martes, diciembre 21, 2004

De cómo aprender el jamón del sandwich que es el origen de las palabras.

¿Cuántas veces vemos, en el diccionario, palabras que dicen "Del latín..."? Saber el origen de las palabras, a veces puede resultar un tema por demás interesante. ¿Usted sabía que "asesino" viene del árabe "haxaxin", que significa "bebedores de haxix"? En realidad, no estoy acá para hablar del origen de las palabras, sino del paso intermedio entre eso y lo que conocemos nosotros, es decir, la deformación.
Volviendo al caso de estos muchachos que gozan de quitarle la vida a otros. Sabemos que "asesino" viene de "haxaxin", pero la pregunta que me surge es... ¿Quién fue la mente brillante que dijo "Saquémosle la H, pongamos S en lugar de X, cambiemos la segunda A por una E y agreguemos una O al final"? Porque parecería que estuviera jugando con Berugo Carámbula, impaciente porque éste, en cualquier momento, diga "Alcoyana alcoyana".
Ese, junto con la pregunta de dónde está Wally, es uno de los más grandes interrogantes del hombre. ¿Quién es el que modifica las palabras y de dónde saca la inspiración?. Dicen que el nombre de "Lunes" viene de la Luna... ¿Y por qué le sacaron esa bonita A al final, y le agregaron ese feo ES? Capaz yo quería que, si fuera a recibir su nombre de aquél satélite artificial que algunos ignorantes creen que es un planeta, un nombre bonito, en lugar de Lunes, sea Lunoqui. Entonces, con ese criterio, Martes podría llamarse Martuchi; Miércoles, Mercolate; Jueves, Juvilate; Viernes, Vernicheli; Sábado, Sabadú; y Domingo, viva la pepa. ¿Quién me prohíbe hacerlo? Porque alguien fue el que puso esos nombres, y dudo que ese alguien haya dicho "Buenas tardes, mi nombre es Bonifacio Pertucci, y soy Nombrador Oficial. Aquí está mi título. Vengo a deformar nombres de satélites y planetas para renombrar los días de la semana".
Lo mismo pasa con los meses. Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre vienen de Séptimo, Octavo, Noveno y Décimo (correspondientemente, por supuesto), ya que, antiguamente, estos eran los últimos meses del año. No me digan que otra vez vino don Pertucci a decir "Vengo a deformar los números para nombrar a los meses".
Entonces, si no deformamos la palabra "shopping", sino que la usamos tal y como nuestros queridos amigos anglosajones nos la legaron, ¿Por qué no hacemos lo mismo con las otras? A partir de ahora, quiero ver titulares en Clarín que digan "Hallóse el haxaxin de Puerto Madero".
Para culminar, y ya como apéndice de este tema, quiero que el estimado lector sepa (alguno quizás ya lo sabe, pero no importa), que quiero aprender latín. Me gusta el latín. He recibido recomendaciones de gente que me implora que no lo intente, porque es demasiado complicado. Pero yo tengo la idea fija, y es por un motivo solo: Parecer groso. Es sabido ya que el latín es símbolo de cultura, de conocimiento. Entonces, yo puedo pararme y decir "Cacho, el carpintero me cobró demás!", y la gente me va a mirar pensando "Pero qué desubicado". Ahora, si digo lo mismo en latín, seguro suena algo tipo: "Cachum, carpintate cobronis platum demasae est". Y claro, si alguien escucha eso, me va a señalar y va a decir "Qué tipo groso". Eso, mis amigos, hacen que todo el esfuerzo valga la pena, créame.

"I can picture in my mind a world without war, a world without hate. And I can picture us attacking that world, because they'd never expect it."

2 comentarios:

Marita dijo...

Ese titulo no tiene sentido... vos no comes jamon Pablo!

Cosme Fulanito dijo...

3 segundos después de haberlo enviado, me imaginé que vos dirías esto... y yo soy el predecible, vamos Marita!