miércoles, febrero 08, 2006

De cómo cenar en un restaurante.

El otro día, en el tenedor libre cerca de casa, disfrutando una cena exquisita con una compañía no tanto, se me dio por pensar en las curiosidades que afrontamos cuando decidimos que ya tenemos demasiados platos acumulados, y vamos a comer a un restaurante. Este pensamiento, si les soy honesto, me vino al contemplar una botella de Mirinda.
¿Se pusieron a pensar en los malabares que tenemos que hacer cuando vamos a un restaurante y pedimos una gaseosa para tomar? Siempre nos traen esas botellas de vidrio que tienen menos que un vaso, y esperan que nos duren toda la cena.
Encima los guachos saben eso, y siempre te traen primero la bebida, haciéndote esperar para la comida sin otra opción que tomar un sorbo, y acá es donde entra en juego nuestra habilidad. Tenemos la botella de Coca frente a nosotros, con el vaso casi lleno (cortesía del mozo que, por amabilidad, nos sirvió la bebida sin que se lo hayamos pedido. Para profundizar en el tema, lean el libro de Wainraich "Estoy cansado de mí").
Entonces empieza el juego de malabares. Probamos un pedazo de pan... tomamos un sorbo de Coca. Esperamos que el mozo nos tome la orden. Cuando viene, le decimos lo que queremos comer, y tomamos otro sorbo, cuidando que no se acabe lo que tenemos en el vaso, pero confiados que, de acabarse, todavía podemos llenar un vaso más con lo que queda en la botella.
Llega la entrada, y todos sabemos que una entrada no se acompaña con bebida, pero una vez que la terminamos y mientras esperamos el plato principal, terminamos el vaso y lo volvemos a llenar. No sin antes sudar un poco, claro.
Llegado el plato principal, nos llenamos el vaso y tomamos, pero siempre vertiginosamente, deseando que no se acabe, porque ya pasamos el punto límite: Aquel donde lo que queda no nos es suficiente, pero pedir otra botella sería demasiado. Este es el punto de racionalización máxima, donde cada gota es oro puro. Comemos cada bocado pensando "¿Realmente necesito bajarlo con un poco de Coca?".
Es tal el cuidado que tenemos, que para cuando terminamos de comer, en la botella todavía queda bebida y nosotros ya no tenemos sed. Puteamos ahí por aquel momento en que un buen sorbo habría venido bien, pero no lo aprovechamos.
Llega el momento de pedir la cuenta. Estamos acostumbrados a agitar el brazo como señal de que estamos firmando un cheque al aire, a pesar de que nadie paga con cheque una cena. Sin embargo, por más costumbrista que sea, algo nos dice que no tenemos que hacerlo... por alguna razón creemos que nos van a mirar raro si agitamos el brazo.
Tampoco vamos a gritar "Mozo!" bien desubicado, por lo que atinamos a hacer lo que todo hombre razonable haría. Lo miramos fijo con cara de "Necesito algo" hasta que nos mire. En cuanto gire la vista hacia nosotros, asentimos levemente con la cabeza como señal de auxilio. El mozo, acostumbrado, acude en nuestra ayuda.
Ahí, obviamente, no vamos a decirle "Mozo, la cuenta" porque suena anticuado. Simplemente vociferamos "Me cobrás?" y esperamos que venga con esa carpetita negra que solo tiene un ticket pedorro. Uno creería, entonces, que ya está a punto de irse, pero no... ahora falta que el mozo pase a recoger el dinero, y vuelta a lo mismo. Vuelta a mirarlo fijo, buscarlo entre la multitud, con cara de "vení, por favor", deseando que deje de lado la bandeja con sorrentinos, y nos dé bola.
Y culminando la velada, el momento temido, la propina. Lo he visto, la propina supone ser una recompensa por un buen trabajo (para un mayor análisis, miren "Reservoir Dogs" y un capítulo de "3rd Rock From The Sun" cuyo título no recuerdo). Sin embargo, por amabilidad, también recompensamos el mal trabajo. Eso nunca lo voy a entender. Nos atendió como el orto, y, sin embargo, "algo tenés que dejarle!".
A mí me chupa un huevo, si llega a atenderme de nuevo Walter, no le pienso dejar propina... no la merece.

Comentario al margen... ya se me pasó la indignación que sentí dos posts atrás. ¿El motivo? Este:

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto demuestra que Ud. se queja al divino botón. Me enteré de lo de Franz Ferdinand dos días después de su queja, pero ni quise molestarme en avisarle.

Bah, realmente, me olvidé. Pero bueno, el final feliz está, no?

Anónimo dijo...

Coincido con jonas...la de veces que estuve a punto de mandarte un mail para recordarte lo tonto q eras...

En fin...vas a verlos...asique ahora te callas la boca por un buen tiempo...

Salu2 nene

k.ru

pd: y re q estas tan desaparecido que te pasas por mi flog a saludarme choto! www.fotolog.com/karu_chu

Anónimo dijo...

Pablo... que decirte?? Impecable!! La verdad que es la primera vez que entro y me hiciste cagar de risa... Empece leyendo desde el 2004... (osea... lei los ultimos posteos y como me gusto mucho tu forma de escribir decidi empezar desde un principio) pero estoy tardando mucho y no queria dejar de felicitarte...
En fin... Me presento soy Guada... una de las que dicen 'cocucha' (jaja... me senti totalmente identificada con el blog de la coca-cola)...
Estoy por empezar Diciembre del 2004... y mi gran duda es...
¿Diras en en lo que me queda de 2004 o en el 2005 que pasaba con el boton del ascensor?
Me despido!! Besos besos... Guada

Cosme Fulanito dijo...

Wow! Bueno, Guada, gracias y bienvenida!!
Espero que, ya que te gustó lo que leíste hasta ahora, te guste lo que te queda por leer...
Sentite libre de opinar, cuestionar, halagar y volver a opinar cuando quieras...
Sobre el botón del ascensor... no, es una historia tan traumante que nunca jamás me animé a contarla (en realidad, es un chiste nomás)

Anónimo dijo...

Cinco cosas...

1.- A mí cuando el mozo no me atiende bien, o directamente no me atiende(porque a veces parecen que se olvidaran de uno), no le dejo propina. No está escrito en ningún lado que hay que dejarles, eh? Uno le deja si quiere.
verla ahí adelante y no poder tomar ni un sorbo...
2.- Quién dijo que en la entradas no se toman bebidas?
3.- Eh...por lo que veo, vos no, pero yo, cuando me llega la bebida, espero a que me llegue la comida para tomar...Y no, no sufro por
4.- Evidentemente vos y yo no vivimos en el mismo país...
5.- Eh?

Anónimo dijo...

¿Y pedir otra botella esta prohibido?
¿Como podes sufrir por una fucking gaseosa?