martes, agosto 25, 2009

De cómo elegir un buen nombre.

Señor Comerciante: Si se encuentra usted en tratativas de comenzar su propio negocio, deberá saber la importancia que constituye una buena denominación. No se trata solamente de una formalidad, el nombre de su negocio impone una impronta, una identificación que permite le permite ser reconocido y distinguido fácilmente ante sus posibles competidores.
En tal caracter, y pensando siempre en el bienestar ajeno más que en el propio mismo, aquí en "De la vida, y todo lo demás" hemos decidido asistirle gratuitamente, por medio de esta oferta única y por tiempo limitado, en la ardua tarea de idear un nombre para su nuevo emprendimiento.
Ante todo, debe usted saber ubicar con precisión el rubro que identifica a su negocio, ya que con el advenimiento de las nuevas tecnologías, ciertas empresas pasaron a ocupar varios rubros a la vez (tómese de ejemplo los cibercafés que funcionan como locutorios, kioscos y bares a la vez). Poder establecer un rubro correcto es vital a la hora de bautizar el negocio.
"De la vida, y todo lo demás", le ofrece una serie de consejos y ejemplos de nombres que pueden ajustarse de acuerdo al tipo de negocio que desea usted iniciar.

* Peluquerías y Salones de Belleza
Es importante notar que, cuando se trata de un salón de belleza, nos encontramos frente al rubro más ególatra que existe. Su salón debe llevar un nombre de pila (eventualmente un apellido, si es usted famoso) como denominación, y dicho nombre debe ser extravagante. Así, quedan terminantemente excluídos los salones denominados "Cacho", "Roque", "Lucio" o "Hectitor". Por el contrario, queda perfecto y hasta refinado utilizar nombres como "Laurence", "Jeremy" o "Paulette". Es recomendable, en caso de que sea posible, adosar un " 's " al nombre. No importa que no sea un nombre inglés y que quien lo atienda haya vivido toda su vida en Villa Ortúzar, el apóstrofo (*) da clase; fíjese sino usted, dígame con sinceridad si no muere de ganas de cortarse el pelo en un lugar llamado "Bruno's".

* Restaurentes, bares y resto-bares
El rubro gastronómico viene imponiendo una moda que parece no acabarse: la de denominar a los locales con verbos en modo imperativo. Así, por caso, podemos encontrar sendos negocios con nombres como "Llamalo a Gutierrez" o "Dale perejil al toro". Asímismo, otros tiempos verbales pueden ser libremente utilizados; la idea es establecer un anhelo en el nombre, más que identificar el lugar. Ejemplo de esto son los conocidos "Te Mataré Ramirez" y "Siga la vaca".
Ofrecemos los siguientes nombres como ilustración, de acuerdo al tipo de comida que tenga pensado servir:
[+] Parrilla
- Servime el asado sin chinchulines
- Traeme la carne ni muy a punto ni muy jugosa
- Este vino ya es vinagre!
[+] Pastas
- Fileto y tuco son lo mismo, no me jodas
- Ponele salsa, ponele
- Qué mierda eran los tortelettis?
[+] Comida japonesa
- Kamasaki... porque Kawasaki ya estaba
- Yo como con palitos
[+] Comida brasilera
- Banana nao tem carozo
- Pizza a la piedrinha
- Pelé debutó con un pibe

* Kioscos y Maxikioscos
Los kioscos siguen una regla similar a la de las peluquerías, pero con la diferencia de que el nombre no debe ser fino. Es más, cuanto más de barrio sea, más se le identificará luego. Están terminantemente prohibido los nombres completos, sino que se debe utilizar un apodo. Ejemplo de esto es: "Quique", "Tito", "Moncho", "Chuleta", "Mancu", "Pololo".
Una excepción la constituyen los denominados "kioscos de diarios y revistas", cuyos nombres deben reflejar personajes de antaño de la historieta argentina. Es decir, su local, de dedicarse a la venta de medios gráficos, deberá llamarse "Manolito", "Clemente", "Pelopincho y Cachirula", "Calculín", etc.

Resulta imposible cubrir todos los rubros existentes en la actualidad, pero esperamos, desde este humilde sitio, haber servido de ayuda al futuro emprendedor, ya que de su visión comercial puede depender la estabilidad económica de nuestro país.

Muchas gracias por vuestra atención, y que tengan ustedes muy buenas noches.


(*) Aprendí recientemente que "apóstrofe" es una figura de la retórica para hacer una acotación con referencia a alguien en un discurso, mientras que el signo ortográfico " ' " se llama "apóstrofo".

domingo, julio 05, 2009

Cosas que siempre pasan en una película de terror

* La película empieza con una toma de una ciudad cualquiera pero que tiene un río cruzándola, o tiene salida a algún río. Dicha toma muestra el puente principal de la ciudad visto desde arriba.

* La protagonista de la película, si es una mujer, es una mujer independiente con un trabajo estable y que, aunque puede tener o no pareja, no depende de él. Además, no tiene hijos... o si tiene, es madre soltera.

* Cuando el ente malvado que cuenta la historia de la película se encuentra en un lugar accesible por escaleras, la protagonista va a subir las escaleras lentamente y mirando con sigilo hacia arriba.

* Siempre hay un detective asignado a la tarea de investigar qué pasó en aquél lugar. El detective primero va a desconfiar de la protagonista, pero un hecho revelador le va a mostrar que estaba equivocado.

* La protagonista sabe que el detective que investiga aquella casa misteriosa está en peligro, sabe que está por morir y que no hay tiempo que perder. Aún así, va a subir las escaleras lentamente.

* Si la protagonista tiene que inspeccionar una habitación, lo hará lentamente recorriendo las cuatro puntas. Aquello que espera encontrar, va a estar siempre en la última punta a investigar y va a atacarla por sorpresa.

* El ente malvado que, como dije recién, estaba en la cuarta punta, va a esperar pacientemente a que la protagonista se digne a mirar para su lado, y nunca va a atacar antes, cuando la tiene de espaldas, a pesar de que este parezca el mejor momento para un ataque.

* Por otro lado, si la protagonista está completamente segura que en una de las cuatro puntas está el ente malvado, va a inspeccionar cada una con cuidado, y al llegar a la cuarta, la música crecerá proporcional al misterio, y cortará abruptamente cuando ella mueva la caja/cortina/puerta/ventana y vea que no hay nada.

* Ese también es un buen momento para atacar por la espalda, a veces incluso pasa.

* La película nunca termina con una historia 100% resuelta. Si bien la trama principal de la película llegó a un desenlace, la escena final muestra ese pequeño fotograma que te dice "Creíste que todo terminó, pero no... tenemos material para una segunda parte".

* Si la película era de origen japonés, el ente malvado es una mujer morocha de pelo lacio y muy largo. No importa que sea la remake yanki.

martes, junio 09, 2009

De cómo hipotecar la amistad

Últimamente vengo notando mucho el esfuerzo que hacen las entidades financieras (llámese banco o "lugar donde te dan una hipóteca") para tratar de que no se note tanto que en realidad ellos consiguen beneficio en sus transacciones, lo cual sería perfectamente lógico porque nadie presta guita por amor al arte.
Pero que intenten hacernos creer que lo hacen de onda es casi como un insulto.
Hoy escuchaba la publicidad de los préstamos hipotecarios del Banco Credicoop. Y decían que el Banco es como ese amigo que te dice "Contá conmigo", porque aunque sabés que está siempre, es bueno escuchar esa frase cuando la necesitás (apelar a los sentimientos, algo que muchas publicidades están haciendo últimamente).
Eso fue lo que me hizo reflexionar... ¿Por qué intentan hacerme creer que son mis amigos? No, señor, son una entidad financiera haciendo negocio, ni más ni menos. Eso dificilmente catalogue como "soy tu amigo y te doy unos mangos porque te veo que la estás pasando duro". ¿Qué clase de amigo sos que después me querés cobrar intereses por la guita que me diste de onda?
Si tanto se ufanan de ser mis amigos, vénganse a comer un asado a casa! Cuéntenme de sus hijos y escúchenme cuando yo les cuente de los míos! Vamos a tomar algo a un barcito por Palermo!
Además, claro, mis amigos no suelen ser tan formales cuando les pido un favor... o sea, imaginate que le pida a un amigo que me dé una mano con la mudanza y éste me diga "Bueno, a ver, primero dame tu documento... mmhh... ok, perfecto, vas a necesitar llenar estos formularios... la línea de abajo no la completes... buenísimo, este taloncito es para vos y en 48hs vas a tener efectiva la ayuda para la mudanza. Muchas gracias".
Mi propuesta es que cortemos con la intención de apelar a los sentimientos de la gente para venderle un producto o un servicio. Las cosas como son. Sprite. (¿?)

lunes, mayo 25, 2009

De cómo revolucionar la realidad.

¡Feliz día de la Revolución! ¡Todos a escarapelear este maldito lugar!
¿Pasó ya usted por la 9 de Julio? ¿Vio el tole tole que armó el gobierno? Ahora resulta que cuando Sarmiento murió, le compusieron una cumbia en su honor. Y resulta también que ahora la onda no es festejar los años redondos, sino los "casi" años redondos. Entonces llamamos "Bicentenario" a una fiesta que celebra los 199 años de la Revolución. ¿Soy el único que ve la falla numérica acá? Capaz intentan justificarse en eso de que el 1810 fue el año 0, como esos pobres infelices que te peleaban a muerte que el 2000 ó 2001 es el nuevo siglo cuando la verdad a nadie le importaba y todos simplemente queríamos ver qué divertido era ver a nuestra computadora colapsarse por completo por culpa del famoso Y2K que no hizo absolutamente nada.
Pero no, la onda ya no es cumplir 100, 200 ó mil años... la onda es cumplir 99, 199 años... quizás esto viene motivado por nuestra actualidad económica, que nos obliga siempre a vender cosas a $1,99 en vez de $2. ¿Para qué decir que cumplimos 200 años si con decir que cumplimos 199 parecemos más jóvenes?
Lo mismo pasa con Fravega... llaman a Tévez para que les haga la publicidad por sus 99 años, pero a nadie le importa realmente que cumplan esa cantidad... nos importan los descuentos y las sorpresas que se vendrán el año que viene cuando cumplan los 100. Vaya ahorrando, señora, que quizás consigue un 20% en la plancha esa que tanto anhela.
Ahora, la pregunta que todo el mundo se hace al ver esos anuncios de Fravega es... ¿Qué carajo vendían hace 99 años? Porque, o sea, no creo que en esa época existieran los electrodomésticos...
Pero volviendo al tema de la Revolución, lo que realmente me carcome el cerebro es cómo puede ser que, después de 199 años, después de tantos cambios sociológicos y culturales en nuestro país, todavía los maestros de escuelas obligan a sus alumnos a pintarse la cara con corcho quemado y gritar "Empanaditas calientes, para quemarse los dienteeeees!".
Ya tuvimos la Revolución de Mayo, ya tuvimos la Revolución Libertadora... es hora que alguien haga la Revolución de los Actos Escolares.


(Marita, antes que lo digas... no es plagio si me copio a mí mismo)

lunes, febrero 09, 2009

Un día en la mente de un empresario.

Como todos los días, Fernando llega a la empresa a las 9 en punto. Viste su corbata de los martes y ese saco que se compró para el casamiento del hijo de su mejor amigo de la infancia.
La rutina laboral se apodera de él apenas baja del auto, en la cochera del edificio, y se toma el ascensor al tercero. No es un simple empleado más como lo sería el de la limpieza, pero ficha su entrada como todos, en una tarjeta que conserva plastificada para que no se arruine.
Esas pequeñas costumbres son las que hacen a su caracter. Sereno, calmo, pulcro y con un sentido del humor, digamos, costumbrista. No es de hacer chistes ni jodas pesadas, pero disfruta de un buena comedia como cualquiera, y si le cuentan un chiste bueno no se avergüenza de su carcajada.
Luego del saludo de compromiso con cuanta persona se cruza, Fernando ingresa a su oficina. Ahí ya no es más Fernando. Ahí es Señor Vilaroth, "con V corta y H al final" como suele aclarar cada vez que tiene que decir su nombre completo para llenar algún formulario.
Se sienta en su despacho y comienza su pequeña costumbre de todos los días. Prende su computadora e ingresa casi instintivamente a Clarin.com para hacer una repasada a los titulares del día. Dejó de comprar el diario hacía un par de años cuando se dió cuenta que salía tan apurado de su casa, que no tenía tiempo para leerlo. Prefirió mejor leerlo por internet tranquilo. Una solución más barata que, a fin de cuentas, no le molestaba en absoluto.
Apretó el botón del intercomunicador y llamó a su secretaria para que le traiga su cafecito con un toque de crema, y las novedades del día. Mientras esperaba que llegara, respondió un par de e-mails, chequeó su agenda y prendió el Winamp. No es que sea melómano, pero disfruta más de su día si tiene un poco de música de fondo.
Por esos parlantes simples que traen las computadoras nuevas, empezó a sonar "Melancholia", de Duke Ellington. Fernando era aficionado al jazz y al blues, así que no era raro encontrar ese tipo de música entre su lista.
Su secretaria golpeó dos veces y esperó que el Señor Vilaroth la dejara ingresar. Entonces entró con unos cuantos sobres y un anotador en su mano. Tenía una pollera roja que llegaba hasta sus rodillas, y una camisa blanca abotonada casi hasta el cuello. Uno podría decir que era una mujer atractiva, pero sería más certero afirmar que supo serlo en su juventud. Llevaba esos anteojos clásicos de secretaria, con un marco negro bastante ancho, y su pelo recogido.
Se acercó hasta su jefe y le dió su reporte diario. Algunas buenas noticias, algunas malas, lo usual. Se fijó en su anotador y le comentó que la empresa estaba evaluando sacar un nuevo producto al mercado. Y como siempre, su presencia era necesaria ya que, sin él, era probable que cualquier elemento que saliera a la venta careciera de éxito.
Fernando hacía las veces de catador y a la vez de creativo publicitario. Su tarea consistía en probar cada nuevo producto, y en base a las sensaciones que le producían, inventar un nombre de fantasía para identificarlo.
Podía considerarse un trabajo menor, pero los directivos sabían que el nombre de un producto es tan importante como el producto mismo. Sin embargo Vilaroth no se avergonzaba de su empleo. Si bien no lo mencionaba como "inventor de nombres" aunque esa fuera la descripción más exacta, simplemente se refería a él como "creativo publicitario".
Luego de realizar algunas tareas, Fernando se dedicó por completo a su nuevo encargo. Tomó el producto con sus dos manos, lo accionó y se dejó inspirar. Sabía que no sería tan simple... hasta a las mentes más brillantes les llega la inspiración recién después de varios días... pero ese día se sentía con suerte, sentía que no le llevaría mucho tiempo.
Se dejó inspirar uno, dos, tres minutos, y el efecto pasó. Volvió a accionarlo y sintió una vez más ese aroma que le indicaba que estaba por encontrar el nombre perfecto.
Se recostó sobre su silla con los ojos cerrados y se puso a imaginar. Quien lo viera de afuera pensaría que estaba dormido. Recostado, con los ojos cerrados, y escuchando dulce jazz. Sin embargo Fernando no dormía en su trabajo, para eso gozaba de un buen sueño en su casa.
Perdió noción del tiempo. En su mente pasaron horas y días enteros, pero sin embargo tan solo habían transcurrido 20 minutos, cuando recibió el golpe de la inspiración.
Se levantó de su silla de un sobresalto, y dijo en voz alta, aunque nadie hubiera ahí para oírlo, el nombre con que, de ahora en más, se conocería al nuevo producto de la empresa: "¡Poett Brisa de Montaña!"