jueves, febrero 10, 2005

De cómo seguir contando historias de mi pueblo II: La venganza de Jacob.

Habiéndose librado Isaac de las garras de un Dios vengativo y en pedo, retiróse con su padre a dormir, un poco aturdido por la situación que acababa de vivir. Su Dios, el Todopoderoso, había reclamado a su padre dar fin a su vida, y a último momento se había arrepentido, reemplazando su cuerpo por el de un simple cordero. O sea, Isaac creía que valía lo mismo que un cordero. Este hecho lo llevó a cuestionarse su existencia varias veces, incluso a rezarle a Dios y preguntarle por qué había hecho eso. Mas la única respuesta que recibía era "No sé, man, no me acuerdo de nada".
Los años pasaron, Sara envejecía con los días, Abraham ya se recostaba en la mecedora con su pipa y pantuflas, su sobrino Lot aprovechaba la estatua de sal en que se convirtió su mujer para condimentar la ensalada; e Isaac ahora era un hombre hecho y derecho, con mujer y todo.
Rebeca, la mujer de Isaac, bendijo a su hombre con dos hijos. Gemelos ambos, salió primero el que nombrarían Esau, y ahí nomás, empujando y exclamando "Al fin avanza un poco la fila", salió el hermano, Jacob.
Desde el vamos, Rebeca quiso más a Jacob... no sé por qué, si eran iguales, pero es así.
Ahora bien, en esa época se tenía una costumbre. Como no existían abogados, cuando un tipo moría, eso del testamento y esas cosas no funcionaban. Entonces se usaba la bendición, que era una especie de "Todo esto será tuyo algún día, hijo", onda Mufasa con Simba, vio?
Claro, qué pasa acá? Que el quía tenía dos pibes, y encima gemelos, pero no podía darle todo a los dos porque andá vos a separar en mitades una heladera, un microondas y al marciano chupatierra... entonces dijo "El primogénito será agraciado con vasta fortuna. Mi legado cederé ante aquél que, enhorabuena, ha de haber sido procreado en primer lugar". Rebeca, Easu, Jacob, Abraham, Sara, lo que quedaba de la mujer de Lot y hasta China Zorrilla, que pasaba por ahí, lo miraron con cara rara preguntándose qué corno dijo. Detectando esta reacción, Isaac agregó: "O sea, va todo para Esau". El pibe saltó de alegría como Silvio Soldán después de abrir el cofre de la felicidad, incluyendo a Prato Murphy al lado, que para ese momento estaba vivo.
Rebeca se sintió mal, porque su preferido era Jacob, y quería que las cosas fueran para él. Y Jacob se sintió mal porque... bueno, Jacob también era el preferido de Jacob...
Entonces, ambos dos, perpetraron un astuto plan para despojar de la bendición a Esau, y quedársela ellos. Se aprovecharían de la ceguera que, por esos días, atormentaba a Isaac.
Vestido con piel de cordero, y fingiendo poner voz de trolo, Jacob se acercó a su padre, con la esperanza de que éste lo confundiera con Esau y le diera la bendición. Y parece que funcionó, eh... Isaac escuchó al hijo acercarse y dijo: "Esau, hijo mío, eres tú?". Jacob, cagándose de risa, dijo: "Claro, padre, no voy a ser Martín Karadagián". Se acercó a su padre, le tomó la mano, y éste replicó: "Esau, Esau, qué manos tan grandes tienes". "Para sentirte mejor", dijo Jacob. Su padre pasó su extremidad por las fauses del hijo, y exclamó: "Esau, Esau, qué ojos tan grandes tienes". "Esos son mis huevos, padre, no estoy arrodillado".
Convencido ya de que era Esau quien se encontraba ante él, Isaac procedió a bendecirlo. Entró en una especie de trance y salía luz de sus manos, re loco. Cuando terminó, prendió un pucho y se fue a acostar.
Jacob se sentía satisfecho, y se fue a jugar un picadito.
Al rato, llegó el verdadero Esau que, tras una discusión con su padre, descubrió el engaño. Pero para entonces era demasiado tarde, ya que el padre había bendecido al hijo con candado triple hasta el infinito, y eso, ustedes saben, no se puede deshacer.
Jacob, observando desde afuera, decidió optar por la solución más racional: Rajar de ahí antes que lo encuentren, y volver cuando se calmen los humos.
En su viaje vivió aventuras que no podremos relatar hoy por cuestiones de espacio. Sólo digamos que vio la Escalera al Cielo, y sin siquiera escuchar a Led Zeppelin...

10 comentarios:

Marita dijo...

Me gustaria decir algo significativo, pero la verdad, no se me ocurre nada...



Nop... nada...

Cosme Fulanito dijo...

Aceptalo, nena, mis ojos son dos faroles que alumbran vuestro camino (el de todos), no vas a poder superarlos...
Mandale la foto si querés, pero mirá que Marita me vio a los ojos frente a frente, eh... eso no se compara con una imagen (claro que, con tal de llevarme la contra, te va a dar la razón aún si no le mandás nada).

Che, soy yo o este blog cambió la página para dejar comentarios? Ahora se ven los comentarios anteriores! Al fin se avivaron!

Anónimo dijo...

hi! A mi trampoco se me ocurre nada interesante que decir, pero quiero dejar constancia de que SI visite la pag y lei tu post ok?
GaBy

Anónimo dijo...

la verdad que si ta bueno el cambio que hizo le blog, buena onda!!!
GaBy

Anónimo dijo...

Jajaja! Me pasó! Muy bueno Porti! (Happy now?)

Cosme Fulanito dijo...

Nene, andá a estudiar y dejá de boludear en internet!!!

Marita dijo...

Che, dale que escribias algo? Ya paso una semana nene...

Cosme Fulanito dijo...

Ahí tenés, disfrutalo...

Marita dijo...

Wiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

La verdad, está muy bueno!!!!!!

Saludos.-