martes, noviembre 09, 2004

De cómo viajar cómodo, y cómo evitar que otros lo hagan.

80 centavos nada más. Nosotros creemos que estamos pagando por un simple viaje en colectivo, pero no, estamos pagando por la aventura más intensa que nuestra mente va a vivir en el día. Llegamos al colectivo lleno y la aventura comienza...
Ahora, atento, mi amigo... el pelado del cuarto asiento se levantó... se va a bajar... comienza la pelea. ¿Quién tiene más derecho a sentarse? ¿Usted, que lleva ya una hora y media de viaje, o esa mujer, que no es tan vieja como para requerir el asiento, pero tampoco tan joven como para que usted se lo ceda para que piense "Qué caballero, ojalá me pida mi teléfono"? Se miran, cruce de ojos, no hacen falta palabras. Usted da un paso. Ella da un paso. La agresividad, presente en ambas miradas, es disimulada por esa maldita cortesía que nos enseñaron nuestros padres. "¿Se sienta, señora?". Gracias, qué caballero. "Vieja de mierda...", piensa usted. ¿No se da cuenta que esa señora, que le ha usurpado el asiento que, por ley, le correspondería, ni siquiera siente cargo de conciencia? ¿Por qué habría de sentirlo usted, si le hubiera robado el asiento?
No importa, el tipo de atrás tiene cara de bajarse. Agarró la baranda del asiento de adelante y tomó su bolso, claro indicio de que no le falta mucho. Pero no, querido lector, ese hombre no va a bajarse. Sólo se inclinó hacia adelante para despegarse el calzoncillo del culo y tomó su bolso porque ahí está su Bayaspirina.
Y lo ve en el fondo... el asiento del medio, de la fila de cinco del final, está vacío. Pero usted sabe que ese es el peor lugar para sentarse. Preferiría quedarse parado que ocupar dicho lugar, a la vista de cualquiera que se suba, y sin lugar de donde agarrarse. Sin la sensación de libertad que provee el asiento del pasillo, ni el confort que ofrece el de la ventanilla. No importa, usted ha viajado un largo camino y no quiere seguir parado. Hace fuerza entre los enormes brazos del de la derecha, y la valija que lleva entre sus piernas el de la izquierda. Una vez que se acomoda, respira y mira hacia adelante. El sufrimiento terminó.
Adelante suyo, en uno de esos asientos para uno, la señora se levanta. Como un rayo, usted arremete contra éste, tirando a la mierda la valija de su compañero, y casi derrumbando a esa vieja que, minutos antes, le robó el asiento.
"¡Al fin, sentado y cómodo!". Asoma su cara por la ventanilla, y ve un negocio que le resulta familiar. Se queda pensando unos segundos y de repente, se da cuenta... "¡¡¡Me pasé de parada!!!".

"Todo caminante merece una palangana con agua caliente. Del reposo de sus pies depende la longitud del camino."

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Primero que nada corresponde a mi presentarme: soy Karina, cosa que aunque poco les importe es cordial decir...es importante que sepan,que Pabki sepa, que no lo conozco, del todo...¿que m*er$@ quiero decir? se preguntaran...soy muy fanatica de friends y por ende "portalfriends" (de nada por el chivo) esta netre mis pags favoritas...asi llegue hasta aca...y tengo qeu admitirlo, tb me gusto esta pag,lo que dice algunas cosas sobre mi salud mental... la cuesiton es que viajo en colectivo todos los dias para ir al colegio, lo admito, es un viaje cortito, pero prueben hacerlo a las 1.30 del mediodia en un colectivo que se cae a pedazos y que encima tiene en su recorrido como 60 escuelas...no va muy vacío quiero decir...y es la eterna lucha, porque todos sabemos que si hay un hombre y una mujer queriendo sentarse el hombre,tratando de conseguir un numero de telefono,se hace el caballero y te deja...pero ¿y dos mujeres?...¿no sabe la gente que las peleas de mujeres pueden ser fatales?...si, las muejres tendemos a rivalizar por todo...incluso un asiento de colectivo...yo voy siempre por la opcion mas facil, si hay una mujer que se siente...ya encontrare un hombre caballero que me deje su lugar ¿no?

Cosme Fulanito dijo...

Primero que todo, corresponde a mí decir: Bienvenida Karina, gracias por los comentarios de ambas páginas mías, y si me dejás tu foto, ya mismo me encargo de que el equipo de Portal Friends te contacte para enviarte el regalo de cortesía (no te olvides de dejar tu teléfono).
La razón por la cual en mi post no dije absolutamente nada de la rivalidad entre dos mujeres, es porque, sinceramente, nunca la viví... estoy conectado con mi lado femenino, pero no tanto...

BOLOÑOQUI dijo...

me pasa mucho eso de que cada vez q me subo, es todo un juego de estrategia decidir a quien esperar.. gralmente uno busca al más viejo y pinturrajeado, que se va a bajar en pza italia ( en mi ejemplo eso vale, dado q el 37 va a ciudad y lleva dos tipos de gente: nosotros y los de plaza italia)
asi que! es todo una tactica loca ... no saben como he mejorado últimamente!!

Marita dijo...

Miralo vos al chico, ahora tiene fans... esto es demasiado.
Bueno, lo del colectivo aca no pasa, esta puta ciudad esta llena de autos (lo que resulta un problema si te pones a pensar que tiene el tamaño de belgrano y la cantidad de autos de toda capital). Eso si, en feria, los autobuses se llenan... pleno verano y aparentemente los españoles mas viejos le tienen alergia al desodorante...

Anónimo dijo...

Cuando se te ocurre viajar entre las 6:30 y las 9 de la mañana, en las horas del mediodía, y/o por la tarde-noche (como dice Santos Biasati), se complica un poquito el tema. Cómo hacés para subir si no hay lugar? Obvio, vas colgado del estribo. Por lo general, con una sola mano, porque en la otra tenés una carpeta, un libro, el bolso colgado del hombro, y la(s) moneda(s) para el pasaje en la mano.
Cuando por fin lográs entrar al colectivo comienza la lucha.
Y normalmente podés sentarte aunque sea un ratito, pero el día que llevás un bolso, una mochila, una bolsa, tres carpetas, cuatro libros, dos diccionarios, una enciclopedia, un paraguas, y otras cosas más, no conseguís asiento para nada. Y cuando estás de pie, al colectivero se le ocurre que podría ser divertido frenar de golpe. Y te vas a saludarlo a cada rato.

Anónimo dijo...

^^ Esa fui yo (Ana). Pero soy tan tonta que me olvidé de escribir quién era.