lunes, noviembre 29, 2004

De cómo no saber qué hacer con el tiempo libre.

Es domingo a la tarde, el calor agobia nuestro cuerpo. Tomamos ese fresco vaso de agua, relleno con 3 cubos de hielo, que no hacen más que elevar el nivel de agua en el vaso. Después de todo, el hielo es agua, y agua nada más. Prendemos la televisión y pasamos revista por los 99 canales que estamos pagando, cada vez tomando más velocidad y descubriendo que nada nos llama la atención. Cuando llegamos al punto que decimos "Hey, esta carrera de guanacos ya la ví!" es que nos damos cuenta que, irremediablemente, la televisión no nos sirve de nada en este momento. Con el esfuerzo que esto implica, nos levantamos de la silla, sillón, cama o mueble de su preferencia, y miramos alrededor, a aquello que nos rodea y penetra, para intentar encontrar algo para hacer... pero nada suena tentador. Pensamos. ¿Qué placer tiene el ser humano, para una tarde aburrida, estando solo en casa? Si usted, querido lector, pensó lo que creo que pensó, entonces lamento decepcionarlo, no es el objetivo de este post.
Vemos el diario tirado allí, en la mesa. Recordamos que lo levantamos hace unas horas y ni lo miramos. Casi sin darnos cuenta, tomamos el Espectáculos y vemos qué hay de interesante... nada. Pero esto nos da una genial idea. ¿Y si vamos al videoclub y alquilamos algo? Y ahí tenemos el plan del día.
Si usted, querido lector, es como yo, entonces realmente escogió una aventura apasionante. Más aún si su lugar de destino es Blockbuster, conocido por su abundancia en material fílmico.
Entramos, pues, al paraíso de la cinematografía, y la aventura comienza. Primera parada, Comedia. ¿Nos sentimos con ganas de reirnos? Pasamos el ojo por los títulos clásicos. ¿Realmente alguien sigue alquilando "Mi pobre angelito"? El que pague por ese título ha sido, oficialmente, estafado. Seguimos mirando... "El regreso del super agente 86", algunos clásicos nunca mueren.
Cambiemos de sección, vamos a la parte de Terror. "Candyman conoce a Jason, y se va de joda con Chucky". ¿No la ví esta, ya? Ah, sí, Jason dice el nombre de Candyman tres veces, se fuma un porro, y ve muñequitos asesinos. Es buena...
Nos movemos dos pasos a la derecha, e ingresamos a la sección "Ciencia Ficción". Allí encontramos "De cómo hacer una película, la historia de Cosme Fulanito". No hay nada más ficticio que eso, se los aseguro...
Finalmente, luego de una hora, agotados y habiendo consultado cada título del catálogo, nos retiramos con una copia de "El Padrino"... más vale clásico conocido, que película pedorra de Will Ferrell por conocer.

"Me pudrí de las frases de Peperino Pómoro... ahora voy a poner lo que se me antoja, carajo!"

domingo, noviembre 28, 2004

De cómo disfrutar la espera (y un comentario de película)

Me encanta cuando, al hablar a una compañía, me dicen "Te paso con soporte". Porque es ahí donde uno puede relajarse y disfrutar al ritmo de la música de espera.
Mi buen amigo Pega (no pregunte por qué le digo así... es una historia larga... tan larga como su nombre), la otra vez me llamó desde su trabajo. Y en un momento, con su mejor cara de "Soy hombre ocupado" me dijo: "Esperá que tengo un llamado por la otra linea". Cabe aclarar que esa "otra linea" era un teléfono que sonaba a 3 cm de su brazo, pero la comodidad pudo más, y en lugar de estirar el brazo, simplemente me puso en espera.
Y ahí es cuando me doy cuenta de la excelente oportunidad laboral que me estoy perdiendo... ¿No sería buenísimo conseguir un laburo de musicalizador para llamadas en espera? Actualícese, amigo, las épocas de Para Elisa ya terminaron! Ahora en las esperas uno puede escuchar, desde el panorama internacional, hasta lo último de Eminem. Todo depende de dónde provenga la comunicación. Si usted llamó a "Servicio de asistencia al suicida" no le van a poner a Bandana... va a querer matarse incluso antes de que puedan ayudarlo! En cambio, si llama a un hospital, lo más probable es que le pongan a Los Chalchaleros, es el mejor sedante que hay, te duerme en segundos...
Sin embargo, y contradiciendo a lo que acabo de decir, todavía hay empresas anticuadas que te ponen Para Elisa, y sus derivados clásicas, como el Himno a la Alegría. Y ni siquiera es una versión que uno pueda decir "Qué riqueza musical", sino lo más pedorro con un timbrecito como celular no polifónico (queda feo decir "monofónico"). ¡Muchachos, con eso están contradiciendo el verdadero objetivo de la música! Supone ser un intermezzo (desde que estudio piano, me sé todos los términos italianos) entre la comunicación inicial y el verdadero objetivo del llamado. O sea, por algo se llama "música de espera". ¿Quién querría esperar con semejante playlist?
Ahora, si usted quiere que su potencial cliente disfrute de la espera, necesita tener un set de temas de corta duración, sabiendo que, por lo usual, las esperas no duran demasiado, y uno se desilusiona si está disfrutando la música y de repente se corta por un "Hola" del otro lado. Más aún si uno estaba cantando dicha canción... si se corta así, de repente, usted sigue cantando, y su interlocutor se rasca la cabeza preocupado...
Eso sí... si usted, querido lector, va a llamar a Fibertel, póngase cómodo... está usted a punto de escuchar las obras completas de Beethoven y Mozart, sin interrupciones, y en estereo where available...
Tema aparte... como acá nombré a Pega, creo justo aclarar que mi interlocutora en el post de la llamada a España era Marita...

En otro orden de cosas, fui a ver "The Forgotten" (Misteriosa Obsesión), en mi regreso triunfal a los cines porteños luego de varios meses de abstinencia, y de la mano de una hermosa compañía. Como yo soy de los que odian saber sobre una película que quiero ver, no voy a contarle detalles al estimado lector. Sin embargo, voy a incitarlo a que vaya a verla, porque es muy buena. Sólo le califico de negativo una escena de unos pocos segundos, donde abusaron de los efectos gráficos de manera innecesaria. Lo que es el resto, le doy 9.5 blogcitos, de 10. Atenti fanas de Friends, porque aparece la actriz que hace de Susan... y está re vieja!
En fin... extrañaba el aire de los cines, el confort del Abasto, y ese no sé qué que hace al cine uno de los mayores placeres del hombre. Ahora quiero ver Los Increíbles. ¿Quién se ofrece a acompañarme?

"Es más posible, pero mucho más posible, que el pato sea Carré a que el Carré sea pato"

sábado, noviembre 27, 2004

De cómo explotar una potencial fuente de dinero.

Hay gente con talento, y gente sin talento. Y sin ánimos de presumir, yo soy gente con talento. Lamentablemente, tengo talento para aquello que no es redituable, y eso es lo que me molesta.
Yo tengo la capacidad de poder reconocer, sin verlo, cuándo un televisor está prendido o apagado. Aún si no tiene imagen, si está oscuro, en silencio, yo puedo saber si está prendido o no sin verlo. El día que Sanyo necesite comprobar fehacientemente si el sistema de apagado automático que le incorporó a sus nuevos modelos funciona, me van a llamar.
Tengo la capacidad de reconocer a cualquier famoso que es entrevistado sin tener que mirarlo. Ayer estaban pasando una entrevista a Soledad Silveyra, y yo entro al comedor, de espaldas al televisor, y le digo a mi hermano "Esa es Soledad Silveyra". Y con cara de "Qué groso soy" me doy cuenta que, en efecto, era ella. El día que Stevie Wonder conduzca un talk show y necesite reconocer sus invitados, me va a llamar.
Poseo la enorme habilidad de imitar a la perfección la risa de Bugs Bunny, en su doblaje al español latinoamericano. Pero no el primero, sino el segundo. Apenas deleito con mi capacidad, la gente voltea a ver dónde es que están pasando el dibujo animado. El día que Mel Blanc, desde su tumba, haga convocatoria de doblaje y necesite una última risa, me van a llamar.
No hay capacidad que más me haga sentir orgulloso, que la de reconocer cuándo una canción de Queen está sonando en algún lado. Con solo escuchar los tres primeros segundos, ya puedo deleitar a mi compañía diciendo "Esto que suena es Ogre Battle. Pertenece al album Queen II, y fue compuesto por Freddie Mercury como parte de una serie de canciones enganchadas musicalmente". El día que el mundo esté poblado de fanas de Queen desesperados por poder reconocer fragmentos con el solo oir del viento, me van a llamar.
Una vez, un amigo me dijo que mi silbido parece un MIDI por la fidelidad con que lo transmito. Que el solo contacto de mis labios, al reproducir sonido, puede imitar la información que un archivo MIDI transmite de computadora en computadora. El día que la Sound Blaster decida reemplazar sus componentes, y la gente se vuelva medio estúpida, me van a llamar.
Me jacto de ser uno de los únicos capaces de apagar el tubo de luz de la cocina cuando el botoncito se traba. Mis hermanos y mi mamá no lo pueden entender, ellos presionan el botón pero la luz no se apaga. Voy yo, y con un simple toquecito, vuelvo todo a la normalidad. El día que se levanten con ganas de morfar un alfajorcito a las 3 de la mañana, y no quieran dejar todo prendido, me van a llamar. Minga que voy a ir...
Y usted, querido lector... ¿Qué talento oculto posee?

"Es más posible que un turco coma tuercas a que un moscovita coma moscas."

viernes, noviembre 26, 2004

De cómo no dar con la tecla.

Ahhh, la humanidad...
Hoy suena el telefono, atiendo, y me dice una voz desde el otro lado "Perdón, es equivocado". Ni alcanzo a decir "Bueno" que ya me cortó. Ahora, esto me motiva a pensar dos cosas: 1.- ¿Cómo corno supo que era equivocado? 2.- ¿No tiene respeto la gente que llama?
Está bien, la primera es fácil... quizás el tipo intentó llamar a un lugar donde sabía que no podría atenderlo un hombre, o un joven, o alguien con mi voz, y de ahí dedujo que se equivocó. Pero la segunda... no sé, quizás soy el que está mal, que cuando me avivo que llamé equivocado, pido disculpas y no corto en la cara. La mayoría no. Llama, dice "Me equivoqué", y te dejan con la palabra en la boca. No era mi intención contarle a esta persona sobre lo fabuloso que es pescar tiburones en el riachuelo, pero un mínimo de decencia para que llegue a decirle "No hay problema" podés tener, flaco!
Pero si hay algo peor que esa gente, son los que simplemente no quieren aceptar que se equivocaron.
- Hola, está Carlos?
- No, acá no vive ningún Carlos, es equivocado.
- Ah...
A los 30 segundos...
- Hola, está Carlos?
- No, vos me llamaste recién, tenés el número mal.
- Ah...
15 segundos...
- Hola, está Carlos?
- Flaco, con qué número querés hablar?
- Carlos... ¿Está?
- No, flaco, es equivocado, pero con qué num... click
30 segundos más...
- ¿Carlos?
- Sí, soy yo, quién habla?
- Vos no sos Carlos...
- No, posta, soy yo... ¿Quién habla?
- Soy yo, el Chala!
- Chala querido! ¿Cómo estás?
- ¿Querido? Nunca me llamaste así
- Es que hace tiempo que quiero decirte esto, Chala... me pasan cosas con vos...
- ¿En serio Carlos?
- En serio, man... te amo! Encontrémonos, venite para casa...
- Voy para allá.

Es la única forma de librarse de este tipo, se los aseguro.
Y en la misma línea que estos, se encuentran los confundidos matemáticos.
- ¿Es el 4153-5134?
- No... 5132
- Ah, perdón.
15 segundos...
- No, flaco, te dije que este es 5132.
- ¿Pero esa no es la casa de Chamorro?
- No...
- Es el 5134, no?
- ...
- ¿Hola?
- Te dije que es el 5132!
- Ah, perdón.

Y le toma 30 minutos, dos pizzas, un café y el provechito que le sigue avivarse que marcó mal...
Este post parece largo, pero en realidad es por todas las conversaciones... sinceramente, no hay mucho más para decir de esta gente... flaco, si soy suficientemente amable como para marcarte tu error, lo mínimo que podés hacer es decirme "Disculpame", y no cortarme en la cara! Si yo tuviera Caller ID, te juro que te llamo y te dejo pagando... es que llamaría con cobro revertido...

"Es más posible que un elefante maneje un 0 Km a que un camello habite un departamento de un ambiente."

jueves, noviembre 25, 2004

De cómo cocinar ajos de Bulgaria (Bulgaria es un país).

Qué calor que hace, la puta madre... existe gente que ama el verano, y los que lo odian con todo su alma. Yo, personalmente, detesto el verano cuando hace un calor de morirse y lo adoro cuando me estoy cagando de frío. Pero hoy fue uno de esos días donde, no solo se hace insoportable el calor, sino que uno se vuelve insoportable por culpa del calor. Culpa de la calor, como diría Doña Rosa a su vecina Clodomira, mientras comenta que había puesto su chalina a secarse al sol y hoy la encontró chamuscada, y cuando ya no tienen de qué hablar, se ponen a comentar la novela. "¿Vio, Clodomira, que ahora parece que el Francisco está engañando a Lupita?". Porque las viejas siempre se refieren a un tipo como "el Francisco"; y es que en esas novelas la gente tiene nombres como "María Eduardo de la Santa Trinidad de Cacho", y uno no puede saber si se trata de un hombre, una mujer, o el pitufo Enrique; entonces, para aclarar, le agregamos un "el" que no lastima a nadie. Y entonces "el Francisco" pasa a ser una forma despreciativa ya de por sí, y si se lo llama así, es porque algo malo hizo. Y la pobre Lupita tiene que pagar el precio, o mejor dicho, cobrarlo, porque por fingir estar embarazada de su hermano, Lupita cobra fangotes de guita, y después se hace la que no necesita de la novela, y se dedica a cantar, como Thalía o Natalia Oreiro, que se casa con Mollo para decir "¿Ven? A pesar de que canto música pedorra soy del palo", y Mollo a su vez dice "Me estoy comiendo a la Oreiro, envidia?", y claro, cómo no lo vamos a envidiar? Si el tipo estuvo con los más grandes, tocó con Luca, y ahora vive sus años más felices con una mina que está más buena que un feriado, como el 8 de Diciembre, que se acerca y ahora parece que es feriado nacional, o sea que yo, que soy judío, puedo vagar sin culpa durante ese día. Sin embargo, cuando nosotros tenemos nuestra inmaculada concepción, nos dicen "No, pibe, en el calendario no está con letra roja, así que no es feriado". ¿Y si yo me llevo un marcador y pinto las letras de rojo? Así me hago el piola y declaro todos los días de feriado nacional y no hago un pomo. Pero un pomo vacío, porque si está lleno entonces vienen los pendejos a joder con que estamos en carnaval, y te tiran Rey Momo por todos lados, y vos los mirás con cara de "Qué nene adorable" mientras buscas el punto exacto donde más le podría llegar a doler la patada en el culo que no vas a poder darle, porque desde la puerta ves al papá que te pone cara de "Fingí que estás disfrutando esto o no te sentás por una semana". Y uno tiene que fingir, aparentar que está disfrutando, como cuando va al teatro invitado por un amigo que le dijo "Un amigo mío actúa acá, vení, acompañame", y claro, tiene que poner esa típica cara de "Qué obra interesante" y la expresión de "Estoy entendiendo la trama" que solo puede lograr pensando realmente si no será peligroso mezclar choclo con manteca. Y el amigo que lo acompaña nota la preocupación en su cara, y se pone contento. Eso, claro, hasta que ve que te quedaste dormido y todo tu trabajo fue al pedo. El tipo se va ofendido y la bronca le dura hasta Navidad, que por cierto no falta mucho, y ya hay que ir haciendo las compras. Entonces entramos al shopping y en el camino nos cruzamos con cinco Papá Noel, cada uno recomendándote un producto distinto. Y vos, que toda la vida te la pasaste convenciendo al nene de que Papá Noel sí existe, cómo hacés ahora para que te crea que es único, y no tiene clones por todos lados? Si cruzás dos pasos te encontrás con un Papá Noel que lo ve al nene y le dice "Y vos qué querés que te regale?". Y el pibe le contesta "Te dije hace 5 minutos, boludo, no me das bola cuando te hablo?". El Papá Noel pone cara de "Ah, sí, cierto que me dijiste" y le acaricia la cabeza mientras se saca disimuladamente la barba falsa y se fuma un cigarrillo, tirando el humo para todos lados. Y no hay cosa más molesta que esa, tirar el humo en la cara cuando uno no fuma. Entonces yo le digo al que fuma "¿No podés tirar el humo para otro lado?" y él, en un acto de vandalismo y con toda la cara de "Soy el más poronga de todos" me dice "No", y me tira una humareda en la cara. ¿Por qué no te agarra una embolia y te moris de cáncer, boludo? Me pone loco el idiota ese que se cree gracioso porque te tira el humo en la cara... me irrita más que alguien que te pregunta "¿La carrera de Ingeniería se estudia en la Facultad de Ingeniería?". No, boludo, se estudia en la de Agricultura y Biología...
¿Ahora entienden por qué no me gusta el calor extremo?

"Todo evento confirmado con menos de una semana y media de anticipación, está condenado al fracaso."

miércoles, noviembre 24, 2004

De cómo añorar los tiempos de fiesta en el pelotero.

Ya falta poco para mi cumpleaños, querido lector, y llega el momento de practicar mis expresiones. Todos los años, miembros dispares de mi familia me hacen regalos inocuos y que expresan distintas emociones. De la cara del benefactor, y de la calidad de su regalo, se desprende el esfuerzo que puso en conseguirlo.
Ojo, querido lector, no me entienda mal, yo no estoy buscando que me regalen cosas. Soy un hombre simple. En la mayoría de los casos, a mí me basta con que se acuerden de la fecha para sentirme homenajeado, no necesito la cosa material. Ahora, si usted me dice "Te voy a regalar algo", quién soy yo para ofenderlo diciéndole que no?
Entonces es momento de la reunión familiar, y de recibir a sus miembros y los obsequios que trajeron. Hora del show:
* Mi padrino me regala, por enésima vez, una chomba violeta, sabiendo que yo no uso chombas, y que violeta es horrible. Cuento hasta 10, recuerdo lo que me dijo mi maestro una vez: "Si alguna vez te regalan una chomba violeta, poné cara de agradecido", y dibujo una sonrisa en la cara que dice "Te agradezco el regalo. ¿Me podrías decir dónde lo compraste? No, no es para cambiarlo, es para felicitar al dueño por tan excelente mercadería". Sí, todo eso con una sonrisa. Y mi padrino queda contento, respira, se siente realizado, y va a disfrutar de la picadita.
* Mi tío me tira 100 mangos. Ahí no tengo que aparentar alegría. Lo miro con cara de "¿Cómo supiste?" mientras finjo que me interesa lo que dice la tarjeta, y guardo el billete en el bolsillo. Después le agradezco y me dirijo a mi pieza gritando "Cachín!". Mi tío respira aliviado... por fin se deshizo de ese billete trucho.
* Mi primo no tiene ninguna idea de qué regalarme. Un par de semanas antes me pregunta qué quiero. "Y yo qué sé... usá tu imaginación". ¿Me quieren decir qué corno hago ahora con este palo de lluvia? Si yo quiero lluvia artificial agarro una manguera y un colador, no un palo con arroz adentro!
* Mi tía me regala una remera. Al fin una que le pegó! Pone su cara de "Nene, la verdad no sé qué poronga querés, pero una remera es barata, queda bien, se puede cambiar y se consigue fácil". Ella contenta por haberse quitado un peso de encima, yo contento porque tengo remera nueva. Todos felices, aprendan los demás.
* Mi mamá pone cara de "No, pibe, yo te regalé la vida, más no me pidas". ¿Qué le voy a pedir a la vieja? Ta bien, estás perdonada.
* Mis hermanos me dan una tarjeta que hicieron con el PowerPoint a último momento. Lo noto porque dice "¡Feliz cumpleaños [Inserte nombre del destinatario aquí]!", y abajo hay un dibujo de un clipcito diciendo "Parece que está escribiendo una carta, necesita ayuda?". Pongo cara de "Uh, realmente se esforzaron, me han sorprendido, muchachos!". Ellos ponen cara de "¿Para cuándo la torta?".
* Finalmente, mi abuela, me tira otro billetito más, oculto en una tarjeta, y se siente feliz. Y yo me siento feliz... ¿Qué le voy a recriminar a la bobe, que me da de lo que no tiene?
Hora de la torta, soplar las velitas y ese momento horrible de espera mientras me cantan el feliz cumpleaños, donde yo lo único que puedo hacer es poner mi mejor cara de "Es el día más feliz de mi vida" cuando el sentimiento que realmente me recorre es "¿Esta canción tiene que ser tan larga?". Cuando por fin se termina la canción, soplo las velas, saludo a todo el mundo, y cada uno a su casa, no sin antes anunciar lo que digo cada año, y diré cada año por el resto de mis días: "El año que viene hacemos asado en el club, eh!". Algún día lo haremos... algún día...

Hoy se cumplen 13 años de la muerte de Freddie Mercury. Todo el mundo a bajar y escuchar "The Show Must Go On"


"No es malo que en la condición humana exista la mentira. Miente el púber si quiere ponerla"

martes, noviembre 23, 2004

De cómo confiar en la cara de cualquiera.

Hoy tuve que pagar Fibertel, aquél servicio que se convirtió en mi sustento y fuente laboral sin habérmelo propuesto, y noto algo extraño. Atrás de la puerta del local de Cablevisión hay otra puerta giratoria. Lejos de preocuparme, mi cara expresó felicidad... me encantan las puertas giratorias, y si usted, querido lector, ahora me está mirando con cara de "Qué infantil que sos", pues permítame decirle que usted carece de sentido de la diversión. Usted considera divertido jugar al bridge los jueves por la noche, mientras espera que Etelvina sirva el té. Usted cree que "diversión" es llamar a un número de telefono desconocido y colgar al escuchar el "Hola", cuando la verdadera diversión está en preguntar por "Aquiles Bailoyo" y esperar la reacción del interlocutor. Así que me dispuse a cruzar la puerta, cuando de repente, escucho que alguien dice "La puerta se ha bloqueado" y, tal como la mágica voz predijo, me quedé encerrado en el pequeño cubículo de la puerta. A los 2 segundos llega el guardia del local y me dice "Pasá, debes tener algo de metal". "Sí, las llaves", le digo. "Sí, eso debe ser" me contesta, y me abre paso.
Ahora... ¿Qué pasaba si ese "algo de metal" era una bazooka, y no hablo del chicle? ¿Cómo me vas a dejar pasar así nomás, flaco? Ta bien, yo no tengo cara de asesino serial, pero si pusiste un detector de metales es por algo. Mañana me voy con un cuchillo Tramontina a ver si de nuevo te hacés el buenito.
Y esta escena se repitió ya varias veces en otros lados. Somos tan confiados que hasta da miedo... tenemos cámaras por todos lados, detectores de metales, guardias de seguridad armados... pero si yo voy con cara de "Vengo a pagar mi factura" entonces puedo apoderarme del local entero y toquetear a la cajera que siempre está buena.
A veces realmente me molesta la buena actitud de la gente que te pone cara de "Vos no tenés cara de mal tipo". Te agradezco que pienses eso de mí, pero no confío mi estadía en un local donde el guardia de seguridad califica a los potenciales chorros de los que no lo son por la cara que le ponen al entrar, porque con esa misma cara el chorro te va a hacer el orto mientras las camaritas, re bien instaladas, graban todo para que después salga en Reality TV y el detector de metales llora porque a un tipo se le cayó un clip y pasó justo por la mira del aparato.
Y claro... la policía, que habrá llegado a las 2 horas, no va a poder hacer nada, porque todos se van a quedar como boludos en el cubículo de la puerta giratoria... es que sus pistolas son de metal...
En otro orden de cosas, Marita me pasó un par de frases más de Vaporeso, y algunas otras del cura que idolatra al mártir Peperino Pómoro. Enjoy.

"Los jóvenes no son solo brazos que nos cargan. También se los puede mandar a la guerra, que es su obligación."

lunes, noviembre 22, 2004

De cómo alargar su pene, y otras yerbas...

El estimado lector entenderá muy pronto de dónde saqué la inspiración para lo que estará por leer.
Salí de mi casa por unas cuantas horas, nada importante, solo la facultad, ese antro donde se supone que los mejores años de mi vida pasan y yo los saludo desde afuera como si fuera el trencito de la alegría, que se queda entre un embotellamiento, y la alegría que caracteriza a su nombre se apaga cuando el conductor grita "Avanzá pelotudo!" y el nene que, hasta hace 5 minutos bailaba al ritmo de Paralamas (medio raro el pibe), ahora se larga a llorar al escuchar el improperio, y el flaco de 17 años que llevaba el disfraz de la Pantera Rosa, que hacía esto porque estaba podrido de depender de los viejos para tener un poco de guita, le dice al nene, con todo el amor que se puede "Ya pasó, nene, no llores"; y ahí salta el pibe que se cree el más inteligente, diciendo "La Pantera Rosa no habla!". El joven teenager lo mira, y aunque la expresión de su cara no se ve porque el antifaz lo tapa, pone esa típica cara de "Well, aren't you something?" (sí, en inglés se expresa mejor lo que quiero decir), y le dice "Nene, andá a jugar con Pikachu". Y ese trencito que suponía ser de la alegría, parece un viaje al infierno, comandado por el mismo Satanás.
¿En qué estaba?
Volvía de la facultad... llego a mi casa y, acto reflejo, bajo e-mails. Sí, ya pasó la época de "Reviso el contestador a ver si hay mensajes". Actualizate, ahora se dice "Reviso mails". Tengo 20 mensajes nuevos... fuaaaa, cómo me quiere la gente! A ver el primero... "Alargue su pene", vamos a guardarlo, you never know... el segundo, "Te has ganado un viaje a Disney con todo pago!". Vamos, carajo! Al fin mis años de mirar a Mickey rindieron fruto! "Cuidado, virus!", menos mal que me avisaste, flaco, ya estaba temblando...
¿Soy el único que nota algo raro acá? ¿No está usted también, querido lector, podrido del correo basura, vulgarmente denominado SPAM? Yo me pregunto qué clase de mente retorcida cree que la mejor manera de vender un producto, es molestar por e-mail a quien no lo pidió. Es como que yo, trabajando en Coca Cola ®, te llame y te diga "Coca Cola es sentir de verdad" (o slogan más moderno). Lo divertido de esto no es el hecho de que esta gente realmente crea que funciona, sino el método que utiliza... entonces recibo un mail que dice "Acá está la planilla que me pediste, fijate que en la celda 22 A tenés lo que querías saber, eso de que Bardahl Máxima Compresión le hace mejor a tu motor y al burro de arranque. Bardahl Máxima Compresión, ahora con melotanipolonina de pendoracio". Yo me imagino que el tipo, al escribir esto, habrá pensado "Ahora el que lo lea va a quedar re confundido y se va a poner a pensar si él me había pedido dicha planilla o no... ¡No puede fallar!".
Y cuánta razón tiene... compré tres botellas ya... mi auto ayer me dijo "Gracias, papá, me estaba cagando de sed". Now that's good publicity...

"¿Y ahora qué carajo pongo acá?"

domingo, noviembre 21, 2004

De cómo adelantarse a los hechos (dedicated to...)

Ya se está acercando la Navidad, señores... época de regocijo y alegría, época donde la familia se une a ver cómo Garfield salva la Navidad, cómo el Grinch la arruina y cómo Jacobo Winograd hace propagandas lamentables.
La bella historia que encierra este festejo merece ser recordada, y eso es lo que haré aquí, a pesar de que mi religión no crea en un ser superior que vino del cielo a traer regalos a los niños que se portaron bien (o sea, E.T.).
Era un día como cualquier otro en las comarcas de Belén. Juan Bautista (Alberdi le decían) caminaba tranquilo por los bosques, buscando flores para llevarle a su mujer, María... su intención era ver si aflojaba un poco, porque hace meses que trataba de encamársela y la mina, recontra recatada, le decía que no, que había que esperar al matrimonio, que era pecado, que "así no lo muestran en el Discovery Channel" y demás boludeces. El pobre de Juan esperaba que, flores y bombones mediante (que aún no se habían inventado, por lo cual se conformó con una caja vacía que decía "Vale por bombones cuando se inventen"), la mina accediera a sus ruegos.
Resulta que Juancito llegó con las flores a la casa, y la mina quedó muerta por él, entonces le dijo "Haceme mujer!", y Juan le dió sus camisas para que las planche (chiste viejo pero efectivo). Cuando estaban a punto de hacer sucundum, María le dijo "Pará, man, hay algo en la panza que me está pateando... debe ser ese hígado de ayer, te dije que estaba podrido". Juan no daba crédito a sus ojos. "¡El hijo de puta de Cacho me volvió a vender comida vencida!", gritó. Mas no se trataba del pobre hígado... un bebé estaba saliendo del vientre de María. Juan se frotaba los ojos mientras decía "¿Con quién anduviste vos?". "Con nadie", replicaba María, "Te juro que soy virgen". Juan, sorprendido, le dijo: "Negra, te das cuenta que estás teniendo un nene, no? No vino de un repollo el pibe". Sin embargo, cuando le hizo el test de ADN, comprobó que, efectivamente, era virgen.
Desde entonces el pibe fue así como mágico, viste? Animaba fiestas infantiles, hacía trucos de cartas... yo lo ví, el guacho me adivinó el 7 de trébol! Te lo juro, man, lo adivinó!
Este hecho ocurrió un 25 de Diciembre... justo para Navidad, vio? Así que fue un quilombo conseguirle algo al nene porque todos los negocios estaban cerrados. Por suerte unos amigos trajeron un par de regalos... los quías se hacían llamar "Los reyes magos". Estaban Elvis, Michael Jackson y el Rey de Bastos. Le dieron oro, para que pudieran comprarle algo de comida al pibe; incienso, porque mientras estaba pariendo, María se tiró un par de pedos; y mirra, que no tengo la más puta idea de qué es.
Y así, mis queridos feligreses, es que cada 25 de Diciembre, celebramos una fiesta donde gastamos guita en arbolitos, regalos, trajes rojos de un hombre gordo, decoraciones y la mar en coche; para honrar el hecho de que Juan no tenía un mango partido al medio para todas esas cosas.
Salud, mis amigos.

"Que el viento y la lluvia sean dos hermanos y corran furiosos por los terraplenes de Víctor Heredia."

sábado, noviembre 20, 2004

De cómo arruinarle la vida desde el vamos.

¿Qué necesidad hay de cortar algo que, si bien ahora no es útil, puede llegar a serlo?
Hace una semana nació el hijo de mi primo, cuyo nombre merece un capítulo aparte. El pibe se llama "Ián"... así, sin soda... yo me pregunto "¿Cómo le van a poner ese nombre?", o sea, no es un nombre... es el fin de un nombre... bien podría ser Julián, Damián, Gostanián... pero Ián a secas? "Ta bien", me dije yo, "Mi otro primo se llama Fabián... cuando los pongan juntos van a ser Fabi y Ián... o sea, Fabián... ta bien pensado", pero, y no quiero menospreciar a mi primo con esto, dudo seriamente que esta haya sido su idea al nombrar al pequeño. Si yo jamás le pondría a un pibe "Dam", por qué le ponés "Ián"? Y bue... locuras de mi primo, que, por si se lo pregunta, no viene de una familia de nombres raros... o sea, él se llama Gabriel, su hermano es Fabián, su mujer es Paola. Casi se podría creer que son gente normal. Si los ve de lejos, parecen personas incluso.
Pero decía, ese era otro tema. La cuestión es que el pibe, que ya lleva una semana y monedas de vida, tiene que enfrentar mañana su primer gran desafío: la circuncisión. Señores, ¿Por qué tenemos que arruinarle la vida al pibe, deformándole la única parte de su cuerpo de la cual podría llegar a sacar provecho luego? Entiendo que sean motivos higiénicos y de respeto hacia la religión, o sea, yo lo he vivido eso y puedo comprender las razones. Pero más allá de eso, ¿Ustedes saben lo que le están haciendo al nene? Hacen que, luego, siendo mayor, el pibe se pregunte por qué mea de costado. ¿Y si sale mal? Tiemblo de pensar en las consecuencias. Imaginen lo que sería la vida adulta del pobre Ián (seguramente renombrado a un nombre como la gente para ese entonces). El pibe va a estar con su primera novia en la parte de atrás de su aeromóvil (sí, yo confío que en un futuro el automóvil será obsoleto), y le dirá a ella "Mi amor, tengo algo que decirte"... la mujer, que no era muy afortunada con los hombres, pensó "Cagamos, me tocó otro gay". Entonces el pibe, con todo el dolor del mundo, dice "Me la cortaron de chiquito". La mujer le pega una cachetada, le hace un pete y se va llorando. ¿Es eso vida? ¿Merece sufrir tal castigo?
Claro, ahora entiendo yo por qué lo hacen a tan temprana edad. Como el pibe lo único que sabe decir ahora es "Buaaaaaaa", no tiene mucha oportunidad de defenderse, no? Sólo le queda su única arma, que espero sea suficientemente inteligente como para utilizar: Mear al rabino.
Y más allá de eso, del sufrimiento del pibe, hay otro detalle importante: A mí me invitaron a presenciar el evento y disfrutar luego de un almuerzo. Con una mano en el corazón, señor lector varón: ¿Usted podría comer luego de presenciar cómo le cortan el amiguito a un hombre? ¿No siente una especie de picazón luego de verlo? Yo imagino que, en el momento que se escuche el "clic" de la tijera, todos los señores presenten se agarrarán como si estuvieran haciendo la barrera de un penal.
Yo tengo alma solidaria... como diría Mafalda, tengo conciencia gremial. Les juro... si el pibe no mea al rabino, lo meo yo.

"Lidiar no es lo mismo que Holguear; ya que Lidiar es relativo a Lidia y Holguear es relativo a Olga."

jueves, noviembre 18, 2004

De cómo zafar una situación de emergencia.

Abro la alacena, buscando esa lata de arvejas olvidada, que sé que compré alguna vez y, por las dudas, etiqueté como "Sólo en caso de emergencias". Mi heladera, a la cual le agarran chuchos de vez en cuando, no por estar fría, sino por estar tan vacía, me dice que esto es una emergencia. El horno y el microondas asienten con cara de "Si lo dice el jefe...". Entonces trato de agarrar esa latita, pero veo que incluso ella me ha fallado. En su lugar, una nota, con mi letra, reza "Tendrías que haber comprado dos latas, boludo".
Desesperado, busco, entre los 500 imanes que decoran la heladera, alguno que diga "Envío a domicilio". Qué obra de arte, la verdad. Uno ve los imanes tan organizados y dice "Pero esto debe estar siguiendo algún criterio". Revisa el primero: "Plomería Entubame el cuerito". Ok, la comida debe estar en otro lado, este es el sector plomería. Pero no, luego de una búsqueda minuciosa, uno se da cuenta que el criterio que respeta la disposición de imanes no responde a una separación de rubros... es que, desde lejos, forman una casita con chimenea.
Entonces me pongo a buscar uno por uno, hasta dar con aquel que satisface mi deseo.
"Sí, una grande de muzzarella y dos empanadas de carne". Y acá es donde me entra la duda... ¿Le tengo que dar propina? La pizzería está acá enfrente, el pibe lo único que hace es cruzar la calle... si estuviera a 50 cuadras, y la moto se le queda en el camino, obvio, le doy unas moneditas, pero recompensarlo porque hizo lo que su madre le indicó cuando era niño, eso de "Mirá a ambos lados antes de cruzar"? No sé, que le dé propina su mamá, entonces!
A veces me arrepiento de no vivir en una serie yanki, donde, se sabe, la pizza llega en 30 minutos o es gratis. Van dos horas que espero. Mi estómago, ahora ya declarado un ente independiente, me quiere hacer juicio por daños morales irreparables. Finalmente, suena el timbre. "¿Quién es?" digo, inocentemente, pensando "Si no sos vos, flaco, te juro que cruzo la calle y te meto la pizza en el culo".
"Sí, de la pizzería". Menos mal. Pero esta no te va a salir gratis, maldito... la pizza costaba $3,50... yo fui con 20 mangos. Pensé "Ya que no perdiste tiempo llegando hasta acá, perdelo buscando el vuelto".
Ojalá hubiera pensado mejor mi treta. Ya van 15 minutos que el tipo cuenta moneditas para ver si llega, y yo estoy sosteniendo la puerta con el culo, mientras tengo la pizza en mi mano, me tiento porque sé que está ahí pero no puedo comerla, y mi estómago dice "Protesto, señor juez, este hombre no actúa de buena fe". Finalmente, recibo el dinero que me corresponde, y subo hacia mi departamento justo a tiempo para que la novela, que el maldito chico de la pizza me interrumpió, vaya a una propaganda. Entonces aprovecho para echar el cloro pre-pizza, me lavo las manos y le digo a mi estómago: "Hagamos la paz, no la guerra".
Una vez que la pizza se acaba, empieza la típica reacción post-muzza... sudor en la frente, el dedo recorriendo la caja a ver si quedó algo de queso, servilletas de papel con un agujero en el medio y un poquito de salsa en el mantel... miro para abajo, mi estómago sonríe y me dice "Era una joda, papá, cómo te voy a hacer un juicio a vos?". Yo no sabía si creerle o no... por las dudas, le retruqué con artillería pesada: "Mañana empiezo la dieta..."

"¿Qué será lo que hace que la brújula siempre marque el norte? - Ser aguja nada más, y cumplir su función."

miércoles, noviembre 17, 2004

De cómo meterse en conversaciones ajenas.

Antes que nada, quiero aclarar que, a pesar de las reacciones del post de las mujeres, mi idea es seguir con el tono que el blog tuvo desde el principio, y este es 100% humorístico, yo no escribí esos dos posts para generar controversia ni mucho menos. Dicho esto, recurro a mis buenos amigos de Queen al decir "The show must go on".
Entonces me encuentro en mi casa, como un día cualquiera, cuando el teléfono comienza a sonar. La reacción instintiva que tuve es: "Ta madre, justo ahora que Ricky Ricón está por atrapar al malvado ComeDólares!". Puse el silencio en la TV (a ver si mi interlocutor se entera de que yo estaba viendo eso!), y rogué porque sea de esas llamadas rápidas. ¿Vio cuando le atienden el teléfono y recibe solo monosílabos como respuesta? "Ahá, sí, sí, uh, sí, no, opa!, pero... ahá, sí, y bue, es el país, sí, chau.". Claro indicio de que la otra persona no quería ser molestada, y usted lo llama para decirle que el poroto que estaba cultivando en papel secante se abrió un poquito y muestra un tallo!
Pero bueno, en qué estaba? Ah sí, el telefono sonaba, y menos mal que no hice todo este razonamiento entonces, sino el contestador me habría ganado de mano hace rato. ¿Vio qué molesto que es cuando suena el teléfono, usted está lejos, y de pronto todo se convierte en una carrera contra el aparato? Sabe que al cuarto timbre, usted ha sido derrotado por una máquina que, encima, para burlarse de la victoria, atiende con su misma voz. Pero esta no fue la ocasión. Atendí al momento, y resulta que, cuando digo "Hola" (maravillosa palabra que a alguien se le ocurrió utilizar para comenzar las comunicaciones), escucho un lejano "Hola" del otro lado. Lo curioso es que ese otro "Hola" tenía mi voz. Estaba, en vivo y en directo, en una comunicación con el viejo mundo, con la madre patria, con España, bah... y esa voz que escuchaba era mi propio eco.
Entonces se produce el encuentro, y me pongo a charlar con mi interlocutora, que desde la tierra de Emilio Aragón y Anabel Cherubito, me hablaba de cosas banales. De repente, se escucha una tercera voz... señoras y señores, se pinchó la línea! ¿No le encanta esos momentos, donde ese alma curiosa sale a flote, y quiere saber de qué hablan los demás? En este caso, la situación fue distinta, porque no solo escuchaba a esa tercera voz, sino que esa tercera voz me escuchaba a mí!
Fue así como, mientras yo hablaba con mi amiga sobre perros, una voz de mujer se escuchaba decir "Qué perros ni que perros! Búsquense algo para hacer en vez de molestar". Me encanta cuando la persona en discordia es una vieja quejosa!
A partir de ese momento, el diablo se apoderó de mi alma, y con mi mejor cara de "Soy un tipo serio y me siento realmente ofendido por esto", aunque ella no la viera, le dije "¡Vieja, esto es una conversación privada, no se meta!". Y no hizo falta esperar la respuesta de la señora, que me incitó, nuevamente, a que haga algo de mi vida, que me busque un trabajo... pobre, si supiera que ya lo tengo no me estaría diciendo esas cosas. Es entonces cuando escuché, de su boca, las palabras mágicas: "Así nunca va a progresar el país, con gente que no hace nada". Cabe aclarar que esta señora estaba en España, así que cuando dice el país, se refiere a su patria. Y yo le contesto, con ímpetu: "Señora, el país no va a dejar de progresar porque yo hable con mi amiga por teléfono!". Y la señora, enojada ya, me contesta que la conversación la escuchaba todo el mundo. "¿Qué, usted la está escuchando en la radio acaso?" le contesto yo. Y acá es donde se acaba la diversión... la vieja cortó. Y con ella, mis sueños de escuchar esa conversación ajena que tanto enriquece al hombre aburrido. Sin embargo, a los pocos minutos, se escucha nuevamente aquella dulce voz, diciendo "¿Hola? Sí, quería pedir un turno... 48 años... el viernes 30, a las 15:45... perfecto, gracias". Ahora sé toda la verdad... está engañando a su marido con un médico, fingiendo estar enferma y pidiendo turnos irrisorios, conciente de que en esos horarios su marido, un pobre obrero que está construyendo una sucursal de Pumper Nic enfrente de la placita, está trabajando y no puede comprobar la fidelidad que su mujer le había jurado aquella noche donde, furtivamente, se escaparon de sus casas y contrajeron matrimonio en una pequeña capilla, frente a los ojos de Dios, el cura y Ruben Peucelle, que había ido ahí con su circo de Titanes en el Ring, ya que acá a nadie le interesaba verlo.
A todo esto, cabe aclarar, mi amiga, al otro lado de la linea, estaba por explotar de la carcajada, porque ella sólo me escuchaba a mí, y no a la vieja.
Vieja, si estás leyendo esto... llamame, no te ortibes...

"Los sueños de los niños son especialmente importantes en su etapa de formación. Si un niño no sueña es que será un pelotudo toda la vida."

viernes, noviembre 12, 2004

De cómo evitar el aburrimiento en las propagandas.

¿No notaron cómo las publicidades de la televisión siempre se presentan de maneras inoportunas? Es como que el señor productor adivina nuestras intenciones, y manda propagandas a gusto, de acuerdo a cómo nosotros necesitemos de dicho corte. Es decir, si nos estamos meando, y necesitamos desesperadamente una propaganda, el señor productor decidirá hacer su primer transmisión "Sin cortes". Por el contrario, si estamos muy compenetrados en la trama, entonces es allí cuando el señor productor decidirá que es buen momento para irse a una propaganda de 10 minutos.
Es entonces cuando el ser humano hace uso de su potencial y creatividad, y desarrolla lo que bien podría ser publicado como "Actividades para realizar en tan solo 5 minutos", y las mismas son tan variadas que van desde un simple cloro, a cocinar un completo asado para diez personas, con vino, ensalada y el aplauso para el asador. Pero no importa qué actividad deseemos realizar, nunca alcanzará el tiempo, y siempre volveremos a la TV en el momento exacto en que la propaganda ya finalizó, y el muchacho ya confesó su secreto más terrible. Y lo peor no es eso, sino que, dependiendo de la situación, volveremos en la peor forma posible. Volviendo a mi ejemplo, podríamos volver, en el caso del asado, con el chorizo colgando; así como, en el caso del... ehhh... "Caramba, qué coincidencia!".
Ahora, lo más detestable de las propagandas, es cuán predecible se vuelve el momento previo a las mismas. ¿A qué me refiero con esto?
Ramón estuvo enamorado de Anacleta toda su vida. Siempre intentó decírselo, pero algo lo detuvo. No esta vez, parece que esta vez sí lo confesará:
- Ana, tengo algo que decirte.
- ¿Qué, Ra?
- Es algo que oculté por mucho tiempo... yo...
¡Propaganda!
¿¿Para qué?? Si sabemos que al final no se lo dirá! Si te vas a la propaganda, es porque no se lo vas a decir... sino se lo hubieras dicho antes, y la imagen que nos llevaría a la propaganda sería la cara de sorpresa de Anacleta!
Sin embargo, mi querido lector, usted como yo sabemos que el término "corte publicitario" sólo significa una cosa: Zapping. Y es aquí donde descubrimos el potencial que tiene la TV para ofrecernos una amplia gama de programas interesantes, únicamente cuando nosotros ya estamos viendo uno. Entonces, en la publicidad de nuestra novela, cambiamos de canal, y 8 de cada 10 contienen un programa interesante que, por estar viendo la novela, nos perderemos. Por el contrario, cuando la novela termina, y retornamos a dichos canales; por supuesto, dichos programas terminaron y no hay un soto para ver.
Entonces, querido lector, no te amargues pensando si vas a llegar a tiempo a ver el programa, si vas a poder regar esa plantita en el poco tiempo que te deja la publicidad o si vas a saber si Ramón le va a confesar su amor a Anacleta, antes que lo haga su hermano gemelo Romualdo. Mejor apagá la tele, y metete al blog a leer algo interesante...

"Debemos creer en los sueños del niño. Cuando el niño sueña con tetas, se toca."

jueves, noviembre 11, 2004

Of how to understand something that's not so clear.

Es que me gusta más el inglés que el español. ¿Es tan malo eso? Si digo "Hello" ya todo el mundo piensa que me fascina Bush, que tengo contactos secretos en la CIA, que maté a Kennedy y que Papá Noel no existe.
No soy menos patriota porque prefiera otra lengua. Si juega Argentina al fútbol contra EEUU (porque, para el 90% del país, "patriotismo" significa "querer que tu país gane en el fútbol"), voy a querer que gane Argentina, posta. Sin embargo, prefiero el inglés al castellano. Es tan simple todo ahí... cómo me gustaría ir a un bar, ver a una mina y decirle "How you doin'?" sin que me mire raro y llame a la policía. O decir "Shit" o "Fuck" en lugar de "Ta madre" y "Cha de la lora".
El otro día mi adorada y respetada madre, que está estudiando inglés, me dice "¿Cómo voy a aprender inglés viendo series, si ellos hablan mal? En vez de decir 'You see?' dicen 'See?'". Y claro, es que ellos, al parecer, hablan inglés casi desde que nacieron... es como que un yanki vea un programa argentino y diga "How am I gonna learn spanish watching that? They say 'Ta bien' instead of 'Está bien'". Hay dos ingleses... el inglés de textos y el inglés de la vida, como también hay dos castellanos y dos franceses (Pierre Nodoyuna y Jean Pierre Noher). Si vos querés aprender inglés para decir "The cat is under the table", leete muchos libros, ahí está todo. Ahora, si vos querés inglés para poder decir "Shit, man, that fucker is gonna get some!"... bueno... mirá alguna película con un negro y listo.
Si hay algo que me revienta, pero me revienta mucho, son los que desconfían de lo que sé... o sea, los que, cuando me ven viendo algo en inglés, piensan "Baah, este no entiende nada, solo se hace el que entiende". ¿No pueden comprender que, a pesar de que tenga cara de idiota, algo todavía me queda en el marote? Sí, loco, sé inglés, y si veo una serie yanki sin subtítulos entiendo lo que dicen! Odio que me estén diciendo "¿Qué dijo?" solo para poder comprobar si yo entendí o no. Si igual vos no entendés, yo podría decirte "Ah, sí, dijo que la cachitrula se le está empodernando" y no vas a poder negármelo.
Entonces, mis queridos amigos, no cuestionen mis conocimientos... porque corren el riesgo de que los sorprenda demostrándoles que sí sé... mi querida madre ya sufrió eso, cuando me dijo "¿Qué significa 'slightly'?", y, luego de que yo le respondiera "Ligeramente", comprobara, diccionario mediante, su peor temor... yo tenía razón...

"El día que falten los niños, que sobren las mujeres y que se prenda fuego el último árbol, será el Apocalipsis."

miércoles, noviembre 10, 2004

De cómo ser interrumpido con elegancia.

Bueno. Ya bajamos las cortinas, cerramos la puerta y nos hicimos un sanguchito de jamón y queso. Es hora de poner Play y ver la película. ¿No nos olvidamos de algo? ¡¡El teléfono!! Corremos como locos a tratar de desconectar ese cablecito de la pared, cuando de repente... RIIIIIIIIIIINGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!
"¿Hola?"... nuestra mejor expresión de "La reputísima madre que lo parió, no podías haber llamado en otro momento?" es débilmente oculta por un simple saludo. "Hola, mi nombre es Vanina, soy de Emergencias S.A.".
Buscamos nuestra listita de "Gente que tengo que matar a corto plazo" y anotamos Vanina, justo abajo de El cantante de La Mosca.
- Hola Vanina, mirá, justo estaba a punto de....
- ¿Usted conoce los beneficios que Emergencias S.A. tiene para usted y su familia?
- No, en realidad yo ahora iba a...
- Con Emergencias S.A. usted no tiene que preocuparse por el bienestar de sus seres queridos.
- No, ya sé, pero yo ahora justo...
- Imagínese esto: Son las doce de la noche, usted está en su casa viendo el partido, y su mujer, que había ido a comprar cigarrillos, no llega. Se preocupa, piensa lo peor. De repente, recibe un llamado. El doctor Fernandez le avisa que encontraron a su mujer tirada en la calle, con dos balazos en la espalda. Si usted tuviera Emergencias S.A., ahora estaría cobrando un fangote de guita por el seguro.

¿No es encantador? Nos retratan nuestra peor pesadilla de manera tan descriptiva y comercial, que uno no puede evitar sentarse y comer pochoclo mientras escucha el relato. Con todo el amor del mundo, tratamos de decirle que "NO ME INTERESA COMPRAR NADA, Y LA RECONCHA DE TU MADRE!", pero Vanina sólo atina a decir "¿Pero usted cómo sabe que no va a necesitar esto algún día? Mejor prevenir que lamentar".
Es entonces cuando nos damos cuenta de la posta... el telemarketing es una de las trampas predilectas del maligno para poseernos*. A las pruebas me remito: Ira: ¡¡Te dije que no me interesa comprar nada!!; Soberbia: ¿Un seguro de vida yo? Si soy más fuerte que el hierro; Lujuria: Tenés linda voz, Vanina... decime, cuántos años tenés?; Gula: ¿Y no querés ir a comer a algún lado, Vani?; Pereza: No, tenés razón, da fiaca salir, mejor venite a casa.; Codicia: ¿Y si digo que te compro un seguro y vamos 50 y 50 con la comisión?; Envidia: ¿Que te quedás con el gerente? ¿Pero qué tiene el gerente de esa empresucha que yo no?.

Sin embargo, y para resarcirme con la gente que trabaja de esto (y en especial alguien que conozco que ahora debe estar puteándome), debo decir que tan malos no son... de vez en cuando toca alguien simpático/a que nos saca de un posible aburrimiento...
Por mi parte, en cuanto levanto el tubo y escucho musiquita, corto... el demonio nunca será mi dueño...

* Sacado de "El sendero de Warren Sanchez", para que no me acusen de plagio.

"Los pobres buscan su destino. Acá está; ¿No lo ven?"

martes, noviembre 09, 2004

De cómo viajar cómodo, y cómo evitar que otros lo hagan.

80 centavos nada más. Nosotros creemos que estamos pagando por un simple viaje en colectivo, pero no, estamos pagando por la aventura más intensa que nuestra mente va a vivir en el día. Llegamos al colectivo lleno y la aventura comienza...
Ahora, atento, mi amigo... el pelado del cuarto asiento se levantó... se va a bajar... comienza la pelea. ¿Quién tiene más derecho a sentarse? ¿Usted, que lleva ya una hora y media de viaje, o esa mujer, que no es tan vieja como para requerir el asiento, pero tampoco tan joven como para que usted se lo ceda para que piense "Qué caballero, ojalá me pida mi teléfono"? Se miran, cruce de ojos, no hacen falta palabras. Usted da un paso. Ella da un paso. La agresividad, presente en ambas miradas, es disimulada por esa maldita cortesía que nos enseñaron nuestros padres. "¿Se sienta, señora?". Gracias, qué caballero. "Vieja de mierda...", piensa usted. ¿No se da cuenta que esa señora, que le ha usurpado el asiento que, por ley, le correspondería, ni siquiera siente cargo de conciencia? ¿Por qué habría de sentirlo usted, si le hubiera robado el asiento?
No importa, el tipo de atrás tiene cara de bajarse. Agarró la baranda del asiento de adelante y tomó su bolso, claro indicio de que no le falta mucho. Pero no, querido lector, ese hombre no va a bajarse. Sólo se inclinó hacia adelante para despegarse el calzoncillo del culo y tomó su bolso porque ahí está su Bayaspirina.
Y lo ve en el fondo... el asiento del medio, de la fila de cinco del final, está vacío. Pero usted sabe que ese es el peor lugar para sentarse. Preferiría quedarse parado que ocupar dicho lugar, a la vista de cualquiera que se suba, y sin lugar de donde agarrarse. Sin la sensación de libertad que provee el asiento del pasillo, ni el confort que ofrece el de la ventanilla. No importa, usted ha viajado un largo camino y no quiere seguir parado. Hace fuerza entre los enormes brazos del de la derecha, y la valija que lleva entre sus piernas el de la izquierda. Una vez que se acomoda, respira y mira hacia adelante. El sufrimiento terminó.
Adelante suyo, en uno de esos asientos para uno, la señora se levanta. Como un rayo, usted arremete contra éste, tirando a la mierda la valija de su compañero, y casi derrumbando a esa vieja que, minutos antes, le robó el asiento.
"¡Al fin, sentado y cómodo!". Asoma su cara por la ventanilla, y ve un negocio que le resulta familiar. Se queda pensando unos segundos y de repente, se da cuenta... "¡¡¡Me pasé de parada!!!".

"Todo caminante merece una palangana con agua caliente. Del reposo de sus pies depende la longitud del camino."

lunes, noviembre 08, 2004

De cómo apurarse para no llegar nunca.

"¡Dale, que no llego a tiempo!". ¿A tiempo para qué? Parece que todo el mundo estuviera apurado pero nadie tuviera realmente por qué apurarse. Porque se nota desde el mismo momento en que el semáforo de la mano perpendicular se pone en rojo, que el rugido de los motores suenan, y los autos avanzan de manera tremendamente veloz, para llegar antes que nadie a... ¿A dónde?
Hoy estaba volviendo de la facultad (precioso lugar donde la mayor parte de mi vida parece estar desaprovechándose), y me paro en el semáforo de Juan B. Justo. Apenas éste cambia a amarillo, un auto atrás (y cuando digo atrás, me refiero a unas 3 cuadras) empieza a tocar bocina, pidiéndome, con la amabilidad que caracteriza a los argentinos, que "Avances, la concha de tu hermana!". Qué tonto, el señor no sabía que como hermana yo no tengo, con la suya me entretengo.
Es entonces cuando el peor temor del automovilista se hace realidad... ¡No entra la primera!, y uno se desespera, porque, como buen samaritano, quiere contentar al hombre de atrás, y a la vez quiere avanzar, pero el auto está diciendo "Pará, flaco, yo hago lo que puedo, pero no soy una Ferrari". No sabía si reir o llorar de mi pobre Vivace, pero la cuestión es que recordé lo que aprendí en mis clases de yoga (bueno, en realidad las ví desde afuera por la vidriera, pero la lección la aprendí igual... ¡Y sin pagar!): "Si en algún momento te sientes nervioso, sólo aléjate del mundo a tu alrededor, cuenta hasta 10 y vuélvelo a intentar, respirando relajado.", y eso hice... debo admitir que dió resultado. Claro que, para ese momento, el tipo de atrás me había pasado hace rato, yendo a los pedos, y mostrándome un dedo que, al no ser precisamente el anular, dudo que su intención haya sido decirme "Estoy casado, mirá qué lindo anillo me compré".
Y ese mismo hombre fue el que, tan solo minutos después, quedó en una interminable fila de autos que iban a doblar a la izquierda en un semáforo con flechita. Mientras, yo pasaba a su lado y me cagaba de risa... es que había recordado un chiste...
Por supuesto que quise devolverle la cortesía al amable señor, y en cuanto lo pasé, bajé la ventanina y le mostré el mismo dedo, a manera de "Señor, no entiendo bien su cultura de saludo, pero le soy respetuoso y se la devuelvo de la misma forma, que tenga usted un buen día". Espero que me haya entendido...

"Sobre el umbral de la duda, la vagancia levanta su caserón. Agarrémonos las manos y vamos ya!"

domingo, noviembre 07, 2004

De cómo vender lo que sea.

Está visto que, en este pais, si quiero ser feliz, no alcanza con rodearme de gente que quiero, vivir la vida de manera eficaz, con una sonrisa en la cara y pocas preocupaciones en la mente. Claro que no, porque... ¿Cómo podría ser feliz de esa forma? ¿No se dan cuenta que no tengo un jabón Dove? ¿No notan la ausencia de Skip Ultra? ¿¿¿A eso le llaman felicidad ustedes???
La publicidad puede resultar efectiva, inefectiva, o pasar desapercibida, pero siempre supone retratar una realidad. Es decir, la intención de la publicidad debe ser adecuarse a situaciones cotidianas, para que el usuario hogareño se sienta atraído por la misma y compre el producto en cuestión.
Sin embargo, supongo que estarán de acuerdo conmigo en que esto no sucede. Pongamos por caso la propaganda de la nueva limonada Ser, con Verónica Lozano. Les presento dos casos, ustedes díganme cuál se adecúa más a la realidad, y cuál parece de publicidad:
Caso 1
Persona 1: Uf, muchachos, no saben. Estuve corriendo una barbaridad, y la verdad, me dio tanta sed que quiero tomar algo rico. Pero me estoy cuidando y no quiero darme esos gustos.
Persona 2: Pero tontito, no sabes que ahora salió la nueva limonada Ser, de bajas calorías? Podés darte el gusto todo lo que quieras, ya que está elaborada con los más finos limones, sin agregados de azucar.
Persona 1: ¿Me estás diciendo que yo podría tomar lo que quiera de la nueva limonada Ser y aún así no engordar ni un gramo?
Persona 2: Exacto, porque limonada Ser está avalada por los mejores nutricionistas.
Persona 1: Yo me cambio a Ser.

Caso 2
Persona 1: Ah mierda... chivo como un loco, no tendría que haber perseguido a esa mina por 20 cuadras... y ni siquiera me dió bola, la muy turra. Che, me cago de sed, qué tenés?
Persona 2: Ni idea, fijate... creo que queda un poco de Ser.
Persona 1: Dejá, mejor busco agua del inodoro, es más nutritivo.
Persona 2: ¿Y desde cuándo te cuidas, vos, si sos una bola de grasa?
Persona 1: Andá a cagar, forro.

¿Entienden mi punto? Si vas a vender una limonada, no trates de retratar la realidad. Nadie en su sano juicio dice "Me voy a morfar una manzana, por su poder nutritivo, su frescura y su sabor inconfundible."
Si me vas a vender, o me ponés una llama haciendo chistes, o me ponés a un nene diciendo "Yo quería un aeropuerto, cabezón". Hasta ahí te lo acepto.

"No existiría el sonido del mar, si faltara en la vida oreja y caracol."

De cómo se desenvolvió (y otras aventuras de Don Rodrigo)

Ok, esto tendría que haberlo escrito mañana, pero realmente no me pude aguantar.
Querido lector que vienes siguiendo mi blog religiosamente cada día: Debo advertirte que el siguiente post va a diferir en cuanto a formato con lo que usualmente escribo. Esta vez, en lugar de comentar alguna situación de la vida, pasaré a narrar un hecho personal desde un punto de vista completamente fanático, por lo que espero que sepas comprenderme y respetarme.
Empezaré por decir que hoy fui a ver a Les Luthiers, y por ahí viene la onda. Si leyeron mi post anterior, entederán de mi fanatismo.
Bueno, la obra que fui a ver se titula "Las Obras de Ayer", y es un show que ya hicieron otras tres veces en la Capital Federal, y yo fui a verlas todas y cada una de ellas, lo que convierte a la actual en mi cuarta oportunidad de ver exactamente la misma obra.
Cabe aclarar que la función de hoy fue una ocasión especial: Hicieron solo dos funciones en un teatro de Martinez, con muy poca publicidad.
Para empezar, lo primero que debe saber el señor lector, es que, si no vió la obra (y aún si ya la vió), perdió la oportunidad de su vida al no asistir. Le cuento por qué: Si bien en el programa de la obra rezaba que harían un número llamado "San Ictícola de los Peces", dicho número jamás apareció. En su lugar, hicieron un número completamente nuevo, creado específicamente para esta obra (en realidad, específicamente para esta función y la de ayer, porque en otras presentaciones de la misma obra no estaba este número). El número en cuestión, cuyo título desconozco, trataba de un hombre (Marcos Mundstock) que le rezaba al Santo Sandádivo Magnánimo para que le ayude económicamente. La trama se pone interesante cuando este hombre charla telefónicamente con el santo en cuestión (y aquí es donde se nota la poca antigüedad de este número, que menciona palabras modernas como "celular" e "internet"). En resumen, el número estuvo más que bien, y el hecho de ser completamente nuevo e inesperado lo hizo ganarse todo mi corazón.
Mi teoría es que dicho número, si tuvo buena recepción en estas dos funciones, será incorporado al nuevo show del año que viene.
En fin... luego del espectáculo (excelente espectáculo), me retiré con mis compañeros que seguramente leerán esto, y gracias a uno de ellos, me compré el video de "Todo Por Que Rías", que salió a la venta ayer.
Pero la cosa no acaba allí. Nos quedamos unos minutos en el teatro y vimos, con mucha emoción, que Daniel Rabinovich estaba parado ahí, listo para irse. Así que aproveché y me ligué su firmita en el video. Y no solo eso, luego salió Jorge Maronna. Otra firmita más. Y no se acaba... a continuación salió Marcos Mundstock... otra firmita más... de paso, charlé un poquito con él, y recordó cierto video que filmó hace un tiempo para mi prima (y que mi querida Marita estará recordando ahora con una sonrisa).
Ahí sí me fui victorioso... o casi... me faltaba algo: Un poster.
No me faltó por mucho tiempo... cuando ví que el encargado del teatro estaba sacando todos los posters, le pedí que me regale uno que estaba allí, y así lo hizo. Así que, sacando cuentas, me fui de una obra que ví cuatro veces, llevándome un video, un poster y tres autógrafos. Sin contar, claro, el hecho de vivir uno de los mejores momentos en mucho tiempo.
Y así es como, estimado lector, llego hasta este momento, donde todo terminó, pero una voz me susurra al oido la palabra que me hará recordar esta noche por muchos años: Achicoria...
No es mi estilo, pero, si el cálido lector me lo permite, quiero dedicar este post... se lo dedico a una de las personas más maravillosas que conocí, cuyo amor por Les Luthiers hace que compitamos constantemente por ver quién tuvo más relación con ellos. Marita, esto es para vos, chupate esta mandarina.
Por ser ocasión especial, la frase de hoy que acompañará al post no será de Vaporeso sino de otro grande: José Duval.

"Un libro que no tiene nada escrito, más que libro es un cuaderno."

sábado, noviembre 06, 2004

De cómo evitar la responsabilidad (y cómo caer en ella también)

"Bueno, descanso 5 minutos más y me pongo las pilas".
Sabemos que no es así. ¿Para qué lo decimos? Porque en el momento preciso en que la parte posterior de nuestra cabeza, roza, en un movimiento uniforme y a velocidad constante, cualquier parte de la almohada, es entonces cuando cualquier promesa de obligación, responsabilidad y/o compromiso, queda automáticamente anulada, con firma y aclaración de escribano público, y de acuerdo a lo pautado por la ley 11.723 de propiedad intelectual (¿Qué? ¿Usted nunca leyó Mafalda?).
Es entonces cuando la gran paradoja del ser humano monta carpa en nuestra mente, y se hace unos bizcochitos, porque planea quedarse un tiempito. ¿Me paro y empiezo a trabajar para descansar después, o descanso ahora y después me pongo todas las pilas?.
Señores, hemos llegado a la luna, hemos descubierto el átomo, hemos bailado el moonwalk con estilo y hasta hemos creído que Mr Ed hablaba posta; pero aún no hemos podido responder esta interrogante que aqueja al hombre quizás desde tiempos inmemoriables, donde antiguos homo habilus, a la hora de hacerle honor a su nombre (a la parte de habilus, no de homo), decidían descansar primero, y luego darle pito y matraca a la lanza y el mamut, en un movimiento que luego sería capturado en la pared de una cueva, y animado por Disney mientras Goofy contaba lo que veíamos.
Yo les digo, mis estimados chichipíos, que la paradoja no lo es tal. Porque desde el mismo momento que nos la planteamos, sabemos de antemanos que el hombre, ser vago por naturaleza, va a responder primero a su instinto animal. Más precisamente al del oso, y va a entrar en un estado hibernativo de cual sólo saldrá cuando la situación realmente requiera que se ponga las pilas o lo cagan a pedos.
Sólo aquél que goza de descanso mental, que no es atormentado por voces de su interior acosándolo de estar descansando en horarios prohibidos, que arremete con responsabilidad su tarea, y que no se avergüenza de admitir sus ganas de trabajar; sólo aquél, mis amigos, es el bendecido que merece respeto, cariño, y amor.
Listo, ya escribí el post, me voy a dormir.

"Aprende de la primavera, que antecede al verano y precede al invierno, y no lo anda diciendo por ahí."

viernes, noviembre 05, 2004

De cómo perder la oportunidad de su vida (o al menos una de ellas)

El hombre normal (e incluso también aquellos que, como yo, rozan la locura con ambición, divisan la rareza con curiosidad y cortejan a la insania con aprecio) tiene sueños. Sueños que, a veces, involucran a gente que uno puede no conocer, pero desearía hacerlo.
Usted, señor lector, o bien vos, preciosura (asumo desde ya que las amables lectoras de este espacio, no solo son ejemplares hermosos del sexo femenino, sino que me dejan tratarlas con más confianza que al respetable caballero). Decía, usted, o vos, tienen fanatismos. Es una sensación común a cualquier ser humano. Siempre existe ese alguien mejor que nosotros, que nos gustaría imitar, igualar, o simplemente admirar. Yo lo confieso, soy hombre de fanatismos. A veces extremos, a veces limitados, pero fanatismos al fin.
La calidad de mis fanatismos, a veces me han provocado cierta sensación de frustración, debido a la imposibilidad que tengo de mantener contacto con aquél que tanta admiración me causa. Pongamos por ejemplo la famosa banda Queen, que usted, mi querido lector, debe saber de memoria (si es que me conoce) que yo la admiro a muerte. Pues bien, mi fanatismo hacia esta banda, y en particular a su lider, Freddie Mercury, me ha causado la desilusión de saber que mi sueño de conocerlo en persona jamás será realizable (a menos que tenga una pala, una linterna, y ganas de cavar).
Sin embargo, poseo otro fanatismo un poco más... digámosle... tangible. Se trata de un grupo musical llamado Les Luthiers.
¿A qué voy con todo esto?
Hoy fue un día largo en la facultad. Salí de mi casa a las 9:30 de la mañana, pensando, por alguna razón, en esponjas marinas y algas idem. Ahora son las 11 PM y hace tan solo media hora que llegué a casa. O sea, posta que fue un día largo.
En un momento de ocio, charlando con mis profesores, me paro frente a uno que había fichado desde el comienzo. Le digo: "¿Vos sos Marcos?", "Sí", me contesta. "¿Marcos Nuñez Cortés?" (el ávido lector que sepa de la banda, sabrá, a esta altura, a dónde se dirige esto). "Sí, sí", me contesta. "¿Alguna relación con Carlos Nuñez Cortés, pianista de Les Luthiers?". "Es mi primo hermano".
Señor lector, señorita lectora, fue en este preciso momento en que mis ojos brillaron más que los de Pikachu antes de hacerle el Kame Hame Ha a Robotech. Entonces, haciendo una brillante demostración de mi fanatismo, le empiezo a comentar de mis ansias de conocer al pianista en persona, pero Marcos me tira el sueño abajo: "No, es mi primo, pero hace años que no nos hablamos".
¿Por qué será siempre que, el conocido del conocido del primo de un amigo, nunca será más que eso, un número lejano en la larga secuencia de relaciones?
Ya escribí bastante y no quiero extenderme demasiado. Si el estimado lector (y sé que habrá más de uno) quiere saber un poco más en detalle cómo fue la situación, no tiene más que pedirmelo.
Y vos, Marquitos, amigo, compadre, colega, hermano... no te olvides de mí...

"Dale la mano al mono, y nunca el codo, dado que mono confianzudo es irreversible."

jueves, noviembre 04, 2004

De cómo encontrar la vocación en cualquier lado.

Dicen que los mayores inventos de la humanidad nacieron por error. El creador en cuestión, lejos de intentar materializar dicho artefacto, termina lográndolo sin siquiera proponérselo. ¿Será que ocurre lo mismo con las preguntas?
¿Podrá ser cierto que las mayores cuestiones del ser humano hayan nacido de un simple divague? ¿Y tendré yo la capacidad de generar dichas cuestiones?
El otro día estaba al pedo, como suelo estarlo en la mayor parte de mi vida. En ese estado, la mente divaga y uno puede terminar pensando cosas que jamás se le habrían ocurrido.
Yo me pregunto... ¿Cómo le nace la vocación, a un proctólogo? Yo puedo comprender que, un abogado, luego de ver (o por qué no, vivir) un juicio, diga "Esto es lo que yo quiero hacer", o bien un médico, al visitar un hospital, ver cómo salvan a su madre enferma, o ser él mismo producto de la maravillosa ciencia que cura a la gente, pueda querer decir "Esto es lo mío".
¿Pero cómo le nace la vocación a alguien que se dedica a lo que se dedica un proctólogo?
Esto es lo que yo imagino:
Supongamos un hombre cuya vocación en la vida aún no está definida. Digamos que se llama Ricardo Mestrécola (¿Qué esperaban, un Juan Perez?). Ricardo está terminando sus estudios secundarios, luego de unos 7 años seguidos (olvidé mencionar que Ricardo no era muy bueno en sus estudios), y mientras estudia para uno de sus últimos exámenes, de la materia "Educación social y reactivación económica en la edad media", se pone a pensar en su futuro. "¿Qué quiero ser?" se pregunta Ricardo. Y no encuentra respuesta.
La inspiración llega cuando uno menos se lo espera. Ese es un hecho, y es el mismo hecho que justifica lo primero que dije en este post, que los mayores inventos nacen por error.
De tanto pensar, a Ricardo le dieron ganas de ir al baño. Agarró su edición aniversario de la revista Gente y se dirigió hacia ese pequeño cubículo, testigo de los mejores momentos de su vida (una vida no muy emocionante, permitanme decirlo).
Ricardo hace su deposición, mientras se sorprende porque Polino sale con Petete y fueron capturados por las cámaras. Una vez finalizado el acto, se para, se da la vuelta y dice lo que será su motivación:
"Puta madre... qué buen garco... yo debería dedicarme a esto.".
Como estampita de santa, una luz se postra sobre él y música celestial se escucha de fondo. Ricardo ha encontrado su vocación. Años después se recibe y cobra por tocarle el culo a cualquiera.
Y usted, estimado lector, creía que su laburo era jodido... ¡Pero por favor!

"De la suprema Maryland me gusta todo menos la banana."

miércoles, noviembre 03, 2004

De cómo lograr que te hagan caminar al pedo.

Los argentinos nos adjudicamos muchas cosas. Y con razón, si somos unos capos. Pero el invento genial que logramos, y del cual me refiero hoy, es el colectivo. No pasa tanto por el medio de transporte en sí, sino por su gente, sus costumbres.
Luego de una hora de viaje (agotador viaje, debo decir), me paro dispuesto a finalizar dicho trayecto y despedirme, así, del amable chofer que tuvo la delicadeza de detenerse ante mis pies sin que yo siquiera tenga que hacer más gestos que estirar un brazo. Porque... ¿Quién inventó eso de estirar el brazo? Debo admitir que fue un invento revolucionario, más simple no podía ser... estirar para arriba significa "Colectivo, pará!"; estirar para abajo significa "Taxiiiii!!!"; estirar hasta dejarlo en posición paralela al cuerpo, apuntando para abajo, significa "Mirá el sorete que pisé". La posición contraria indica "¿Eso es un pájaro o un avión?" (N. de la R.: Quizás es Bon Jovi... ojo...).
En fin... decía... luego de una hora de viaje, me paré dispuesto a bajarme, y veo que, delante mío, una señora opaca la puerta en su totalidad. Entonces yo me quedo ahí, mirando cómo la ciudad se aleja a medida que el colectivo avanza. Al llegar a la parada, noto cómo el vehículo sigue de largo, y la señora, que hasta hace 10 segundos tenía cara de "Sí, me bajo acá." me dice "Ah, no, yo no bajo acá, si querés bajar tocá el timbre.".
El universo es amplio y vertiginoso. Ocupa un lugar infinito que los más grandes científicos de la historia aún no han logrado medir. Se dice que el universo, directamente, no tiene fin. Varias teorías contradicen ello, argumentando que los agujeros negros imponen una especie de límite. Aún así, su enorme anchura lo hace ser considerado uno de los espacios más abarcativos que existen, si no es el más abarcativo de todos. Y sin embargo, paradójicamente, la cantidad de insultos que se me ocurrieron para esa mina, no entrarían en dicho espacio.
Pregunto yo... si no te vas a bajar, por qué tenés que pararte en la puerta, mirar hacia el frente y dejar tu mano cerca del timbre, con toda la cara de "Sí, ya toqué, solo esperá a que frene", eh? ¿Costaba mucho, acaso, hacerte a un lado y dejar bajar a los que sí querían bajar?
Está bien, son 3 cuadras más adelante las que me dejó el colectivo, pero había necesidad de caminarlas?
Esto no pasa ya por la simple anécdota y la experiencia de haber sido embaucado por una mujer que debe ser más pelotuda que Marley imitando al dinosaurio Barney (ojo al piojo, señor lector... Marley y Barney terminan igual... ¿Casualidad?). Pasa porque me ha dejado un trauma que no me sale ni oliendo Poxi-Ran... ahora, temeroso de que la situación se repita en lugares más inhóspitos, cada vez que quiero bajar y me encuentro con alguien adelante, debo correr el riesgo de pronunciar las palabras... "Señor... ¿Se baja acá?", con las consecuentes respuestas, que pueden variar desde un "Sí" hasta un "No, pelotudo, se me dio por jugar ring raje en el colectivo y me olvidé de correr."
Cuando era chico me daba miedo viajar en colectivo... ahora el miedo es dejar de viajar en él... sépanlo, soy un hombre de traumas, algún día les contaré de mi terror a apretar el 9 en el ascensor...

"Algún día los libros desterrarán a la radio, y el hombre descubrirá el oculto poder del Amargo Serrano."

martes, noviembre 02, 2004

De cómo desconfiar de todo el que se haga el bueno.

Sí, me gusta escuchar a Piñón Fijo, y qué? ¿Por qué es que, cuando alguien hace algo bueno, ya todo el mundo cree que algo malo esconde? Al quía lo acusaron de chorro, de evasor, de mil cosas... "Claro", dirán, "Si hace tantas cosas buenas, por algo debe ser... algo debe estar buscando.". No pueden concebir que el tipo sea bueno con los chicos por razones que van más allá de lo monetario.
El tipo no es así desde que está en televisión, puedo dar fe de ello. ¿Cómo doy fe yo? Porque yo, en el año 1995, fui de vacaciones con mi familia a Córdoba. Y él estaba ahí. Con el mismo traje de payaso y la cara pintada, haciendo un espectáculo en la calle, pasando la gorra. Y era igual de simpático y gracioso como es ahora. Incluso, varias de sus canciones, existían en ese entonces. Un casette que tengo por ahí atestigua que "Una mano se fue a pasear", "Piñón Fijo es mi nombre" y otras, no son producto de una compañía de grabación, sino del talento del tipo. Ese casette es un casette virgen grabado por él, no es nada hecho por una gran discográfica. Es él, su guitarra y nada más.
Me da bronca que lo critiquen, por el hecho de que lo hacen por buscarle basura... y les da bronca no poder encontrarla... y eso a mí me pone contento, porque ya no pasa por su música o su capacidad de entretener a los nenes. Pasa por el hecho de que es un tipo que laburó desde chico, en la calle, para lograr lo que logró ahora, y nadie tiene derecho a sacárselo. Se lo ganó. Y todos tratan de encontrarle algo, pero no pueden... eso me alegra.
Y fuera de eso... ¿Quién no esboza una sonrisa, hoy, con una canción de Carlitos Balá? Dale, pebete, pebeta... vos podés tener 30 años, pero si escuchás "Qué gusto tiene la sal?" contestás bien fuerte "Salada!". ¿Y? ¿Me vas a acusar, entonces, porque me divierta la música de Piñón?
Sus canciones tienen buen ritmo... si su letra está destinada a los más chicos y dicen cosas que los adultos no necesitan oir, como "Nene, dejá el chupete", no tiene nada que ver.
Ah, y para los incrédulos... el Chu Chu Ua no es de él... es una canción que yo cantaba en mi viaje de egresados de primaria, mucho antes que el quía fuera famoso... y no lo está usurpando, él mismo admitió que no lo compuso.
Entonces no me culpes si a mí me gusta Piñón Fijo, si vos te divertís con Carlitos Balá, o sonreís viendo a la Pantera Rosa, o moves el cuerpo al escuchar a Johnny Tolengo.

"Me encanta el éxito, por eso prefiero el estado de progreso constante con la meta al frente y no atrás."

lunes, noviembre 01, 2004

De cómo se puede explicar un tema que se desconoce.

Yo no tengo vergüenza. Yo, si hay que hablar del lío internacional, de la guerra en Irak y todas esas cosas, puedo poner cara de "Sí, estoy re informado" y hasta algún iluso me lo cree. ¿Qué tan dificil puede ser? "Bla bla bla Irak, bla bla bla Bush, bla bla bla Bin Laden.". "Qué tipo groso" van a decir.
Pero esto es inconcebible. Yo puedo mentir a un grupo de gente, exagerando serían 4 ó 5, y sobre temas que no estoy impartiendo como enseñanza. Sin embargo este hombre, cuyo nombre protegeré por si de puta casualidad cae acá, pero digamos que se llama R.R., no tiene cara. No solo enseña una materia que desconoce, sino que la enseña sin la vergüenza de admitir que no sabe de qué está hablando.
Lo sufrí un cuatrimestre, donde enseñó Algoritmos I (bueno, creo que ocultar su identidad ya no tiene sentido, ya que él mismo sabe qué enseñó, y conoce sus iniciales). Me lo supe bancar, porque, bueno, yo era un idiota (¿Dije era?). Pero ahora no puedo soportar que, una materia tan complicada como lo es Algoritmos II, sea impartida por alguien que no sabe siquiera qué es un algoritmo.
Flaco, si vos venís y decís "No, chicos, hoy no voy a enseñar nada porque, la verdad, no tengo la más puta idea de qué significa todo esto", yo me paro y te aplaudo. Pero empezar a usar palabras complicadas, pensando "Estos son estúpidos, qué van a saber si estoy hablando posta o diciendo boludeces?", no va, eh...
Yo no pienso comerme medio cuatrimestre de lo mismo porque los responsables de esta materia lo vieron caminar, le dijeron "Vos tenés pinta de groso, che" y lo invitaron a dar clase. Porque si hay algo que le doy crédito, es que tiene pinta de groso. Si yo no supiera quién es, y lo viera pasar, le digo al que esté al lado mío "Mirá qué pinta de groso."."¿Groso?", me dirán. "Sí, groso" contesto yo, "¿No ves que tiene barba?".
A propósito. ¿Conocen www.sosgroso.com.ar? Visítenla, está re buena.

"Ladrón no es cualquiera, ladrón es quien usurpa el bien ajeno en beneficio propio. Sino no."