martes, octubre 31, 2006

De cómo cumplir dos añitos de vida.

Cheeeee, te acordás cuando yo posteaba algo todos los días? Cuando entrar al blog era un rutina porque uno sabía que iba a encontrar algo nuevo? Cuando hablaba de la facultad, de los colectivos, de mis historias locas locas, de los recitales, de mis fanatismos? Cuando los posts tenían comentarios que superaban las 20 ó 30 entradas? Cuando la gente nueva se agolpaba por darse a conocer y la tímida apenas esbozaba un "presente"? Te acordás?
Hoy mi querido blog cumple exactamente dos añitos de vida. Una barbaridad, una locura.
Es cierto, sí, que últimamente (y últimamente se refiere prácticamente al último año entero) no estoy escribiendo como debería, en cantidad y calidad, pero eso responde al simple hecho de que yo mismo ya no soy lo que era, en cantidad y calidad.
Se podría decir que la falta de inspiración me cohíbe, pero para decir eso habría que saber primero qué significa "cohíbe". Se podrían dar miles de argumentos, pero la verdad sería una, y es que la inspiración que una vez supe poseer, hoy se encuentra desgastada. Y podríamos buscar culpables, pero... no, pero nada, busquemos culpables.
Para mí fue la facultad. Ese antro del infierno donde los días se me van (cuando voy, claro) y los veo pasar desde la ventana con un aire incierto. ¿Me quieren decir por qué carajo sigo cursando esta carrera si cada cuatrimestre amago con dejarla?
Es eso lo que me tiene así, sin inspiración. La falta de vocación.
Bueno, ya encontramos al culpable, pero esto no quiere decir que a partir de ahora yo vuelvo a ser inspirado. No, nada de eso... nomás significa que estamos de acuerdo en que la facultad es una garcha.
Y pensar que cuando yo era chico, y me preguntaban qué quería ser de grande, yo respondía siempre lo mismo: "No sé... ¿Te vas a terminar esa galletita?".

Gracias varias por compartir dos años conmigo, soportándome, no soportándome, peleándome, amigándome, discutiéndome, riéndome, llorándome, etcme.

viernes, octubre 20, 2006

De cómo ver partidos de badmington.

Conozco alguien acá que me va a odiar por esto, pero me gustaría hacer público el hecho de que, honestamente, no puedo entender, no me entra en la cabeza, no le encuentro explicación, a cómo alguien puede disfrutar de ver un partido de tenis.
No lo entiendo. 3 horas mirando una pelotita ir y venir, ir y venir, ir y venir. No existen relatos, no existe hinchada, no existe ruido. Solo un par de "Uhh", "Ahh" por parte de los competidores. Unos aplausos al final de cada ronda y Mario Bros sentado en la sillita de salvavidas.
Esto me hace pensar, justamente, en el origen de estos deportes. En cómo a alguien se le puede ocurrir crear un juego así.
¿Realmente hubo alguna vez alguien que dijo algo como "Ok, agarramos dos paletas hechas de cintitas, y le damos a una pelotita ida y vuelta separados por una red en el medio"? "¿Y cómo hacemos, al mejor de 5?" preguntó otro. "No, sumar de a uno los puntajes es muy complicado, mejor pongamos 15, 30 y 40... tres números que parecen no tener razón de ser... y, en efecto, no la tienen". Esto ya confundía un poco a los que escuchaban, pero peor fue cuando uno saltó preguntando "Ahhh, ok, entonces el que llega a 40 y hace un punto gana?". "No, ahí recién gana un punto, y después de 6 gana un set, y si hace 3 sets ahí descorcha el shampú, entendés?".
Y luego del éxito arrollador del tenis, llegó otro iluminado, que, un poco pasado de copas, dijo "Ok, ok, ok... esto es como el tenis, no? Pero las paletas son de maderas con agujeritos, nada de cintitas! Y la cancha tiene paredes, jajajaja. Llamalo paddle, que es un nombre divertido y nadie va a saber si pronunciarlo paddle o padl".
Y tenemos entonces a los chicos que recogen las pelotas... la profesión más indigna que existe. Porque cualquier profesión que tenga como requisito "saber agacharse y agarrar las pelotas" no puede menos que ser indigna. Durante las largas horas que pueda durar un partido, los pendejos estan sentados con el sol en la cara, esperando que alguien le pegue a la red, para salir corriendo y agarrar la pelota. ¡Y salen corriendo de a dos! Porque es así, tiene que quedar uno en cada lado. Dos fuerzas opuestas que actúan sobre un cuerpo producen equilibrio. Ahora, el día que el sol pegue fuerte y los pibes no vean qué tiene delante... madre mía, el porrazo que se van a dar entre sí! Es como si las fuerzas opuestas colapsaran, se formara una paradoja, y se destruyera el universo, como dice el Doc.

viernes, octubre 13, 2006

De cómo iniciar una gloriosa gesta.

Ayer fue 12 de Octubre, día de la raza. Fecha que poco importa porque cayó jueves y no nos deja disfrutar un fin de semana largo, así que, por este año, el lunes será día de la raza. Total, qué importa, un día más, un día menos, no? O sea, viajar en barco en esa época no es como ahora, si Colón quería parar para mear, eso era como 4 días más de viaje, así que el descubrimiento bien podría haber sido el 16 de Octubre y ahí sí tenemos un feriado el lunes con el consecuente fin de semana largo.
Cuenta la historia que en 1492, justo un año después de que Don Rodrigo Díaz de Carreras haya arribado a las costas del Río de la Plata, un navegante genovés se plantó ante la Reina, peló un huevo y dijo "Mi reina, os digo que la tierra es redonda como este huevo. Y arrugadita también". La reina observó y dijo "¿Y eso paradito, derechito, que cruza el huevo?", "Es el Ecuador, mi reina" contestó Colón. "El Ecuador cruza el mundo en dos, y se yergue erecto cuando vuestra hija pasa con ese vestidito".
Con semejante argumento, Colón no consiguió ni 80 centavos para el bondi, menos iba a lograr que financien el viaje. En su lugar, para poder obtener el preciado tesoro que lo conduciría a su fiel designio, navegó por métodos menos ortodoxos y más librados a la celestina del azar y la avaricia del que se lo apuesta a su sueño: Se sacó el gordo de Navidad.
Pero Colón no era descubridor por aquél entonces, no deseaba encontrar América ni mucho menos. Colón quería llegar a las Indias. Pasa que el nabo tenía la Filcar al revés y dijo "Ma'sí, tomemos por acá" y terminaron en el Riachuelo. Al bajar de su fiel carabela con forma de calavera, Colón se acercó a un habitante de la nueva región, y suavemente le dijo "Mi Colón. Tu Indígena. Mi traer tesoros para tribu". El habitante lo miró y le dijo "Sí, claro. Entregá las joyas y esa peluca de trolo o sos boleta.".
Abatido, Colón regresó a su barco donde lo esperaba su amigo Américo Vespucio Liberti, simpatizante de River y gran bebedor de cerveza sin alcohol. Américo consoló a Colón... aunque... no de la manera que él esperaba. Digamos que de pronto Colón descubrió el Ecuador de Américo en su polo sur.
Cuestión que Colón se plantó, le dijo a los pungas "Mi honra está en juego, y de aquí no me muevo". Y Don Rodrigo, que todavía seguía tratando de conquistar a su morena, le dijo que no haga trampa y se invente sus propias frases. Después se volvió a Rodrigombia a tomar café.
Los pungas lo miraron, y le dijeron "Eehhh, no te calentés man, que estábamos jodiendo". Entregaron las tierras, y Colón decidió bautizar a ese lugar con el nombre de su fiel amigo que, luego de su agraciada demostración de afecto, pidió que lo llamaran América más que Américo.
A todo esto, Colón vino con sus amigos, los hermanos Pinzones, que eran unos marineros que se fueron a Calcuta en busca de algunas... frutas... como no encontraron, se quedaron vagando por ahí, se hicieron amigos de los hermanos Coriotto, y jugaron un picadito para pasar el tiempo. Al toque los contrataron del Niupi.
¿Y Colón? Colón, sin tesoros, sin tierras, sin tripulación y con un barco vacío, volvió a su tierra natal, y se le declaró a la hija de la reina, que estaba usando de nuevo el vestidito ese que hacía temblar el Ecuador.