sábado, enero 15, 2005

De cómo contar historias de mi pueblo (Parte 1)

Parece ser que un post anterior mío generó linda controversia porque hirió la sensibilidad de alguien con espíritu religioso. Esta persona, suficientemente valiente como para dar un paso al frente en lo que le molestó, pero no lo suficientemente valiente como para dejar nombre, se ofendió por lo que dije. Ya contesté ahí mismo mis razones para escribir lo que escribí. Y para no ser menos que aquella vez, ahora voy a demostrarles que lo que dije fue en joda... ¿Cómo? Bueno, si siguieron mis posts con atención, habrán notado que yo jodo con mi religión todo el tiempo... más de una vez dije "Papá Noel no me quiere porque soy judío". Hay una larga brecha entre discriminar y joder... si hubiera dicho "Papa Noel no quiere a los judíos de mierda" estoy discriminando... pero no, yo lo digo en joda, porque sé burlarme de mí mismo... esto no quiere decir que me tome todo en joda y me importe todo un huevo... estudié 7 años de judaísmo como para que no me interese para nada. Te puedo decir las bendiciones del vino y la jalá si querés, como para demostrarte que las cosas me quedan, pero no quiero presumir.
Mi intención nunca es herir las opiniones de nadie, pero afrontémoslo, no se puede conformar a todos... el humor no existe si no tiene algo para tomar de punto... a mí me divierte deformar historias de todo tipo, y así como ahora me la agarro con la religión, otro día lo hago con cuentos infantiles (como ya he hecho)... como dijo Pega (Pato Ñato) en mi otro post, nadie obliga a nadie a leer las cosas acá... si te jode, entonces no lo lees y listo...
Entonces, dije que voy a demostrarles que mis "ataques" no son más que chistes, como podría hacer tranquilamente Jerry Seinfeld en un monólogo (sí, me estoy comparando con Jerry Seinfeld... y qué?). Aquella persona que saltó ante mi post preguntó cómo me sentiría yo si basurearan la historia del Rey David. Pues veamos...

Aviso: El siguiente texto puede ofender, posta... nadie te obliga a leerlo, man, así que no te la agarres conmigo... a mí me gusta inventar historias así...

David era un muchacho que nació hace muchos años, tantos que en ese entonces no se usaba eso de tener apellido, entonces al quía simplemente le batían "David", así, sin soda. De joven, como no tenía una radio, ni existía la Playboy, al pibe no le quedó otra que aprender a tocar algún instrumento, y como la estimulación con fotos de féminas no existía, el instrumento a tocar tuvo que ser uno fuera de su cuerpo. Como Jimi Hendrix ya había copado la guitarra, un tipo de Hamelin llamado Alberto se había llevado la flauta, el piano se lo apropió Ray Charles y el banjo lo tenía Bugs Bunny; a David no le quedó otra que agarrar la tapa del inodoro y meterle las cuerdas que le afanó al violín de su hermano. Así se construyó su lira que tocara día y noche, noche y día, para gracia del Señor y desgracia del vecino.
Un día, el rey Saúl Alfonsín se sentía mal. Había comido un postrecito Serenito que le cayó como el orto, lo cual tiene sentido si consideramos que antes se había morfado un jabalí con todo y pezuñas. En medio de su desazón dijo "Quiero música", y aparecieron los Auténticos Decadentes cantando "Cómo me voy a olvidar". Luego el rey clamó "Dije música, pero música posta, man, esto es un desastre...". Y como quien no quiere la cosa, una de las lacayas del rey, Jimena (que, entre paréntesis, parece que hace dos noches había descubierto algo re oculto, mientras lavaba los calzones del rey... porque, según me contaron, la mina estaba ocupada en sus asuntos cuando pasó el Cholo, el vecino de la Jimena, y como que estaba re pituco el tipo, a pesar de que la mujer estaba en cama. Entonces la mina lo vio irse con una chica de, por lo menos, 10 años menos que él... no sabía qué hacer! Así que hizo lo más razonable... le cortó los huevos al Cholo y se los sirvió al rey con un Uvasal para bajarlos). ¿En qué estaba? Ah, sí, Jimena, lacaya del Rey, le comentó que conocía un joven cuya música era la delicia de quien la oía. El Rey, un poco intrigado, mandó a llamar a ese joven. Así que su CEO, al lado, gritó bien fuerte "Che, David, vení un toque!". Y David acudió. El Rey le ordenó que comience a tocar, y David entendió cualquiera... Saúl, a pesar de disfrutar el momento (su Reina había muerto hace tiempo, y el tipo no tenía muchas alegrías), lo sacó de su confusión y de su pantalón, y le explicó que lo que quería era oír su música. David extrajo de su instrumento las más bellas melodías, y después las volvió a guardar, no vaya a ser que se pierdan.
El Rey quedó fascinado... le dijo "Chaaaaaaaaaauuuu, loco!! Vos tocás mejor que Steve Vay!", y desde entonces, David se convirtió en aliado del Rey, lo seguía a todos lados, en las buenas y en las malas, te venimos a alentar, vamos River, vamos a ganar.

Ok, me fui al carajo con la longitud del post... no se pierda mañana el fabuloso desenlace, con la actuación especial de Arnold Schwarzenegger como Goliath.

"...Y cuando las campanas de la iglesia dieron las 12, yo ya estaba tan fumado que escuchaba campanazos (12, para ser exactos)..."

4 comentarios:

baskhara dijo...

Hola, estaba por la Web y llegue a tu post. quiero decir que escribes muy, hay muchos post que realmente me dan sueño, pero.....

Bueno también quiero decir que estoy seguro que Dios existe, con lo que no estoy de acuerdo es con las religiones, aunque mirando bien todas llevan al mismo Dios, "opinión personal". yo creo que uno no debe pelearse por los diferentes opiniones religiosas.

Espero la continuación del cuento, me gusto.

chao

baskhara

Marita dijo...

Nada muy interesante para decir... muy bonita la historia. Que es escribir muy? Me parece a mi o se olvido una palabra este chico?
Eh... como que eso es todo... ya esta, dejo de escribir.

Bueno, un poquito mas y paro. Ahora si, Chau.

BOLOÑOQUI dijo...

viva la libertad de expresion, si, pero, que tenes contra los fantasticos autenticos decadentes????????

Cosme Fulanito dijo...

No tengo nada contra los Auténticos Decadentes... es el Rey Saúl quien tiene un problema...