viernes, diciembre 10, 2004

De cómo quedarse en casa que, al fin y al cabo, es más tranquilo.

En una ocasión hablé del problema que representa manejar en la Capital Federal. Tráfico por todos lados, unos que se te meten adelante, otros que no avanzan muy rápido porque, al parecer, llevan dinamita adentro y si ponen segunda, explotan. Es como si fueran esa película del autobús que no podía aminorar la velocidad o explotaba... creo que se llamaba "El autobús que no podía aminorar".
Pero ahora no voy a hablar de eso, sino de algo tan similar como lo mencionado, pero dirigido a un medio de transporte más utilizado: El peatón.
Caminar por la calle no es tan simple como podría sonar, y la prueba la tenemos un martes al mediodía en Florida y Lavalle. El tráfico humano es tal, que uno puede tranquilamente sentarse, hacerse un mate, jugar un ajedrez, mirar la novela, germinar un poroto y probar mezclar panchos con Bardahl mientras espera por poder dar dos pasos. Y aún si la misma está vacía, siempre encontramos aquellas dos viejas paquetas, que con sus sombreros pasados de moda, y sus paraguas a pesar de que no llueva, se paran en cada vidriera y comentan las mismas cosas: "Ay, Fernanda, mirá qué caro está ese tapado! Yo lo compré a mitad de precio!", aunque, en realidad, quien lo compró no fue ella sino su pobre marido Fabricio, que tuvo que laburar horas extras y entregar el culo 3 veces (de las cuales, la última, según me contaron, la disfrutó) para que su pobre mujer pueda disfrutar un tapado que únicamente usó en la fiesta de gala de Gente a la cual no estaba invitada, pero no quiso perdérsela para después poder salir en CQC con el subtítulo de "Vieja chapita".
Y claro, uno quiere pasar, pero esas viejas ahí no lo dejan. Uno se corre, y las viejas se corren. Uno vuelve, y las viejas vuelven. Hasta que uno finalmente se cansa, las empuja, y las viejas en el piso gritan "Ya no hay caballeros!". Sí, vieja, los hay, pero están esperando encontrar una dama para tratar bien, y no una vieja pelotuda que se cree dueña de la calle.
Entonces sigo caminando, y veo una escalera a lo lejos, y me imagino la reacción de algunos. Aclaremos algo antes de seguir: Yo no soy un tipo supersticioso, no creo para nada en amuletos y demás cosas. Sin embargo, respeto a quien lo crea. Pero algunos casos son extremos. Si veo una escalera a lo lejos, yo, que no creo, no tengo problema en pasar por debajo de ella, pero hay algunos que extremizan la situación, y para ambos lados. Aquél que cree en extremo, es capaz hasta de cruzar de calle con tal de evitar semejante situación (y ni que hablar si aparece un gato negro!). Aquél que, por el contrario, no cree en extremo, corre con ansiedad para pasar debajo de la escalera. No conforme con eso, vuelve atrás y pasa de nuevo. Repite la operación 5 veces más mientras el tipo que estaba arriba de la escalera lo mira con desconcierto, y le escupe en la cabeza a la 5ta vez. Eso que es mala suerte.
Finalmente uno llega a destino y jura que la próxima toma un taxi, pero entonces volvemos a la situación de la que ya hablé... sólo queda una solución: Alguien tiene que inventar el teletransportador. ¿Dónde está Spock cuando lo necesitamos?

¿Usted quiere saber qué sucedió con mi auto? Me alegra contarle que ahora está andando a la perfección, luego de un completo arreglo y una mañana bastante movida. Incluso anda mejor que antes, le diré.

En pocos minutos será mi cumpleaños. Si usted se había olvidado, sepa que lo odio, mas si usted lo recordó, sepa que lo adoro. Si usted, en cambio, no tenía ni idea... me decepciona...

"Donuts are like life. They're round on the outside and empty on the inside"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La solución a tu problema de habitat tiene nombre y apellido: Castelar (No se el apellido, pero seguramente lo tenga. Te lo debo).

Feliz cumple

Cosme Fulanito dijo...

Castelar no tiene apellido... ni su madre lo reconoce.

Y gracias... El tuyo es/fue por estas fechas también, no?

BOLOÑOQUI dijo...

a pero mirá vos,,, feliz cumple entonces!! q la pases super

Marita dijo...

Si claro, mucho feliz cumpleaños, mucho todo lo que quieras, pero nadie va a decir que el chiste del primer parrafo se lo robo a los Simpsons? Encima en castellano no tiene gracia, ni esta bien elaborado. Muy pero muy mal ahi.

¿Que? ¿Esperabas un feliz cumpleaños? Ah, mira vos....