domingo, diciembre 03, 2006

De cómo estar cerca de esa fecha temida.

Dentro de poco, muy poco, esta persona que suscribe aquí mismo cumplirá un nuevo año de vida. Ya son 23 las primaveras que me vieron crecer, los otoños que me vieron madurar, los inviernos que me vieron vivir y los veranos del 98 con Nahuel Mutti que ahora volvió a la TV para hacer un corto sobre el SIDA, vio?
Estas fechas, de regocijo y esperanza, traen aparejada una realidad pagana: El esmero por hacer notar el aprecio de los seres queridos.
No quiero aquí hablar de mis verdaderos seres queridos, gente que me demuestra su amor ya sea llamándome para mi cumpleaños, enviándome un e-mail, regalándome un celular, o todas las anteriores (te acabo de mencionar, nena, sentite agradecida. Y no, no voy a decir tu nombre, vos sabés quién sos).
Quiero hablar de los otros... los que solamente se acuerdan de tu cumpleaños porque vieron por ahí que era hoy y dijeron "Ah, mirá". Esos se notan a la distancia. ¿Cómo identificarlos? Muy simple:
* No te llaman nunca. Tu teléfono lo perdieron hace rato, o no tienen crédito suficiente, o te dicen "¿Cómo, pero vos no sos 1313? Uh, con razón no atendía nadie!".
* Te mandan una tarjeta de tarjetasvirtuales.com, la misma que vos podés ver al entrar a la página principal (porque no se van a tomar el esfuerzo de buscar una tarjeta, mandan la primera que aparece). ¿Y por qué digo con seguridad que no se tomaron el esfuerzo? Porque la tarjeta viene con un texto que dice: "Querido [Inserte nombre del cumpleañero aquí]: En este día tan especial para tí, quiero desearte [Inserte deseos aquí]. Increíble pensar que nos conocemos hace [Inserte tiempo aquí]. ¿Te acuerdas de la vez en que [Inserte anécdota aquí]? La verdad, hemos pasado buenos momentos, y momentos tristes como la muerte de [Inserte nombre del fiambre aquí]. Pobre, era buen tipo. Pero no quiero hacerte perder más tiempo. Te deseo de todo corazón que pases muy bien el día y que recibas el [Inserte regalo aquí] que tanto querías! Yo te lo compraría pero [Inserte excusa creíble aquí]. ¡Felicidades! [Inserte nombre del remitente aquí]".
* A veces caen con un regalo. Una muestra gratis de shampoo, un palito de helado que dice "Vale otro", unas medias Ciudadela o un chiste de Bazooka pero con horóscopo que dice "Hoy será un día muy especial".

Usted, querido cofrade que lee mi blog por motivos que francamente ya no comprendo, porque hace rato que no actualizo una garompa: Sepa que el lunes 11 de Diciembre, además de cumplir años la democracia (bueno, ella los cumple el 10 para ser justos), los cumple también un humilde servidor.
No le pido que me regale nada (esto no va para vos, ya sabés quién. Aunque... si no te nombro sos capaz de no regalarme nada. Así que mejor te nombro, Marita. Sí, sabían que era ella, ¿Quién otra podía ser?). En fin, decía, no te pido que me regales nada. Solo te pido que te acuerdes. Y que la tarjeta virtual al menos tenga música de Queen o algo así, no sé.

martes, octubre 31, 2006

De cómo cumplir dos añitos de vida.

Cheeeee, te acordás cuando yo posteaba algo todos los días? Cuando entrar al blog era un rutina porque uno sabía que iba a encontrar algo nuevo? Cuando hablaba de la facultad, de los colectivos, de mis historias locas locas, de los recitales, de mis fanatismos? Cuando los posts tenían comentarios que superaban las 20 ó 30 entradas? Cuando la gente nueva se agolpaba por darse a conocer y la tímida apenas esbozaba un "presente"? Te acordás?
Hoy mi querido blog cumple exactamente dos añitos de vida. Una barbaridad, una locura.
Es cierto, sí, que últimamente (y últimamente se refiere prácticamente al último año entero) no estoy escribiendo como debería, en cantidad y calidad, pero eso responde al simple hecho de que yo mismo ya no soy lo que era, en cantidad y calidad.
Se podría decir que la falta de inspiración me cohíbe, pero para decir eso habría que saber primero qué significa "cohíbe". Se podrían dar miles de argumentos, pero la verdad sería una, y es que la inspiración que una vez supe poseer, hoy se encuentra desgastada. Y podríamos buscar culpables, pero... no, pero nada, busquemos culpables.
Para mí fue la facultad. Ese antro del infierno donde los días se me van (cuando voy, claro) y los veo pasar desde la ventana con un aire incierto. ¿Me quieren decir por qué carajo sigo cursando esta carrera si cada cuatrimestre amago con dejarla?
Es eso lo que me tiene así, sin inspiración. La falta de vocación.
Bueno, ya encontramos al culpable, pero esto no quiere decir que a partir de ahora yo vuelvo a ser inspirado. No, nada de eso... nomás significa que estamos de acuerdo en que la facultad es una garcha.
Y pensar que cuando yo era chico, y me preguntaban qué quería ser de grande, yo respondía siempre lo mismo: "No sé... ¿Te vas a terminar esa galletita?".

Gracias varias por compartir dos años conmigo, soportándome, no soportándome, peleándome, amigándome, discutiéndome, riéndome, llorándome, etcme.

viernes, octubre 20, 2006

De cómo ver partidos de badmington.

Conozco alguien acá que me va a odiar por esto, pero me gustaría hacer público el hecho de que, honestamente, no puedo entender, no me entra en la cabeza, no le encuentro explicación, a cómo alguien puede disfrutar de ver un partido de tenis.
No lo entiendo. 3 horas mirando una pelotita ir y venir, ir y venir, ir y venir. No existen relatos, no existe hinchada, no existe ruido. Solo un par de "Uhh", "Ahh" por parte de los competidores. Unos aplausos al final de cada ronda y Mario Bros sentado en la sillita de salvavidas.
Esto me hace pensar, justamente, en el origen de estos deportes. En cómo a alguien se le puede ocurrir crear un juego así.
¿Realmente hubo alguna vez alguien que dijo algo como "Ok, agarramos dos paletas hechas de cintitas, y le damos a una pelotita ida y vuelta separados por una red en el medio"? "¿Y cómo hacemos, al mejor de 5?" preguntó otro. "No, sumar de a uno los puntajes es muy complicado, mejor pongamos 15, 30 y 40... tres números que parecen no tener razón de ser... y, en efecto, no la tienen". Esto ya confundía un poco a los que escuchaban, pero peor fue cuando uno saltó preguntando "Ahhh, ok, entonces el que llega a 40 y hace un punto gana?". "No, ahí recién gana un punto, y después de 6 gana un set, y si hace 3 sets ahí descorcha el shampú, entendés?".
Y luego del éxito arrollador del tenis, llegó otro iluminado, que, un poco pasado de copas, dijo "Ok, ok, ok... esto es como el tenis, no? Pero las paletas son de maderas con agujeritos, nada de cintitas! Y la cancha tiene paredes, jajajaja. Llamalo paddle, que es un nombre divertido y nadie va a saber si pronunciarlo paddle o padl".
Y tenemos entonces a los chicos que recogen las pelotas... la profesión más indigna que existe. Porque cualquier profesión que tenga como requisito "saber agacharse y agarrar las pelotas" no puede menos que ser indigna. Durante las largas horas que pueda durar un partido, los pendejos estan sentados con el sol en la cara, esperando que alguien le pegue a la red, para salir corriendo y agarrar la pelota. ¡Y salen corriendo de a dos! Porque es así, tiene que quedar uno en cada lado. Dos fuerzas opuestas que actúan sobre un cuerpo producen equilibrio. Ahora, el día que el sol pegue fuerte y los pibes no vean qué tiene delante... madre mía, el porrazo que se van a dar entre sí! Es como si las fuerzas opuestas colapsaran, se formara una paradoja, y se destruyera el universo, como dice el Doc.

viernes, octubre 13, 2006

De cómo iniciar una gloriosa gesta.

Ayer fue 12 de Octubre, día de la raza. Fecha que poco importa porque cayó jueves y no nos deja disfrutar un fin de semana largo, así que, por este año, el lunes será día de la raza. Total, qué importa, un día más, un día menos, no? O sea, viajar en barco en esa época no es como ahora, si Colón quería parar para mear, eso era como 4 días más de viaje, así que el descubrimiento bien podría haber sido el 16 de Octubre y ahí sí tenemos un feriado el lunes con el consecuente fin de semana largo.
Cuenta la historia que en 1492, justo un año después de que Don Rodrigo Díaz de Carreras haya arribado a las costas del Río de la Plata, un navegante genovés se plantó ante la Reina, peló un huevo y dijo "Mi reina, os digo que la tierra es redonda como este huevo. Y arrugadita también". La reina observó y dijo "¿Y eso paradito, derechito, que cruza el huevo?", "Es el Ecuador, mi reina" contestó Colón. "El Ecuador cruza el mundo en dos, y se yergue erecto cuando vuestra hija pasa con ese vestidito".
Con semejante argumento, Colón no consiguió ni 80 centavos para el bondi, menos iba a lograr que financien el viaje. En su lugar, para poder obtener el preciado tesoro que lo conduciría a su fiel designio, navegó por métodos menos ortodoxos y más librados a la celestina del azar y la avaricia del que se lo apuesta a su sueño: Se sacó el gordo de Navidad.
Pero Colón no era descubridor por aquél entonces, no deseaba encontrar América ni mucho menos. Colón quería llegar a las Indias. Pasa que el nabo tenía la Filcar al revés y dijo "Ma'sí, tomemos por acá" y terminaron en el Riachuelo. Al bajar de su fiel carabela con forma de calavera, Colón se acercó a un habitante de la nueva región, y suavemente le dijo "Mi Colón. Tu Indígena. Mi traer tesoros para tribu". El habitante lo miró y le dijo "Sí, claro. Entregá las joyas y esa peluca de trolo o sos boleta.".
Abatido, Colón regresó a su barco donde lo esperaba su amigo Américo Vespucio Liberti, simpatizante de River y gran bebedor de cerveza sin alcohol. Américo consoló a Colón... aunque... no de la manera que él esperaba. Digamos que de pronto Colón descubrió el Ecuador de Américo en su polo sur.
Cuestión que Colón se plantó, le dijo a los pungas "Mi honra está en juego, y de aquí no me muevo". Y Don Rodrigo, que todavía seguía tratando de conquistar a su morena, le dijo que no haga trampa y se invente sus propias frases. Después se volvió a Rodrigombia a tomar café.
Los pungas lo miraron, y le dijeron "Eehhh, no te calentés man, que estábamos jodiendo". Entregaron las tierras, y Colón decidió bautizar a ese lugar con el nombre de su fiel amigo que, luego de su agraciada demostración de afecto, pidió que lo llamaran América más que Américo.
A todo esto, Colón vino con sus amigos, los hermanos Pinzones, que eran unos marineros que se fueron a Calcuta en busca de algunas... frutas... como no encontraron, se quedaron vagando por ahí, se hicieron amigos de los hermanos Coriotto, y jugaron un picadito para pasar el tiempo. Al toque los contrataron del Niupi.
¿Y Colón? Colón, sin tesoros, sin tierras, sin tripulación y con un barco vacío, volvió a su tierra natal, y se le declaró a la hija de la reina, que estaba usando de nuevo el vestidito ese que hacía temblar el Ecuador.

martes, septiembre 05, 2006

¡Feliz cumpleaños, Freddie!

Dio la casualidad que, justo apenas unos días atrás, terminé de leer por segunda vez el libro "Mercury y yo" que escribió Jim Hutton, quien fuera la última pareja de Freddie Mercury antes de morir.
Me impresiona la naturalidad con la que cuenta el momento exacto donde Freddie se iba. Textualmente, el fragmento dice así:
"Fue mientras le ponía los shorts cuando sentí que trataba de alzar la pierna izquierda para ayudar un poco. Fue lo último que hizo. Bajé los ojos hacia él, sabiendo que estaba muerto.
- Phoebe - exclamé - Lo siento, se fue, se fue."

Curioso, no? Sin saberlo, el encargado de la traducción escribió "Se fue, se fue", título con el que Fito Paez decidió renombrar su versión de "All dead, all dead", tema de Queen.

Hoy Freddie Mercury cumpliría 60 años. Estoy seguro que, de estar vivo, todavía tendríamos canciones suyas para disfrutar. John no habría colgado el bajo, Roger y Brian no habrían manipulado vilmente el nombre de la banda en beneficio comercial, y Freddie... bueno, Freddie estaría en Garden Lodge, junto con sus gatos, sus asistentes y su esposo, preparándose para hacer una de sus alocadas fiestas de cumpleaños, comprando porcelana china de la más cara únicamente para ver cómo luciría en su comedor.

¡Feliz cumpleaños, Freddie!

miércoles, agosto 23, 2006

De cómo enchular el blog.

Recién termino de ver el programa "Pimp my ride" que por alguna razón loca lo tradujeron como "Enchulame la máquina", aunque, si bien esa es, en efecto, la traducción literal, quiero que me encuentren una persona en el país que use el término "Enchulame" en una oración. Yo le habría puesto algo como "Agarrá mi tutú, hacele las mil y un volteretas, y dame uno nuevo con televisorcitos LCD adentro y poneme a un negro rapero que me lo conduzca". Probablemente la versión local sea conducida por Rubén Rada, el único negro con onda que tenemos los argentinos (y eso que el quía es uruguayo).
Lo que me hizo pensar del programa en cuestión no es qué podría esa gente hacer con mi querido Vivace, aunque confieso que estaría bueno poder ver Back To The Future en el apoyacabezas del asiento delantero, mientras mi baúl se abre para atrás revelando un equipo de audio ultramoderno que incluye un plato para hacer mezclas. Claro que, como yo no me dedico a eso, los únicos discos que tendría para mezclar son el de Carozo y Narizota con el de Margarito Tereré. Ah, pero lo que debe ser escuchar al Profesor Gabinete hacer un dúo con Corbatita Cuá... impagable!
Decía, no es el posible centro de entretenimiento que podría ser mi autito luego de pasar por ese programa. Intento pensar el fracaso absoluto que sería el show en este país. Imagine lo siguiente:
Manuel Pedernera lleva su Fiat 600 a "Agarrá mi auto, bla bla bla, conduzca" y le pide que se lo enchulen (ok, acá tenemos a un argentino que usó el término). Rubén Rada, disfrazado de Rubenrrá le muestra un cartel que dice "Has sido enchulado", se baila un candombe, y le entrega un autazo de la puta madre.
Manuel sale contento, guarda el auto nuevo en la cochera, y el día siguiente va al Pago Fácil de Rivadavia a comprar las entradas para Robbie Williams. Como es sábado y son las 4 de la tarde, deja el auto sobre Bolivia, de la mano derecha. Sin embargo, sabemos que un auto enchulado mucho no puede durar acá. Cuando sale, su super auto consta de un parabrisas y una notita que dice "Has sido choreado"... curiosamente con la letra de Rubén Rada.
Es por eso que estas cosas no durarían en este país. Nada que implique un buen premio puede funcionar acá. Yo no me imagino cómo las cosas que regalaba Nico en su super show de media tarde "¿Querés jugar?" (como dice Pettinato, nunca pongas como título de programa una pregunta, porque te arriesgás a que te contesten "¡NO!"), realmente podían durar. A una casa pobre de una villa miseria la equipan con un plasma de 50" y esperan que a los 5 minutos no entren 30 monos con navajas a chorear todo?
Eso de regalar no funciona en el país. Por esta razón yo creo que, si algún día me encontrara la lámpara maravillosa, no podría pedir muchos deseos. Porque, piense esto: Usted se encuentra la lámpara, tiene tres deseos, y corren las mismas reglas que con Aladdin: No se pueden pedir más deseos, no se puede hacer que nadie se enamore de nadie, no se puede traer a la gente de la muerte y no se puede matar a nadie. ¿Qué pediría? ¿Un millón de dólares? ¿Y me quiere decir cómo le explica después a la DGI que usted, de repente, recibió una importantísima suma de dinero sin haberla declarado? ¿Pediría un auto último modelo? ¿Y la patente, la nafta, el seguro, la cochera, cómo paga todo eso? ¿Pediría una mujer hermosa? Bueno, usted puede pedirlo, pero de ahí a que le dé bola a alguien como usted... ¿Pediría una computadora de lo más nuevo? ¿Para qué? ¿Para tener que pegarle patadas a los dos días porque el maldito Windows se cuelga?
Créame, en este país, la lámpara maravillosa no puede darle deseos mejores que, a lo sumo, un Jorgelín de tres capas, una Coca de litro y un postrecito Ser sabor alfajor (que alguien me explique dónde está la parte de "alfajor" en el sabor de ese postrecito).

lunes, agosto 07, 2006

De cómo contar la historia de los próceres.

Erase que se era en una época colonial que no sé bien cuándo fue pero que no suelen preguntartelo en juegos tipo Carrera de Mente o similares, así que tampoco es realmente necesario saberlo, un hombre. Ese hombre hubo de llamarse José.
José, de San Martín, vivía justo enfrente al Carrefour que está casi llegando a la General Paz. Entonces cuando había hambre se iba directamente al patio de comidas, era más fácil que cocinarse algo, además de que su mujer casi nunca quería cocinar... "No tenés Remedio, Remedios", le decía siempre. Y su hija, Merceditas, jugaba con las muñecas y solo cocinaba con la cocinita esa de la Barbie.
Un día José quiso viajar, conocer el país, pero no podía ni cruzar la frontera con Chile porque no tenía pasaporte aunque algún listillo me diga que para ir a Chile no es necesario pasaporte. No te pases de listo, sé donde vivís.
Cansado de la burocracia legal, le dijo a Remedios: "Che, me voy a liberar o libertar Chile, y ya que estoy me libero o liberto unos cuantos países más. No me esperes para cenar". La verdad es que nadie sabe si se dice "liberar" o "libertar".
José, furioso, montó en cólera y gritó "Arre, Cólera!". Y así el fiel potrillo blanco arrancó no sin antes mirarlo con mala cara pensando "Con este frío me hacés viajar hasta Chile, papá? Estás pirado vos?".
En el camino se encontraron con un fiel amigo que seguía a José en las buenas y en las malas: El Sargento Carlos Fernando Cabrales, a quien, cariñosamente, le decían "CaFe" Cabrales.
Fue así como José y Café se dirigieron hacia los Andes, con la intención de llegar a tiempo para ver el clásico contra Banfield.
Apenas terminó el partido, José se plantó y dijo "Bueno, a ver, todos los que no pertenezcan a este país, se me mandan a mudar, que a partir de ahora lo considero liberado o libertado". Y Café simplemente asentía con la cabeza a su lado.
Así, el dúo maravilla siguió viaje bordeando la cordillera, y llegaron hasta Perú, donde lo esperaba la policía montada, porque vio que la bandera de Perú es muy parecida a la de Canadá?
Y bueno, piña va, piña viene, cada golpe certero de José era acompañado por una onomatopeya coloreada al mejor estilo Batman de Adam We (si no entiende por qué dije "We" y no "West", debe ver más Family Guy). Mas, en un momento de descuido, alguien le puso el pie a Café, que cayó de cabeza al suelo y se hizo bosta.
José se acercó a ver si estaba bien, pero don Cabrales respiraba dificultosamente y apenas podía moverse. Con pocas fuerzas, se acercó a José y le dijo "Muero contento, hemos batido las claras de huevo a punto de nieve, las hemos mezclado con el almíbar y lo hemos horneado por 20 minutos". José se levantó despreocupado, porque sabía que cuando Café decía esas boludeces, es porque estaba bien. Le guiñó un ojo cómplice y le dijo, en tono de joda, "Vamos, doctor, yo me refería al merengue en tanto danza".
Café se levantó, miró a sus contrincantes y gritó "Por el poder de Grayskull!!!". Sacó la espada de su espalda, la iluminó al cielo y de repente... no pasó nada. Un poco avergonzado probó con otra... dijo "Thundercats... Thundercats... Thundercats... oooooohhhh!!!", y los peruanos ya lo miraban con cara rara.
Un último intento quiso hacer, y se acercó con la espada a un peruano, y dibujando una C cantó "Marcando la C de Cabrales". El peruano lo miró confundido y le clavó su espada en el upite.
Cabrales volvió a caer al suelo, y se acercó lentamente a José (acto que le llevó por lo menos media hora, porque José estaba en la otra punta cargándose soldados). Lo miró y le dijo "José... muero contento, hemos batido la crema, ahora tenemos un capuccino".
José lo miró, y le dijo "Carlos, no rompas que estoy tratando de liberar o libertar Perú", mas Carlos ya no respondía más.
José logró liberar o libertar Perú, y, en agradecimiento, seguro pusieron alguna calle con su nombre, o algo así... no sé, nosotros le pusimos hasta un partido y lo metimos en los billetes de 5 pesos, ellos podrían hacerle algún homenaje, no?
Y así fue como, un 17 de Agosto, Don José, de San Martín, muere en la tranquilidad de su hogar, shockeado por la impresión que le causó ver que Remedios se había puesto el delantal y había cocinado por primera vez en su vida.
Hoy recordamos aquél acto... y yo, particularmente, cada 17 de Agosto me acuerdo de mi querida amiga Marita, que no tiene ninguna relación con San Martín, que usa euros así que no tiene billetes de $5, que vivía en Liniers, bastante lejos de San Martín, y que seguro tampoco sabe en qué año pasó todo esto.
Pero que hoy cumple años y me rompió con que escribiera algo, así que, todos, a ver, hacemos una fila y le decimos Feliz Cumpleaños a Marita, vamos...

viernes, julio 07, 2006

De cómo afanar a troche y moche con los colectivos.

Lalala, sí, soy yo!
Cuando todos creían que el blog cerraría por falta de ideas, cuando todos pensaron que ya no había más que opinar, cuando todos dijeron que éste no actualizaría más con contenido de calidad... tenían razón.
Generalmente vuelvo de la facultad en colectivo, por lo menos hasta que el Duna esté arreglado y mi querido y amado Vivace vuelva a mis manos con el calor de quien regresa al hogar luego de una dura batalla, llevando la ropa rasgada por el encuentro cara a cara, y las gotas de sangre del enemigo corriendo por las mejillas, mientras el fusible, su fiel compañero, echa el humo restante de las balas disparadas y pide un tiempo fuera para descansar y reponerse para la próxima pelea... ¿A dónde iba con esto?
Mientras espero a mi Vivace, vuelvo de la facultad en colectivo. En dos colectivos. Uno, dos. Pero eso no es lo importante porque ya lo comenté, y Dios sabe que cuando no tengo de qué hablar, ocurre una de dos cosas: O me invento una historia basado en un acontecimiento próximo, o comento alguna de esas costumbres diarias de viajar en colectivo o auto. Y como realmente no sé bien qué pasó aquél viejo 9 de Julio ni tampoco tengo el auto, voy a hablar del colectivo.
Mientras espero a mi Vivace, vuelvo de la facultad en colectivo. Y hoy, particularmente, gracias a la bendita mano amiga de un conductor de autos, me privé de tomarme dos bondis y me acercaron hasta la parada del 92. Lindo detalle a destacar, el 92 viene ligeramente lleno a esa hora. Y cuando digo ligeramente, obviamente quiero decir hasta las pelotas.
Debido a la masa de gente que poblaba ese cubículo que, por ley (y esta es posta), solo puede transitar con 12 (doce) pasajeros parados; no me pude ir más lejos que frente a la máquina expendedora de boletos... la maquinita, o sea.
Y aquí pude notar el hecho a narrar. Aquí mis sensores estuvieron alerta y si bien la alarma de "idea para el blog" no sonó porque me parece que se le gastaron las pilas, al menos me dio unas palmaditas en el hombro, como para avivarme.
Entonces... estoy parado ahí, mirando la gente pasar, cuando veo que se sube una mujer entrada en años (o sea, una vieja) y la gente a mis alrededores comienza a actuar de manera extraña. ¿Usted sabe a qué me refiero, verdad? Sí, lo sabe. Acompáñeme mientras clasifico a esa raza extraña que se convierte de la noche a la mañana... los "no cedo el asiento":
* Tenemos, en primer lugar, al típico "Qué pachorra me agarró" que se tomó tres cafés y dos Speed antes de salir de casa, está con los auriculares al mango y mirando para todos lados incesantemente, pero en cuanto una vieja se sube, de repente se pone a bostezar, y hasta en un abrir y cerrar de ojos se cambia su traje por un pijama, y se queda dormido contra la ventana mientras la vieja lo mira con cara de "Sabías que mucha gente muere mientras duerme?".
* En segundo lugar están los "No te ví", que uno ve desde lejos que no dejan de fijar la mirada en la puerta del colectivo desde que se sientan, así pase una mina en bolas por la calle con un cartel que diga "Pete gratis para el que me vea". Sin embargo, cuando ve el pie de la vieja (o su bastón quizás) subirse al colectivo, de repente se pone a mirar el techo, leer el diario que hasta hace un instante no tenía, mirar el piso y contar cuántos chicles hay, o vaya uno a saber qué otra cosa.
* Continuando la seguidilla, tenemos a los "Te lo dejo, pero muy a mi pesar". Esta clase de gente es cordial, amable y sencilla. Si ven a una vieja subirse la dejan sentar... eventualmente. Y si no les queda otra. Pero apenas la vieja se sienta, que ni se le ocurra girar la cabeza hacia arriba, porque se encontrará con el antiguo dueño del asiento mirándola fijo con cara de "¿No deberías morir en cualquier momento?" durante prácticamente todo el viaje, que, por supuesto, será largo ya que, sea cual fuere el destino original de esta persona, ahora cambió. Ahora esta persona se bajará únicamente después que la vieja, así sea que la vieja haya pagado $0,80 para ir a visitar a su nieto en Bulgaria.
Hablando de Bulgaria... ah, no, eso es otra cosa...
* También, por supuesto, están los hipócritas, los "Sean solidarios, caramba!". Estas personas no ceden el asiento ni aunque la vieja se les esté muriendo al lado. Pero te miran con cara de odio si vos tampoco lo cediste. Apenas una vieja se sube, son aves rapaces que miran a todos los que estén sentados, prejuzgando a cada uno y pensando "Podrías pararte y dejarle el asiento, no?". Pero de predicar con el ejemplo, ni hablemos.
* La siguiente categoría viene en pareja. Son los "Vinimos juntos, no podemos separarnos". No solo los asientos de a uno son para los viejos. También entra en esa categoría los asientos dobles. Y nunca falta la parejita que encontró su lugar en dichos asientos, y cuando se levanta una vieja, se empiezan a abrazar hasta formar un ente único que no se puede separar ni con agua tibiecita enjabonada, y eso que dicen que cuando se te pegan los dedos porque apretaste demasiado "La Gotita" y tenés ganas de putear al que inventó eso de "Lo que la Gotita pega nada lo despega", lo mejor es pasarte así, agüita caliente con jabón y santo remedio. Pero como decía, estos ahora son una sola gran persona, y no pueden ceder ninguno de los dos asientos. Más aún, se convierten ambos en un "No te ví" que, además de estar juntitos, miran para cualquier lado como si no se dieran cuenta que se subió alguien que necesita el asiento.
* Pero veamos el otro lado también, no? No todo lo que reluce es oro, decía Mafalda, y Manolito pensaba que el sol era una baratija. Podemos encontrarnos con el ejemplo de persona que cuando se sube una vieja, se dispone a cederle su asiento gustosamente, sin importarle la consecuencia. Y entre las consecuencias, también están esas viejas conchudas, como diría Ronnie Arias, que te atacan, se hacen las víctimas, y hasta te dan carterazos sin motivo. Las viejas que apenas ponen pie en el bondi, parecen gritar "Muchachos, llegó la vieja, abran paso" y si no te levantaste instintivamente, te empieza a cagar a pedos diciendo "No ves que soy vieja? Dejame sentarme! Dejame, te digo!!". O peor aún, vos les cedés el asiento y te mira con cara de "¿Me acabás de llamar vieja?", o "¿Te parezco embarazada?", o peor... "¿Estoy vieja Y embarazada?". No hay caso, con esta gente, lo mejor es fingir que uno tiene sueño, mirar para todos lados, levantarse con cara de orto, y gritar "Qué barbaridad, che, nadie puede separar el culo de la silla por una pobre vieja".

Che, me quedó re largo el post... bueno, con eso tienen por lo menos por otro mes más, no?

sábado, junio 03, 2006

De cómo prepararse para el mes más duro.

Ví en varios lados ya, todas las reglas que se están imponiendo acerca del mundial, como "Durante un mes, no interesa nada, ni cumpleaños, ni nacimientos, ni muertes, ni nada. Así sea que juegue Kamtchatka contra Nueva Zelanda.", y cosas así. Bueno, yo tengo mis propias reglas del mundial para los que me conocen y charlan conmigo:
1.- A mí el mundial NO me interesa. No te pido que lo entiendas, ni te pienso dar mis explicaciones. Solo te pido que me lo respetes.
2.- Que Argentina juegue me importa un huevo, y si bien quiero que gane, no pasa por la alegría de disfrutar los goles sino por mera conveniencia al vivir acá.
3.- NO soy menos patriota por no interesarme que juegue Argentina. Basta.
4.- Dejen de preguntarme cómo puede ser que no me interese ver ni siquiera los partidos de Argentina. Si no me interesa el fútbol, no me interesa en todas sus formas.
5.- Voy a tratar, y solo para seguirle la corriente a los demás, de estar lo más actualizado posible de la situación de Argentina en el mundial. Pero si a los 30 segundos de que terminó el partido, yo no sé el resultado, no me mires con cara de asombro y preguntes si vivo en un termo.
6.- No me gusta hablar del mundial. Punto.
7.- Todo bien si vos querés ver los partidos, no te voy a cuestionar ni te voy a convencer de lo contrario. Espero la misma reacción de tu parte cuando yo NO quiera ver los partidos.
8.- No me nombres jugadores, ni formaciones, ni rivales, ni etapas. Yo sé que juega Messi, sé que juega Tévez, y sé que vamos contra Serbia y Montenegro, Costa de Marfil y Holanda. Es toda la información que tengo y necesito.
9.- No me preguntes "¿Cómo puede no gustarte el mundial?" porque yo no te pregunto cómo puede gustarte.
10.- No me digas "Pero al menos debería interesarte cómo le va a Argentina" porque te pedí ya que no me pidas explicaciones de por qué no me interesa el mundial.
11.- Por el amor de Dios, entendé que el mundial no me interesa!! No intentes buscar aunque sea la mínima información que yo "tengo que saber". No me digas cosas como "Pero tenés que saber que Argentina blablabla". No, no tengo que saberlo, no me interesa averiguarlo, no vivo en un termo por eso, y si vivo en un termo, muy feliz estoy.
12.- ¿Tan dificil es de entender, maldita sea? ¡No me interesa el mundial!
13.- No me puteen porque no me interesa, no me digan nada, ni siquiera opinen sobre este post. No me interesa lo que tengan para decirme sobre mi negativa. Si soy ortiba, si soy antipatriota, si soy cerrado, prefierlo serlo antes que fingir que me gusta algo que no me gusta.

domingo, mayo 21, 2006

De cómo rendir un parcial un sábado a la mañana.

Suscribiendo a diario a esta farsa sin sentido a la que la gente suele referirse como "facultad" es que ayer tuve la oportunidad de humillar mi buen nombre rindiendo un parcial, nada más ni nada menos, que de la materia "Algoritmos y Estructuras de Datos 3", comunmente llamada "Algo 3" para los amigos, y para que, dada la oportunidad, sea válido usar la frase "Estoy cursando Algo" sin que se preste a confusión.
No voy a hablar de mi desempeño en el parcial, porque no quiero presumir de mis conocimientos... solo les diré que mi nombre lo escribí sin faltas de ortografía, y eso podría considerarse el mayor mérito. Lo curioso de la situación, y lo que narraré en el día de hoy, fue el ambiente que rodeaba al parcial.
Comenzaré por decir que fue un sábado a la mañana. Sí, yo curso los lunes, miércoles y viernes a la noche, pero rindo un sábado a la mañana. Al parecer, en una junta importante, los profesores de la materia se reunieron y uno de ellos dijo "¿Y si lo ponemos un sábado?". Como estaba por empezar el programa de la Legrand y todos querían ir a verlo, aceptaron y dieron el tema por cerrado.
En fin, lamentablemente, para toda la facultad, ellos no fueron los únicos en elegir ese día, por lo que, cuando llegué, el edificio tenía más vida que en los días de semana. Y por supuesto, todos los que estaban ahí se preparaban para rendir un examen de sus respectivas materias, y justamente acá me detengo, porque mientras caminaba por el pasillo hacia el aula, la lucecita de "idea para el blog" se me prendió.
Me llamó poderosamente la atención las distintas reacciones que se pueden encontrar entre la muchedumbre durante un día de examen. Hasta me atrevería a clasificar las distintas reacciones "pre-parcial":
* Están los "No llego", a los que vemos sentados en el piso, junto a la puerta del aula, con el cuaderno abierto, pasando las hojas a la velocidad de la luz creyendo que así van a aprender más, y poniendo cara de terror cuando encuentran algo que no sabían, porque si encontraron algo nuevo, andá a saber cuántas cosas pasaron de largo sin darse cuenta.
* También están los "Finjo que no me preocupo" que siempre buscan a alguien para darle charla y así olvidarse que tiene parcial. Se los reconoce fácilmente porque cada 3 segundos de la charla, miran de reojo a ver si viene el profesor, porque fingen que no les preocupa el parcial, pero en realidad no ven la hora de que empiece para sacárselo de encima.
* Siguiendo la línea, están los "Realmente no me preocupo". Estos deambulan por la facultad, suben y bajan escaleras, se sientan, se paran, no tienen nada que hacer... llegaron temprano y no les da como para leer un repasito antes de rendir, entonces solo les queda esperar a que empiece y no saben qué hacer mientras tanto.
* Casi terminando tenemos a los "Cómo era el teorema?" que, seguros de su conocimiento, pero con cagazo por tener algo más que se les haya escapado, buscan a cualquiera que rinda con ellos para preguntarles prácticamente toda la materia a último momento. Esto, por supuesto, lo único que logra es generar en el otro un pánico mortal porque había cosas que él no sabía -y que la persona acaba de mencionarle- pero él era feliz porque no sabía que no lo sabía (se entiende?). Ahora esta persona lo avivó y lo puso muy nervioso.
* Y justamente siguiendo a los anteriores, por último, mis favoritos... los "Lalalala, no me hableees, no te escuchooo". Estos seres, apenas escuchan que a 1 km a la redonda alguien está hablando del parcial, se aleja corriendo al grito de "Ahhhh, no quiero que me digas nada, me vas a marear!!". Son enemigos naturales de los "Cómo era el teorema?", por razones más que obvias.

Y dentro de esta selva estoy yo, que no menciono nada del parcial, llego temprano y no sé cómo perder el tiempo, me la creo que sé todo y no sé un carajo, por eso en el colectivo me la paso leyendo rápido el cuaderno esperando aprender algo que hasta el momento no había aprendido.

jueves, mayo 11, 2006

De cómo meterse en la mente de los publicitarios

- Bueno, muchachos, vinieron los de Ser, quieren una propaganda para su nueva agua saborizada, que comience el brainstorming.
- Y... yo diría que mandemos así como un mensaje que diga "Para vencer la Ser, agua Sed" ¿Entienden? Es juego de palabras... Ser, Sed... claro...
- Mmhh... yo pensaba otra cosa, algo más... no sé, más de barrio.
- ¿Qué se te ocurrió?
- Y, ponele, agarramos así, una mega super estrella como, no sé, Araceli Gonzalez, no? Que es así como "la" mina pero también es muy como de barrio. La metemos en una casa con una amiga, y onda que le ofrece a tomar la Ser... la mina le dice "Ah, pero no sabía que estabas a dieta" y ahí Araceli te dice que no, y te enumera todas las propiedades nutritivas de la Ser... o sea, como hace cualquiera que se sirva un vaso de bebida, no? Re terrenal.
- Me gusta, eh, me gusta...

- Señores, la gente de Alikal necesita una propaganda, qué ideas tenemos?
- ¿Qué tal un dibujito animado de un monstruito que se te mete en la cabeza, y el superhéroe Alikal lo mata?
- Estaría bien, pero creo que ya lo hizo Mr Músculo eso...
- Pero cómo? Ellos no tenían al flacuchito ese que se hacía llamar Mr Músculo?
- No, ahora lo cambiaron, tienen así como un dibujo en 3D re musculoso.
- Bueno, entonces qué tal esto? Agarramos a un médico, lo mandamos a decir por qué Alikal es bueno y ponemos en pantalla su nombre y su matrícula médica. No sé, me parece que es algo que no se vio.
- ¿Y vos decís que la gente no se va a dar cuenta que le pagamos para decir eso?
- Y... yo creo que no, o sea, estamos mandando su número de matrícula.
- Compro!

- Bueno, tenemos la de Colgate ahora, qué se les ocurre?
- Ponemos un médico que diga las propiedades médicas y mandamos su matrícula!!
- Galvez, el de Alikal ya quedó cerrado, deje de tirar ideas.
- Perdón...
- No sé, yo digo que terminemos la propaganda con un "9 de cada 10 dentistas usan o recomiendan Colgate", como que la gente se la va a creer, escuchame, es un 90% de efectividad, y cubrimos dos áreas con eso... o la usan o la recomiendan...
- Puede ser, eh... pero y la propaganda qué sería?
- Y si ponemos así una familia tipo? Padre, madre, hijo e hija, con una cancioncita pegajosa?
- Cancioncita cómo?
- Y... no sé, algo así: "Este es José, el nuevo gerente, que con su sonrisa blanca llegará a presidente".
- Simprón, usted estuvo tomando alucinógenos?
- Depende... bajarse medio litro de Bardahl Máxima Compresión se considera alucinógeno?
- No, pero ojo, no es tan mala la idea, eh... metemos así, muchos colores, unas coristas y vualá.
- Voilá, Garmendia, se escribe Voilá. Entonces quedamos así.
- Ya sé! Mandamos a Araceli Gonzalez a cepillarse los dientes con una amiga mientras le dice por qué elige Colgate!
- Galvez, está despedido.

jueves, mayo 04, 2006

De cómo desconfiar de cualquiera.

Hoy estaba yendo para inglés, y me encontré con algo que me dejó pensando durante todo el viaje... yo me quejo de que no se me ocurren más ideas para escribir, pero lo que sí admito es que, cuando aparece una, es muy clara la señal... hay ciertas cosas que las veo y digo "Esto es para el blog"... minutos después me olvidé qué era y me puteo a mí mismo porque al fin había tenido una buena idea y se me fue. Pero para evitar que esto pase, me lo anoté en el celular configurando una alarma para que me avise hoy a la noche. Y gracias a Dios que hice eso, porque ya me había olvidado por completo del asunto.
En fin, estaba yendo para inglés, y a mi lado veo pasar una camioneta de Pago Fácil. Para empezar, me pregunto para qué necesita Pago Fácil una camioneta... o sea, lo puedo entender de Cablevisión o de Solo Empanadas, ellos tiene qué llevar, pero Pago Fácil? Como sea, a lo que voy es que, en la parte de atrás de la camioneta, sobre el logo, veo que dice, bien grande, "NO TRANSPORTA CAUDALES", y eso me quedó rondando la mente por un tiempo. ¿A quién se lo dice? ¿Para quién necesita aclarar que no lleva caudales? Usted y yo pensamos la misma respuesta seguramente, y es que es, realmente, la única posible: Para los chorros... para que un chorro no intente afanarlos porque no van a encontrar nada... esto me lleva a dos cuestiones fundamentales:
1.- ¿Realmente piensan que eso va a impedirle a un chorro afanar la camioneta? O sea, aunque no lleve caudales, el chorro se conforma con sacarle la billetera al conductor, manosear a la conductora o simplemente llevarse la combi a la mierda.
2.- ¿Y si, en realidad, sí lleva caudales, pero dice que no para despistar? ¿Por qué yo debería confiar en alguien que es tan desconfiado que necesita aclarar porque sabe que van a querer robarle? Muy piola el tipo, pone un cartel que dice "No llevo guita" cuando en realidad sí lleva, pero nadie va a sospechar porque por algo aclara. Ah, sí, es un piola bárbaro... y cuando el chorro lo afane de todas formas, porque lo va a afanar de todas formas, no solo se lleva la guita que sí tenía, sino que además le pega un culatazo por mentiroso.
Y eso me lleva a pensar en todo esto, no? En el "NO TRANSPORTA CAUDALES" o las clásicas calcomanías (acéptenlo, gente, se dice "calcomanía", no "calcamonía"... ¿Qué es una monía? ¡No es nada!), decía, las clásicas calcomanías de "Sin Stereo"? ¿Se acuerda? Esos cuadraditos amarillos con letras negras que se identificaban más que nada en taxis. O sea, si alguien necesita aclarar que no lleva stereo, es porque desconfía de su propio país y sabe que alguien va a intentar afanarlo. Yo digo que, si queremos empezar un mundo mejor, deberíamos confiar en el otro, y en lugar de llevar calcomanías de "Sin Stereo", llevemos una que diga "Sonido cuadráfonico, subite y escuchate una de Zappa".
Lo mismo va para los que dicen "Vehículo controlado por satélite". ¿Vos te pensas que eso va a evitar que el chorro le saque la guita al conductor? Lo único que beneficia esto es que, al menos, van a saber en qué coordenada exacta le pusieron el chumbo en la boca al pobre chofer. Yo me imagino los de las empresas de seguridad, mientras se sientan con las patas en la mesa, viendo sus diminutos monitores, comiendo rosquillas... los imagino viendo los monitores y diciendo "Uy, mirá, lo están afanando en 43°S, 25°E". El otro tipo lo va a mirar con desconcierto y va a decir "¿Triunvirato y Av. de los Incas?", "¡Eso!" va a contestar el primero.
Y ya que hablamos de dispositivos de seguridad... ¿Soy el único que piensa que estaría re bueno que las alarmas X-28, ya que saben decir en voz alta "Alarma X-28 activada", también puedan decir "Llamen a la yuta, me están choreando!!!"? Para completar el efecto, le agregamos unos brazos al auto que se agitan en el aire cuando la alarma se dispara.
Qué inservible esto de la alarma, eh... el policía de la esquina escucha la alarma, y en vez de acudir urgentemente a ver qué pasa, pone más fuerte la radio para poder escuchar Don de Miranda nomás porque le encanta cuando dicen "Es un solo... es la guitarra de Lolo!". Y si usted se pregunta por qué tuve que elegir ese tema para hacer el chiste... es porque Miranda es grupito de moda, eso pega bien en los buscadores... ahora algún boludo que quiera buscar info de los quías en Google, va a terminar acá sin saber cómo mierda llegó... tengo todo el marquetin...
Es por eso que mi querido Vivace no tiene alarma, no tiene control por satélite, tiene estéreo pero con pasacasette, no tiene traba automática, no tiene sensor de movimiento, no tiene ventanillas electrónicas... pero tiene una lucecita que titila y que hace que todos piensen que está re equipado... no, si yo soy re piola.

martes, mayo 02, 2006

De cómo notar paisajes de la ciudad.

Si ustedes piensan que es una locura que pase un mes sin escribir nada, y ahora, de repente, escriba dos posts casi seguidos, bueno, tienen razón. Sí, podría guardarme lo que tengo para decir para después, y así tener un buen promedio, pero después me olvido si no lo digo ahora... y no, tampoco es tan importante, pero bue...
En fin, estoy así, no? Yendo por Corrientes, cuando llego a la esquina de Pueyrredón. Primero y principal, que alguien me explique por qué el gobierno piensa que va a ayudar al tránsito poner un semáforo en la esquina y otro a los 10 metros, cuando está claro que eso, lo único que logra, es que 300 autos se amontonen en un espacio que da para 5 autos como mucho, y así terminan bloqueando toda Pueyrredón... y mirá que es grande la Pueyrredón, eh... y ya que estamos en el tema, cuándo carajo van a terminar las obras que están haciendo en Plaza Once? Llevan como 3 años laburando ahí y no he visto ni un progreso todavía.
Bueno, en qué estaba? Ah sí, vengo por Corrientes y al llegar a la esquina lo veo. Los veo, mejor dicho. Parados en la esquina con su buzo azul y charlando entre ellos. De la otra cuadra veo acercarse dos más que pronto se unirán a la charla. ¿Ya saben de qué estoy hablando? Claro que lo saben, porque todo el mundo sabe de ellos y de su función, todos saben cuál es su trabajo y lo bien que lo cumplen. Todos menos Marita, claro, que no vive en Argentina y no tiene la más reputa idea de qué corno hablo.
Me refiero a nuestros amigos, y los suyos, de la Guardia Urbana. Estos héroes descapuchados (¿?) que, día a día, combaten el crimen vecinal por un país mejor, por una patria más próspera y porque seguramente se debe ganar bien si hay tantos laburando de esto. Siempre me pregunté cuál es, teóricamente, su función... será simplemente estar tocando el silbatito cada vez que alguien pise la senda peatonal? O tendrán alguna función más profunda como ayudar a las viejas a cruzar la calle?
La verdad, no lo sé, porque cada vez que los veo, está el chabón contándole a la mina una anécdota tan graciosa, que la mina se caga de la risa y no ve al pendejo que se la dio de frente contra un árbol por evitar a una mina que cruzaba por la mitad de cuadra con el semáforo en rojo. Y ahí, a lo lejos, vienen los otros dos con la grande de muzza a participar de la joda, mientras el pobre cieguito es tragado por un bondi que se metió en contramano.
Esto no sería tan grave, si no fuera porque la cerveza la trae el policía de la esquina, que por agarrar el pack de 6 no vio al chorro que le sacó su jubilación a la pobre viejita.
Vivimos en Argentina, señores. Nosotros no prevenimos los accidentes, en su lugar ponemos más gente a la cual poder culpar después. Y creemos que es una idea inteligente.

Ah, y Marita ahora está con una sonrisa de oreja a oreja porque la nombré.

sábado, abril 29, 2006

De cómo escribir a presión

Y estoy acá, acostado en la cama recuperándome de una fiebre que me agarró así, de repente, cuando menos me lo esperaba... tengo las cosas típicas de "persona recuperándose de fiebre" al lado: Mi vasito de agua con la tira de Paracetamol al lado, la sábana tapándome el cuerpo, la taza de té ya fría, el termómetro... cuando uno tiene fiebre no hay muchas cosas que pueda hacer, puede ver TV si quiere, pero un sábado a la tarde, si no es "El auto fantástico", no hay mucho más para ver. Puede estudiar, pero... bueno, no necesito explayarme en este punto. Y puede escribir posts en el blog para que, si me van a cagar a pedos porque no escribo nunca, al menos lo hagan en un post nuevecito, y no uno que ya tiene 35 comentarios y que encima tiene una pelea con un idiota que me pide que escuche a Los Redondos (porque saber que mi amorcito me llama nene sifón te abre muchas puertas en la vida).
Me pidieron que hable del 168, pero ese colectivo lo tomé una sola vez en la vida, sin embargo, pasé una situación muy similar a la que parece que se sufre en esa línea, ayer mismo cuando volvía de la facultad en el bendito 42.
Si usted, querido lector, no lo sabe, yo curso en Ciudad Universitaria, en el Pabellón I. Por lo tanto, el 42 que me tomo, sale de allí mismo, del Pabellón II, y cuando yo me subo, viene con la gente que levantó en su parada anterior. Lástima que en esa querida parada anterior hay, por lo menos, unas 50 personas dispuestas a viajar. Entonces, la "ventaja" de subirse casi desde donde sale se convierte en una mierda. Más aún, no solo voy apretado, sino que como cualquier colectivo que salga de Ciudad necesita, por lo menos, 15 minutos para llegar a la civilización, yo sé que por los próximos 15 minutos NADIE se va a bajar, así que me tengo que bancar ese hacinamiento.
Mi consuelo, generalmente, son los puntos de intercambio, donde uno sabe que, por lo usual, se baja la mitad del bondi. En mi trayecto, estos son: Barrancas de Belgrano y Chacarita. Si no conseguí asiento para ese momento, seguro lo consigo ahí. Lástima que, así como se bajan 20 pesonas, también suben otras 20. Pero no me importa, en el interín yo logré sentarme.
Cuando finalmente llego a mi destino, en mi caso particular, me toca tomarme otro colectivo hasta casa. Acá se viene otra odisea, porque desde Acoyte y Rivadavia donde me deja el 42, hasta mi casa, tengo unos 7 u 8 bondis que me dejan... pero mi puta mala suerte hace que en ese momento solo pasen los 2 ó 3 restantes que no me sirven!
En fin, mientras espero que mi lindo auto vuelva a los ruedos (entienden? auto... ruedos... ay, esta fiebre me está matando), no me queda otra que acostumbrarme a los colectivos... o esperar que el maldito gobierno termine las obras de la línea A del subte, así puedo tomarme uno y alivianar el viaje!

Ven lo que pasa cuando me piden una actualización y a mí no se me ocurre qué decir? Para el próximo post me invento una historia, con eso puedo robar bien por un tiempito.

sábado, abril 01, 2006

De cómo estudiar un libro de texto aburridísimo.

Nahuel agarra su mochila, sale de su casa, y se frena en la parada del 107. Tiene los auriculares puestos, pero sabe que es por poco tiempo, porque en cuanto se suba al colectivo va a tener que detener su música. Doblando hacia Cervantes, ve acercarse a su transporte, peleando cara a cara con un 25 por ser el dueño de la calle. El 25 va ganando y frente a su magnitud, el 107 ya no se divisa, lo cual hace correr la primer gota de sudor por la frente de Nahuel: Si el chofer del 107 no ve a Nahuel - oculto por el colectivo 25 - es posible que no pare y haya que esperar a uno nuevo. Un semáforo en rojo le salva la situación y logra subirse.
Por lo general, a esa altura el 107 siempre va vacío y Nahuel lo sabe. Se acomoda en uno de los últimos asientos, contra la ventana, y mira la parada alejarse. Cree inportuno empezar ahora mismo, así que espera que pasen un par de cuadras, y que los pasajeros se acostumbren a su presencia. Entonces sí, ya es hora. Agarra la mochila, la abre y saca el libro "Sociedad y Estado de la historia argentina".
"La dificultad para incorporar a ex-combatientes a la actividad productiva acentuó... - ¿Por dónde estoy? Ah, la cárcel de Devoto, falta todavía - ...para incorporar a ex-combatientes a la actividad productiva... - uh, mirá el pedazo de mina que se está subiendo... que se siente al lado mío! que se siente, puta... se fue adelante... - incorporar a ex-combatientes a la actividad productiva acentuó los conflictos,... no me tomé el colectivo muy temprano? Nah, si no lo para la barrera llego bien... ctividad productiva acentuó los conflictos, con aumento del desempleo... pero al fin y al cabo para qué carajo estudio yo Sociedad y Estado si estoy siguiendo Medicina?? No necesito saber la historia argentina para operar de vesícula! Burocracia de mierda... acentuó los conflictos, con aumento del desempleo y la mendicidad... ¿Debería agarrar el resaltador para marcar estas cosas? Nah, después lo leo de nuevo y le marco algunas frases que parezcan importantes, por ahora le pego una primer lectura... desempleo y la mendicidad. Mientras unos pocos... a ver cuántas páginas me faltan... 2, 3, 4... ah, ta bien, 4 más para este capítulo... termino de leer este capítulo y descanso un cachito...Mientras unos pocos mbñsñasbmsñ descontento social floreció la aceptación mslñsñbñbñsmb aumentando la tensión internacional.... ta bien por ahora, y todavía ni llegue a Mosconi. Escucho un poco de música y cuando llegue agarro el libro de nuevo."
El 107 pasa la plaza de Devoto, dobla en Mosconi, pero Nahuel está durmiendo ya... para cuando Mosconi ya se hizo Olazabal, una frenada brusca lo despierta de un sobresalto. "Puta madre! Tengo que seguir leyendo! La ley de matrimonio civil y la exclusión de... a la mierda, qué pedazo de yegua que se sentó al lado mío!!! Voy a hacerme el que estoy leyendo interesado, capaz ella también está estudiando Sociedad y Estado...enseñanza religiosa msñsnsnbbbmsmñs no me ve, no me ve! La puta madre! promueve el debate entre clericales y mirame, carajo!!! MIRAME!! clericales y anticlericales o liberales. Y se baja, la puta madre... bue, en fin...Se realiza el congreso pedagógico, antecedente... uy, la puta madre, ya estoy llegando!! Bue, dale, rapidito termino de leer esto y lo guardo.antecedente de la ley 1420 mlmñsmñb Juaréz Celman bmñsns campo obrero con los socialistas. Listo."
El colectivo frena, Nahuel se baja y se encuentra con Germán, que venía por otro lado. "¿Y? ¿Estudiaste?" le pregunta Germán... "Sí, estuve leyendo un montón en el colectivo" - "Ah... yo nunca pude concentrarme en el bondi para leer", dice Germán, "mucho movimiento..." - "Y sí, es jodido, pero es cuestión de concentrarte y olvidarte del mundo alrededor".

jueves, marzo 09, 2006

De cómo saber elegir copilotos.

Usted, querido lector, debe saber, seguramente, de qué voy a hablar en esta ocasión. ¿Cómo? ¿No lo sabe? ¡Pero qué vergüenza! Eso quiere decir que no estuvo siguiendo los comentarios de mi post anterior. La verdad, lo hubiera imaginado de cualquiera menos de usted. Hagamos algo, sí? Usted vaya, léalos, y yo lo espero acá... fingimos que no pasó nada y nadie tiene por qué enterarse.
¿Ya volvió?
No, no le dije que vaya a la heladera a buscarse un sanguchito!! Le dije que vaya... mmhh... ¿Mayonesa también? Qué rico...
Bueno, ya sabe de qué voy a hablar? Perfecto, estamos en sintonía!
Como conductor de automóviles, y dado el hecho de que llevo ya la grosera cantidad de 4 años con registro de conductor, he visto ir y venir distintas situaciones, todas originadas por el famoso "Me alcanzás?" que uno quiere, e implora evitar, pero a veces no lo logra. A veces se logra zafar utilizando el viejo recurso de "Pero yo agarro la General Paz derecho, eh"... lástima que a veces, también, nuestro futuro copiloto acepta incluso ese aventón, sin importar dónde lo dejemos. Y nosotros, que en realidad ni pensábamos tomar la Gral Paz, terminamos yéndonos a la concha del mono por bocones.
Sí, a veces zafamos y podemos viajar solos... pero a veces no. ¿Y qué ocurre cuando tenemos una indeseable compañía? Dos situaciones se nos presentan, usted sabrá cuál lo identifica mejor:
* Suerte la nuestra, que nuestro infortunado acompañante se le da bien para la charla, y encima tenía un paquete de Pepas con él, que, gustoso, convida con quien le da un aventón. El viaje transcurre entre mordiscos y charlas, y se suple, así, la falta de radio que, por boludos, dejamos arriba de la mesa antes de salir de casa. Además aprendemos data interesante, porque usualmente, los conversadores están llenos de datos inútiles pero que hacen que uno piense para adentro "Qué groso". La verdad, fue una suerte que este pobre desafortunado no haya tenido quién lo alcance. ¡Y encima iba para el mismo lado que nosotros, no tuvimos que desviarnos!
* ¿Vieron esos que hablan, y hablan, y hablan, pero nunca llegan a ningún lado? Bueno, casualmente esa persona nos tocó en compañía. Le tiramos mil direcciones distintas, cada una para un lado distinto, pero no hubo forma de zafar. Sin importar qué calle le tiráramos, el encontraba un colectivo que lo dejaba justito en la puerta. Sabiendo lo que se avecina, prendemos la radio fuerte esperando que, la incomodidad de alguien más hablando por parlantes, haga que nuestra compañía se calle. Pero esto, por supuesto, no ocurre, y él se pone a charlar como si la radio no existiese, logrando que, obviamente, tengamos que bajar el volumen para escucharlo y decir un "Ajá" cada 5 minutos, girar la cabeza hacia su lado cada 3 y decir un "Y sí" cuando lo creamos conveniente. No conforme con eso, una vez que llegamos a destino, paramos mal en doble fila, nos putean por todos lados, y el policía de la esquina nos mira mal, nuestro copiloto parece no avivarse que ya llegamos y sigue charlando, tanto dentro del auto, como fuera, asomado por la ventanilla que convenientemente bajó antes de salir, pero dejó levantada durante todo el viaje, haciendo que nos caguemos de calor.
Más aún, podríamos enunciar un tercer caso, corolario del segundo, donde nuestro acompañante no abre la boca en todo el viaje haciendo que, algo que uno creería que es reconfortante, resulta terriblemente incómodo, como cuando Elaine viajó con Puddy en avión y éste no quería leer nada, sino simplemente mirar hacia adelante.
Sí, loco, para entender mi blog van a tener que empezar a ver más Seinfeld, y qué?

lunes, marzo 06, 2006

De cómo añorar la salita verde

¿Huelen? Tomen aire, aspiren... ahora sí, ¿Huelen? Es el olor a comienzo de clases que se puede sentir en todo el ambiente. Junto a las primeras hojas de otoño, y esa maldita angustia de que todavía falta mucho para fin de año, el olor a comienzo de clases es lo que nos trae Marzo todos los años. Ya sea primaria, secundaria, terciaria, facultad, universidad, escuela nocturna o lo que sea, todos comienzan un nuevo ciclo lectivo (nunca supe de dónde viene "lectivo" pero todos sabemos qué significa, y lo aceptamos sin cuestionárnoslo). Y esta repartija de edades trae aparejada una gran variedad de reacciones hacia el comienzo de clases.
Pues bien, si aún somos unos niñacos de 6 a 12 años, estamos por empezar la primaria, esa etapa aterradora donde el jardín en el que solo jugábamos se alejó, y esa época de acné y desarrollo púbico está aguardándonos a la vuelta de la esquina. Como decía Miguelito, tenemos que pensar en "conocer nuevos amigos, el reencuentro con los viejos compañeros, la alegría de los recreos" y el maldito tiempo que costó encontrar esos tres argumentos de porquería. ¿Pero de qué nos quejamos? Si en la primaria solo aprendemos a hacer 1 + 1, a escribir "mi mamá me mima" y para la hora de la merienda estamos ya en casa viendo al Capitán Piluso y Coquito... o, bue, Pikachu para los nenes de ahora... (no, yo no veía a Piluso, eso tampoco es mi época).
Si, en cambio, nuestra edad roza los 13 y se codea con los 17, es a la secundaria a donde nos estamos por dirigir, y ahí la cosa cambia, porque la bolita y la mancha ya no son la alegría de los recreos. Ahora se vino el estallido, y la idea es fingir que uno es adulto cuando no lo es. Decir con orgullo "no sabés, me llevé geografía previa" creyendo que uno es más groso por saber menos cuando la verdadera joda es tener materias previas en la facultad, no en la secundaria (a menos que sean de esas escuelas grosas que no voy a nombrar, pero del cual conozco mucha gente).
Pero lo jodido es si ya pasamos los 17, y acá no puedo delimitar un rango de edad porque, y me baso incluso en mí mismo para decir que, en la facultad, se puede estar toda la vida. Esta sí es la época del "no llego con lo que tengo que estudiar!", "no pueden ser tan hijos de puta!", "el profesor me odia... te juro, me tiene bronca específicamente a mí!", y tantos otros...
Acá ya no somos los niños que jugaban en la hamaca... somos los hombres que juegan en la hamaca recordando las épocas donde éramos niños que jugaban en la hamaca.
Y parece que nuestra vida es una serie de Marzos que pasan y nos encuentran angustiosos, deseando que este maldito mes no llegue nunca, y esperando que se acabe de una maldita vez, preguntándonos, a diario, "Si hay meses con 30 días, otros con 28... ¿Por qué mierda Marzo tiene que tener 31?"

miércoles, marzo 01, 2006

Gracias por existir, Franz Ferdinand

Las palabras no sirven, no pueden describirlo... no se puede describir la euforia en su máximo nivel con algunas palabras, nadie va a poder entender realmente lo que fue si no lo vivió. Acabo de volver del recital de Franz Ferdinand y puedo jurar que jamás fui a un recital tan GROSO como este. Porque esa es la palabra que los describe, GROSOS. Estos tipos saben lo que hacen y presumen de cómo lo hacen, pero presumen de una forma respetable. Presumen sabiendo que nosotros los vamos a dejar presumir, que les vamos a decir "Mostrá lo que sabés". Y lo muestran.
Si yo tuviera que mencionar el punto cúlmine donde se ganaron el título de grosos, y creo que cualquiera que haya presenciado el recital me acompañará en esto, tiene que ser los más de 2 minutos de batería donde no uno, no dos sino tres personas tocaban la misma batería al mismo tiempo! Mientras Paul Thomson, el baterista, le daba con ganas y sin asco al redoblante (con una baqueta en una mano y una pandereta en la otra!), al mismo tiempo otro de los músicos le daba a los platillos, mientras un tercero hacía lo propio con un bombo. ¡Todos al mismo tiempo y en la misma batería, demostrando un increíble poder de sincronización!
Franz Ferdinand, lo acepto, tiene muchas canciones similares. A veces es dificil saber de qué canción se trata hasta que empieza, pero jamás en mi vida ví una banda que, aún así, logre que cada canción sea saltada y festejada como si fuera la primera. Aún habiendo pasado ahí más de una hora saltando, cada canción nueva me devolvía las ganas de saltar como si no lo hubiera hecho antes. Y es que eso tenía Franz Ferdinand que lo destacaba de cualquier otra banda que haya visto: Alex Kapranos, el cantante, era todo un showman... sabía entretener a la gente y evitar que se aburrieran. A cada rato nos incitaba a saltar, a gritar, a aplaudir... a movernos, bah...
Hasta el que no conocía las canciones no podía dejar de moverse, era un quilombo, pero un quilombo bueno, un quilombo medido, tranquilo, pero a la vez eufórico y descontrolado.
A todo esto, en mi caso al menos, la pasión y la euforia hicieron doblete, porque Franz Ferdinand, habiendo admitido que recibió una gran influencia musical de mis queridos Queen, demostró hoy, más que nunca, la veracidad de esta afirmación. Porque Alex Kapranos, que no comparte absolutamente ningún parecido físico con Freddie Mercury, tiene una pose, una forma de actuar y unos gestos que son idénticos a los que solía hacer Freddie cuando cantaba en vivo. Estar viéndolo a él, era estar viendo a Freddie animar a su gente. Cuando desafiaba al ritmo de Auf Achse diciendo "You see her, you can't touch her" parecía Freddie diciendo "I want to break free from your life, you're so self satisfied... I don't need you", así que imaginen, los que me conocen, la alegría que sentía yo en esos momentos.
Y cuando uno creía que no podía ser mejor, Alex se para frente al público, nos cuenta que el pobre Bob (el bajista) estaba deprimido, y que la siguiente canción lo animaba... ¿Para qué? En cuanto el primer acorde de Take me out sonó, el Luna Park, lleno hasta la médula, se estremeció en un grito desaforado. La gente saltaba tan alto que costaba ver el escenario... si no fuera porque yo saltaba al igual que ellos. Quien conoce el tema, sabe que, en cierto momento, la música para y la banda grita "Take me out!". ¿Pueden imaginar lo que fueron 4500 personas gritando con todas sus fuerzas esa simple frase en el momento exacto? No, claro que no pueden, tendrían que haber estado ahí para entenderlo.
Terminé agotado, afónico, sordo y chivado hasta la médula. Pero valió la pena... ahora que lo veo, sí, valió la pena...

viernes, febrero 24, 2006

De cómo encontrar la inspiración en la ventana.

La lluvia no es, solamente, "agua que cae del cielo". Lluvia es un concepto, es un proceso, no una simple precipitación que pasa cada tanto. El acto de la lluvia, el "uia, está lloviendo" lleva consigo varias cosas, a saber: Cerrar la ventana de la pieza antes que entre agua y acordarse de entrar la ropa del balcón para que no se moje; bajar las persianas si llueve muy fuerte para que no filtre agua, y no olvidarse de la ropa; prender las luces de la casa porque ahora con todas las persianas bajas no se ve un carajo, y recordar que tenemos que entrar la ropa; poner TN para ver la temperatura al divino pedo porque con todo herméticamente cerrado, la temperatura exterior no la sentimos, pero necesitamos saberla para poder decir en voz alta "18 grados! Qué tiempo loco!", e ir al balcón a entrar la ropa; desesperarse porque la persiana del balcón, que muy fácil bajó, ahora no quiere subir, y pensar que del otro lado se está mojando la ropa; decidir que, al fin y al cabo, recién habíamos colgado la ropa, y mojada iba a estar de todas formas, fumarse un pucho, sentarse y jugarse un truquito para pasar el tiempo porque con un torrente de agua afuera nadie quiere laburar; hacer tortas fritas, aunque nadie las coma ni sepamos cómo se hacen, porque si llueve hay que hacer tortas fritas; pensar "pobres los autos que tienen que circular por la calle con esta lluvia"; reaccionar que dejamos el auto afuera; dejar de pensar en el auto de los demás y temer por la seguridad del auto propio; pelear 10 minutos consigo mismo entre si nos resignamos o lo vamos a guardar en la cochera; agarrar el piloto, el paraguas, las botas de lluvia, unas antiparras por las dudas... y guardarlos en el placard, ¿Con esta lluvia vamos a salir ahora? ¡Pero por favor!
Una vez que ya hicimos todo esto, podemos sentarnos cómodos a esperar que pase la lluvia. Armamos castillitos con las cartas, porque nadie quiere jugar más de dos partidos de Truco, y la cosa no está para una Casita Robada. Miramos el diario, agarramos una sección, la repasamos... ya la habíamos leído... agarramos otra... ¿Por qué mierda leímos el diario en el desayuno? ¡Ahora no tenemos qué leer!
Nos paramos, vamos a la biblioteca diciendo "Está para leerse algún clásico". Repasamos nuestra vasta colección de libros que, a pesar del polvo que marca su edad, probablemente nunca hayan sido leídos. Finalmente, agarramos el libro Guinness y nos ponemos a buscar quién fue el que se tiró el pedo más largo del mundo.
Escuchamos pajaritos... ¿Es que ha dejado de llover? Prendemos TN de nuevo. Santo nos dice que paró, palabra santa (cuac). Levantamos todas las persianas, abrimos todas las ventanas, guardamos el libro, dejamos las cartas tiradas total alguien las va a guardar, vamos a guardar el auto por las dudas, nos tiramos un rato a descansar, pensando en lo que tenemos que hacer mañana, y dejamos que Dios nos despierte cuando El lo crea conveniente.

jueves, febrero 16, 2006

De cómo ser un asquito en público.

La abuela siempre decía: "En la mesa donde se come no se apoyan los codos", "Siempre cedé el asiento ante una persona en condiciones inferiores". Los consejos de la abuela siempre nos ayudaron a ser mejor persona... ¿No es una pena que ahora nadie los recuerde y todos se comporten como si nadie los viera?
Me refiero en particular a una situación que antes me parecía rara, después me empezó a incomodar y ahora me da asquito... el otro día estaba en el auto, parado en un semáforo, y cuando giro la cabeza, un tachero se estaba metiendo el dedo en la nariz con tanta saña, que parecía que le picaba el cerebro. Ok, yo sé que capaz se estaba rascando la nariz, pero vamos, esto no es Seinfeld. El quía se estaba sacando los mocos con tal pudor, que me daban ganas de alcanzarle un pañuelito y decirle "Tomá flaco, vos lo necesitás más que yo".
Si fuera ese un hecho aislado, sería soportable... pero no, cada vez pasa con más frecuencia. Ahora parece que es lo más normal del mundo esto de sacarse los mocos con los dedos y enfrente de todos. ¿Qué falta? ¿Que hagamos bolitas de moco y las comamos frente a todos?
A mí me traumó una experiencia en la facultad, hace un par de años. Estaba cursando Algebra, y entre mis profesores, había un gordo boludo que jamás en su puta vida sirvió para algo. Cualquier pregunta que le hacías, el quía te dejaba más confundido de lo que llegaste.
Ya de por sí le tenía cierta bronca por eso, pero el colmo fue una clase en que, mientras la profesora enseñaba, el quía este se sentaba en el primer asiento... bueno, dio la casualidad de la vida que a mí se me dio por girar la cabeza en el preciso momento en que esta cosa desagradable se sacaba el moco de la nariz, y no conforme con eso, lo hacía bolita y lo tiraba al suelo. No, posta. Yo ví al quía tirar el moco al suelo como si estuviera jugando al "dedo-futbol". Desde ese día, me impuse una orden de restricción para no acercarme a menos de 10 metros de él...
Loco, en serio, dejémonos de joder, cómo nos vamos a sacar los mocos en público? Si ahora hacemos esto, es cuestión de tiempo para que sea moneda corriente ver a un tipo echarse un garco en plena calle, o hacerse una paja frente a un jardín de infantes.

Comentario al margen... Marita se volvió a España... al menos tuve la satisfacción de hacerle gastar hasta el último centavo.

miércoles, febrero 08, 2006

De cómo cenar en un restaurante.

El otro día, en el tenedor libre cerca de casa, disfrutando una cena exquisita con una compañía no tanto, se me dio por pensar en las curiosidades que afrontamos cuando decidimos que ya tenemos demasiados platos acumulados, y vamos a comer a un restaurante. Este pensamiento, si les soy honesto, me vino al contemplar una botella de Mirinda.
¿Se pusieron a pensar en los malabares que tenemos que hacer cuando vamos a un restaurante y pedimos una gaseosa para tomar? Siempre nos traen esas botellas de vidrio que tienen menos que un vaso, y esperan que nos duren toda la cena.
Encima los guachos saben eso, y siempre te traen primero la bebida, haciéndote esperar para la comida sin otra opción que tomar un sorbo, y acá es donde entra en juego nuestra habilidad. Tenemos la botella de Coca frente a nosotros, con el vaso casi lleno (cortesía del mozo que, por amabilidad, nos sirvió la bebida sin que se lo hayamos pedido. Para profundizar en el tema, lean el libro de Wainraich "Estoy cansado de mí").
Entonces empieza el juego de malabares. Probamos un pedazo de pan... tomamos un sorbo de Coca. Esperamos que el mozo nos tome la orden. Cuando viene, le decimos lo que queremos comer, y tomamos otro sorbo, cuidando que no se acabe lo que tenemos en el vaso, pero confiados que, de acabarse, todavía podemos llenar un vaso más con lo que queda en la botella.
Llega la entrada, y todos sabemos que una entrada no se acompaña con bebida, pero una vez que la terminamos y mientras esperamos el plato principal, terminamos el vaso y lo volvemos a llenar. No sin antes sudar un poco, claro.
Llegado el plato principal, nos llenamos el vaso y tomamos, pero siempre vertiginosamente, deseando que no se acabe, porque ya pasamos el punto límite: Aquel donde lo que queda no nos es suficiente, pero pedir otra botella sería demasiado. Este es el punto de racionalización máxima, donde cada gota es oro puro. Comemos cada bocado pensando "¿Realmente necesito bajarlo con un poco de Coca?".
Es tal el cuidado que tenemos, que para cuando terminamos de comer, en la botella todavía queda bebida y nosotros ya no tenemos sed. Puteamos ahí por aquel momento en que un buen sorbo habría venido bien, pero no lo aprovechamos.
Llega el momento de pedir la cuenta. Estamos acostumbrados a agitar el brazo como señal de que estamos firmando un cheque al aire, a pesar de que nadie paga con cheque una cena. Sin embargo, por más costumbrista que sea, algo nos dice que no tenemos que hacerlo... por alguna razón creemos que nos van a mirar raro si agitamos el brazo.
Tampoco vamos a gritar "Mozo!" bien desubicado, por lo que atinamos a hacer lo que todo hombre razonable haría. Lo miramos fijo con cara de "Necesito algo" hasta que nos mire. En cuanto gire la vista hacia nosotros, asentimos levemente con la cabeza como señal de auxilio. El mozo, acostumbrado, acude en nuestra ayuda.
Ahí, obviamente, no vamos a decirle "Mozo, la cuenta" porque suena anticuado. Simplemente vociferamos "Me cobrás?" y esperamos que venga con esa carpetita negra que solo tiene un ticket pedorro. Uno creería, entonces, que ya está a punto de irse, pero no... ahora falta que el mozo pase a recoger el dinero, y vuelta a lo mismo. Vuelta a mirarlo fijo, buscarlo entre la multitud, con cara de "vení, por favor", deseando que deje de lado la bandeja con sorrentinos, y nos dé bola.
Y culminando la velada, el momento temido, la propina. Lo he visto, la propina supone ser una recompensa por un buen trabajo (para un mayor análisis, miren "Reservoir Dogs" y un capítulo de "3rd Rock From The Sun" cuyo título no recuerdo). Sin embargo, por amabilidad, también recompensamos el mal trabajo. Eso nunca lo voy a entender. Nos atendió como el orto, y, sin embargo, "algo tenés que dejarle!".
A mí me chupa un huevo, si llega a atenderme de nuevo Walter, no le pienso dejar propina... no la merece.

Comentario al margen... ya se me pasó la indignación que sentí dos posts atrás. ¿El motivo? Este:

domingo, enero 15, 2006

De cómo llegó Marita a mi vida (Capítulo V)

Pasó un tiempo. El último post fue el 24 de Diciembre, tiempo bastante largo si pensamos que en el medio hubo mucha fiesta, mucha joda y mucha fiebre. Pero ni siquiera fue un mes, así que no jodan, no es para tanto. Me preguntaba cuál podría ser la mejor forma de comenzar el año en el blog, qué post habría de ser el inaugural. Y dada las circunstancias, el hecho de que no sé qué escribir, y la cercanía del re-encuentro, me pareció propicio escribir el quinto y emocionante capítulo de esta historia de nunca acabar.
Los días pasaban, y la hora de la despedida se acercaba. Sabíamos que el viaje a España ya no era una quimera, sino una realidad. Yo sentía una opresión en el pecho... ¿Tristeza? No, es que había comido mucho.
Antes de que la muchacha se retirara de nuestro bendito pais, le encomendé pasar por mi humilde hogar por última vez... había un regalo de cumpleaños que le debía, y no quería tenerlo guardando polvo por 2 años (o más, en ese entonces no lo sabía). Dicho regalo no era ninguna sorpresa, porque yo ya le había dicho qué iba a darle, y porque, me enteraría años después, a Marita... bueno... no le gustan las sorpresas... así que, una vez más en mi querido hogar, y tras un bello acto emotivo (léase, decirle "Esperá que lo busco") le entregué mi primer copia, casi reliquia, de "Mafalda Inédita". Uno creería que yo me desprendía de un artículo de gran valor sentimental para mí, sabiendo de mi fanatismo por el personaje de Quino. Pero resulta que yo había perdido ese libro, así que me lo compré de nuevo y, ley de Murphy mediante, a los días de habérmelo comprado de nuevo, lo encontré. Así que me sobraba uno, y como a mí no me gusta ocupar lugar al pedo (por eso vivo de rodillas y con los brazos cruzados), le regalé la primer edición que tenía... ¿Por qué? Porque estaba hecho mierda y le faltaban hojas, y no iba a regalarle el nuevito que tan lindo estaba.
Ah, pero para sumarle valor, le firmé la primer hoja como si yo fuera el autor, convirtiendolo así, no solo en un libro de gran caracter sentimental, sino en algo que jamás podría vender a nadie.
Y llegaba la hora de la despedida... yo le había dicho "Nos vemos en un par de años", pero ella insistió que vaya a despedirla a Ezeiza. Yo primero me resistí un poco, pero finalmente accedí... era mi oportunidad para comprar un Toblerone de los grandes.
La despedida fue emotiva, hubo llantos, risas, abrazos y mucho amor. O al menos una de ellas. Mientras todo el mundo abrazaba acongojado a Marita, yo le dí un apretón de manos al maese, porque me dio penita verlo ahí, solo, sin que nadie le diera bola, como cuando aparecía Wham! en escena y todo el mundo le daba bola a George Michael. Entonces la locutora del aeropuerto dijo "Vuelo KB32 con destino a alguna parte de España, o quizás con una escala antes, no me acuerdo, abordar por la puerta 6. Sí, ese es tu vuelo, boluda, dejá de despedirte. Y vos, maese, no te comas todo el chocolate que es para regalar". Me pareció un poco confianzuda la locutora esa, así que le dije a Marita: "Che, esa mina se fue al carajo... decile al maese que deje el chocolate y la emboque". Pero era demasiado tarde... el maese, en un ataque de ira, empezó a darle de patadas a un parlante creyendo que adentro estaba un enanito que es el que hablaba.
Finalmente, la hora llegó, Marita se subió a un avión, yo me subí al auto e IBM subió dos puntos.
Y ahora, poco más de dos años después, el cielo de Buenos Aires vive cubierto de nubes. La tormenta azota el cielo sin pudor, una y otra vez. La lluvia, asesina, cae precipitadamente al suelo mojando todo a su paso. Señal de que algo se acerca... señal de que, este jueves, Marita vuelve a Argentina...

En próximos capítulos, simplemente, sabremos qué miles y miles de locuras ocurrirán en el mes que Marita esté de nuevo en la tierra del dulce de leche y Piñón Fijo.

Continuará