números le agregamos un 4, seguimos teniendo la misma cantidad, no?
Bueno, la respuesta a esta inquisitiva vino el día que se estrenaron los números telefónicos comenzados en 5. A partir de ahora, el 5 hacía su primer introducción en los números telefónicos, de la mano de la nueva tecnología celular.
Los números telefónicos comenzados con 5 eran, comúnmente, asociados a los celulares. Pero hacía falta diferenciarlos de otra manera, porque quien llamara a un 5331-1384 podría no saber que es un celular y la factura telefónica se encargaría de recordárselo luego, cuando ya fuera tarde.

Entonces la respuesta fue brillante. Le metemos un 15 adelante. 15, la niña bonita.
Ahora el celular pasa a ser 15-5331-1384. Aquél teléfono que otrora podía tener 6 cifras, hoy tiene la enorme cantidad de... ¡10 cifras!
Y aquí entra en juego el tema que tantas discusiones acaloradas (especialmente en verano) ha logrado. ¿Cómo separamos los números cuando los dictamos en voz alta? ¿Decimos 15 - 53 - 31 - 13 - 84? Es demasiado... ¿Omitimos el 15, pues es común a todo celular y simplemente decimos, para aclarar, "Te paso mi celular"?
Este es todo un tema... bueno, en realidad no, pero de algo tengo que hablar y vos estás sonriendo ahora porque estoy hablando de esto...
Generalmente yo, para decir mi número de teléfono, lo digo cifra por cifra... porque yo tengo un sesentipico en el número y como yo no puedo decir "sesenta" sin que me pregunten "¿Dijiste sesenta o setenta?" prefiero decir las cifras por separado y santo remedio. Eso sí, tratándose de celular, digo el 15 así como si nada, no digo 1-5... porque, o sea, es el 15, es mi forma de decir "Te paso mi celular".

Qué tema interesante, che...

Y hablando de temas interesantes... ¿Qué tienen en común una casa nueva, Sean Connery, el Mortal Kombat, el Teto Medina, el hijo de Brian May, la palomita, la inteligencia y un Grissom trucho?