sábado, diciembre 04, 2004

De cómo meterse en las conversaciones de otros.

Sujeto 1: Sí, es lo que yo decía. Con esto de la deforestación no van a quedar más árboles.
Sujeto 2: Completamente de acuerdo. Hay que preservar la naturaleza que es lo único que nos queda.
Entra el sujeto 3, y se mete en la conversación.
Sujeto 3: Sí, es verdad. Sin naturaleza no hay jugos, y los jugos son importantes para el crecimiento.

Siempre, en una conversación, hay un tercero que se mete y desvía el tema al carajo. Vamos a tratar de plantear el punto de vista desde dos perspectivas, la del individuo que ya estaba conversando, y la del que se mete a opinar.
La persona que ya mantenía una conversación, divisa a lo lejos al tercero en discordia, al cual, por cuestión de prolijidad, llamaremos Arnaldo. Este primer hombre, cuyo nombre en clave es Jonás, ve que Arnaldo se acerca, y su mente empieza a formular todo tipo de cuestiones. "Uh, no, ahí viene Arnaldo... rápido, buscate un tema de conversación que no sea desviable... mmmhhh... las amapolas! No, porque podría cambiar de flor y hablar del Truco después... la hambruna en Madagascar! No, va a salir con que no almorzó hoy, y encima voy a tener que invitarlo". Finalmente, al no ocurrírsele nada, Jonás acepta seguir el hilo de la conversación que ya mantenía, y atenerse a las consecuencias. Los resultados son completamente inesperados.
Por otro lado, Arnaldo divisa de lejos a Jonás y un amigo, y decide acercarse. "Ahí está Arnaldo! Y me estoy cagando de hambre... de alguna forma le voy a sacar el tema así me invita. Mmhhh... qué ganas de comer una napolitana".
Y después viene toda esa cuestión de caballerosidad, y eso de que no podemos decirle al tipo "Flaco, qué te metés?" porque no queda bien. Pero uno no es estúpido, y de alguna forma quiere retomar su conversación, y hacerle ver a ese Arnaldo que está sobrando. Entonces la inventiva presente en la mente de cada persona se levanta, agita su brazo con aire de "Señorita, quiero exponer mi punto de vista" e idea un furtivo plan para que las palabras que suenan en el aire, sin intención, se vayan transportando, lentamente, al tema al que se referían antes de la llegada del maldito de Arnaldo. Mientras Arnaldo, que no es ningún boludo, intenta contra-atacar haciendo uso de todo su poder mental.
A todo esto, el otro sujeto de la conversación, que llamaremos Abel, lo único que pensaba es "Mi vieja mula ya no es lo que era, ya no es lo que era, ya no es lo que era", y cada tanto asentía con la cabeza, para dar indicio de que estaba completamente atento a lo que los otros decían, pero realmente preguntándose si el último botón de su camisa debería estar abrochado o suelto.
Y finalmente Jonás termina pagándole un almuerzo a Arnaldo. Arnaldo termina presumiendo de su viaje a las Bahamas, y Abel se va de putas que, al fin y al cabo, era lo que quería hacer antes que el maldito Jonás se le pusiera a hablar.

Crédito especial a Marie que me sugirió el tema.

"The lioness has been reunited with her cub, and all is right in the jungle."

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