miércoles, diciembre 15, 2004

De cómo calzar la pipa y fumar las pantuflas.

Bueno, llegó la hora de que hable de un tema con el cual muchos se sentirán identificados, y por el cual espero una reacción importante. En el pasado he deslizado este tema de manera imprevista en un post (uno que hablaba algo de Bulgaria), pero quiero profundizar en el asunto.
Me molesta soberanamente la gente que te fuma en la cara... listo, lo dije.
Hace muchos, muchos años, cuando yo era joven (¡¡¡Ahora tengo 21 años!!!), veía que muchos de mis compañeros fumaban, y yo me decía "Oh, querido Pablo, ¿Por qué ellos fuman y tú aún no has probado aquella varita que hace a todos verse cool?" (sí, yo a mí me hablo como si fuera un cuento infantil). Entonces decidí hacer algo al respecto, y armado de un coraje padre (cuac) me dirigí a un kiosco. Me paré en el escaloncito, me puse en puntas de pie para llegar a la ventanilla, y le dije al señor que atendía: "Dame unos Marlboro" con cara de "Hace años que compro fasos, flaco, vos hacé lo que te digo y no me preguntes la edad... por favor...". El hombre me miró, me fichó, me inspeccionó y finalmente se dio cuenta que yo tenía la guita, así que le importó un huevo mi edad. Así tuve mi primer paquete de cigarrillos.
Debo admitirlo, tosí un par de veces, pero estaba delirando de placer, como diría Homero Simpson. En realidad, si debo ser honesto, no le encontré ese "no se qué" que mucho le encontraron. Por un mes fumé, pero con moderación, a lo sumo uno por día, y cada dos días. Finalmente, un buen día me dio fiaca levantarme a buscar un cigarrillo, y así, mis queridos amigos, dejé de fumar (true story).
Desde entonces, lo que en un comienzo era indiferencia, empezó a convertirse en verdadera molestia, y empecé a odiar el cigarrillo en todas sus formas y colores. Desde entonces, no soporto ver un cigarrillo y mucho menos a esos que se creen los piolas por fumarlo.
Llego a mi edificio, entro al ascensor, y tengo que bancarme subir 8 pisos en un cubículo sin ventanas donde el último pasajero disfrutó un Camel que, amablemente, dejó en el piso del ascensor, justo abajo del cartelito que dice "Prohibido fumar".
La excusa preferida del que disfruta del tabaco es "Dejame que yo haga lo que quiera con mi vida". Perfecto, flaco, si querés morirte, morite, pero sabés que el cigarrillo también mata al que está a tu lado. Por algo lo llaman "fumador pasivo".
Yo soy fumador pasivo desde hace años, traté de dejar de fumar pero me fue imposible... el cigarrillo me perseguía a donde iba. Intenté usar parches, pero no sé coser bien, así que se salían y se veían los agujeros en el pantalón. Intenté también con hipnosis... me creí una gallina, un faisán, una tarta, una empanada de jamón y queso, un fakir, Tarzán, un tigre de bengala, Carlos Vives, un fusible y una tarjeta de Blockbuster, pero seguí siendo fumador pasivo. Hasta que decidí, al fin, cortar la fuente de mis ingresos... maté al que fumaba. Ahora me buscan por homicidio, espero que la excusa de "Estaba tratando de dejar el cigarrillo" me sirva en corte...

"If you lose your job, your marriage, and your mind all in one week, try to lose your mind first, because then the other stuff won't matter that much."

5 comentarios:

BOLOÑOQUI dijo...

me da gracia porque el tipico pretexto del que fuma es "yo si quisiera fumar, dejo pero el tema es que no tengo ganas", si fumara también lo diría

Marita dijo...

Andate a la mierda.


Y guardame la cascara de la mandarina....

Cosme Fulanito dijo...

Marita, acá siempre va a haber una cáscara de mandarina esperando tu ceniza... (qué alma poética, señores)

Cosme Fulanito dijo...

No es mi intención (ni lo será nunca) desprestigiar a Lupine y Bicho (bueno, quizás a Bicho sí), Dios los bendiga a ambos.
Por cierto... Lupine puso un post nuevo, miralo... no está tan bueno, pero tiene ciertas joyitas...

Cosme Fulanito dijo...

Y justamente... como le dijiste que no fumabas, el tipo te dijo: "Tomá, fumá", y te echó el humo... deberías agradecerle por ser tan solidario...