viernes, diciembre 31, 2004

De cómo currar con el año nuevo (post especial de fin de año!)

Bienvenido, querido lector, al especial de fin de año de "De la vida, y todo lo demás", o "Y dijo el Dr Vaporeso", o como quiera Dios que se llame este blog en un futuro.
Como en todos lados, esta fecha, donde se hace el último post del año, es utilizada para recordar lo mejor del año, y que todos riamos juntos con las mejores anécdotas. Incluso, veremos algunas imágenes inéditas que serán un delirio, con todo el detrás de escena y lo que usted NO vio de este blog.
Damas y caballeros, comienza el show.

Música de apertura, pasan los créditos iniciales, pero mostrando, en lugar de las imágenes habituales, un compilado de imágenes de todo el año.

Buenas noches. Mi nombre es Cosme Fulanito, y por primera vez me presento ante cámara para mostrarles lo mejor de "De la vida y todo lo demás". Comenzamos con un momento que muchos alabaron, y que todos recuerdan con una sonrisa.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Extracto de "De cómo lograr que te hagan caminar al pedo" - 03/11/04
Pasa porque me ha dejado un trauma que no me sale ni oliendo Poxi-Ran... ahora, temeroso de que la situación se repita en lugares más inhóspitos, cada vez que quiero bajar y me encuentro con alguien adelante, debo correr el riesgo de pronunciar las palabras... "Señor... ¿Se baja acá?", con las consecuentes respuestas, que pueden variar desde un "Sí" hasta un "No, pelotudo, se me dio por jugar ring raje en el colectivo y me olvidé de correr."
Cuando era chico me daba miedo viajar en colectivo... ahora el miedo es dejar de viajar en él... sépanlo, soy un hombre de traumas, algún día les contaré de mi terror a apretar el 9 en el ascensor...

Jajajaja, qué buen momento, no? Bueno, pasamos inmediatamente al siguiente recuerdo, que seguro le traerá lágrimas de risa a más de uno.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Extracto de "De cómo apurarse para no llegar nunca" - 08/11/04
Por supuesto que quise devolverle la cortesía al amable señor, y en cuanto lo pasé, bajé la ventanina y le mostré el mismo dedo, a manera de "Señor, no entiendo bien su cultura de saludo, pero le soy respetuoso y se la devuelvo de la misma forma, que tenga usted un buen día". Espero que me haya entendido...

Otro recuerdo imposible de olvidar, verdad? Ahora iremos a un pequeño corte, pero no se vaya, querido lector, porque todavía queda mucho más.
Música de corte mientras el conductor baila como idiota. La audiencia aplaude, la cámara se aleja, y se ve el logo del blog en el medio.

Persona 1: Ah mierda... chivo como un loco, no tendría que haber perseguido a esa mina por 20 cuadras... y ni siquiera me dió bola, la muy turra. Che, me cago de sed, qué tenés?
Persona 2: Ni idea, fijate... creo que queda un poco de Ser.
Persona 1: Dejá, mejor busco agua del inodoro, es más nutritivo.
Persona 2: ¿Y desde cuándo te cuidas, vos, si sos una bola de grasa?
Persona 1: Andá a cagar, forro.

Música de corte, se ve el logo, el conductor termina de maquillarse y comer su triple de jamón y queso a las apuradas.
Hola! Estamos de vuelta con "Lo mejor de... bue, el nombre del blog". ¿Ustedes creen que es fácil crear un post de estos? Pues claro que no! La producción tuvo el privilegio de asistir a uno de los momentos claves. Cuando el autor en persona ideó el famoso post sobre los ajos de Bulgaria. Veamos qué sucedió.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Vemos al autor sentado en una silla, con una máquina de escribir y mirando cómo el ventilador gira.
Ok... ¿Y si hablo ahora de Natalia Oreiro? No... ¿Cómo carajo voy a meterla en el post? Podría hablar de las novelas y esas boludeces... ¿Alguien realmente va a estar interesado en eso? Ay, mataría por un helado ahora mismo... ¿Hola? ¿Heladería? Mandame un kilo de chocolate... mmmhhh... no... mejor, que sea de pistacho... ¿Qué me das por $1,50? ... ¿Nada más? ... matate, forro.
Vuelta al programa, el conductor está hablando con una señorita bella
Tomá, esta es la llave de mi habitación... esperame ahí y... ¿Eh? Aah, buenísimo, no? Bueno, y así es como día a día el genio creativo ingenia las cosas que luego leemos. Ahora vamos a recordar otro momento maravilloso, un momento que podríamos calificar como cuac-tástico! Seguro ustedes ya saben a qué me refiero (quién escribe estas cosas?).
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Extracto de "De cómo saber la posta sobre los cuaques" - 08/12/04
En el año 1876, el doctor Fausto Von Obon, célebre diplomático inglés que, en sus tiempos libres, se dedicaba a la caza de animales salvajes, se retiró a sus aposentos luego de pedirle a su mayordomo Bradbury que le tenga lista la escopeta para ir de cacería al día siguiente. El viejo servidor del británico acató las órdenes de su amo, y se retiró a dormir. Al día siguiente ambos se fueron a cazar, provistos del arma preparada y con unos sanguchitos de mortadela que Bradbury hizo. Al momento de atacar, Fausto se sentó sobre la hierba, y observó a una manada de patos cruzando el lago con quietud y tranquilidad. Fue entonces cuando apuntó con su escopeta, y accionó el gatillo, mas nada ocurrió. Una vez más repitió la acción y nada. Bradbury lo miraba con intriga desde lejos. Fausto agarró, entonces, su arma, y se la apuntó a la cara, para mirar por el cañón, cuando, de repente, una bala salió disparada como al Pato Lucas cuando Bugs Bunny le decía "Oye, Lucas, se acabaron las balas". El disparo asustó a los patos, que volaron graznando, y Fausto Von Obon murió de inmediato. Bradbury, en cambio, se cagaba de risa de lo boludo que era su patrón. Y fue así como el "Cuac", sonido que se escuchó en ese momento, fue inventado.

Por supuesto que nuestro autor no siempre tuvo momentos de delirio donde decía cosas graciosas. A veces relataba su propia experiencia en hechos multitudinarios, como la vez que asistió al recital de Norah Jones. ¿Lo recuerdan? Recordémoslo.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Extracto de "De cómo amar a Norah Jones (impresiones de un recital espectacular) - 06/12/04
Entonces llegó el momento... mi momento... Norah dice "We thought this was too country... but we like country music", y al ritmo de palmas de los miles de asistentes, cantaron una excelente versión de "Creepin' In", para continuar, luego, con "Above Ground".
Llegado este punto, nuevamente se puso a conversar con el público, y contó que ayer a la noche fueron a ver un show de tango... "Tango shoes are the best shoes in the world", dice, para agregar "You should be proud!".

Y también, claro, aquella vez donde se puso científico.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Extracto de "De cómo viajar en el tiempo, y no me mire con esa cara!" - 20/12/04
Yo viajo en el tiempo, y mato a mi madre (a la cual, vale la aclaración, quiero mucho). Luego, ella no podría parirme, yo no nacería, no podría viajar en el tiempo, y no podría matarla. Allí es donde surge la paradoja.

Muchos matemáticos, y algunos físicos, luego de leer este post, han debatido por varios días en largas sesiones, tratando de contestarse una pregunta. ¿De cuál había fumado el autor?
Finalmente, para dar ya un cierre a este especial, les presentamos un momento completamente inédito, que estaba planeado para ser parte del post "De cómo meterse en las conversaciones ajenas" del día 04/12/04.
Logo de "De la vida y todo lo demás" con una musiquita de separador sonando.
Y después viene toda esa cuestión de caballerosidad, y eso de que no podemos decirle al tipo "Flaco, qué te metés?" porque no queda bien, aún cuando en ese momento tenemos ganas de cagarlo a trompadas porque el pelotudo aparece así, de la nada, y con esa cara de idiota malparido se pone a hablar como si lo hubiéramos invitado con una tarjetita con forma de tren que dice "Te invito a mi fiestita". Y nos aguantamos esas ganas de romperle la jeta al forro de mierda.

Este extracto que acabamos de ver no pasó la opinión de la censura, y por eso no pudo ser publicado.
Y ahora sí, mis queridos amigos, ha llegado el momento de despedirnos. Ha sido un año largo, lleno de aventuras, lleno de momentos... ha sido un año lleno. Levanta una copa. Por eso quiero que brindemos, no por el año que se va, sino por el que viene. Que nos depare buena fortuna, alegría y mucho, pero mucho... El apuntador se olvida de dar vuelta la tarjeta. El conductor lo mira, y él se aviva... amor! ¡Feliz año nuevo!
La cámara se aleja, se ve el logo del programa, el público aplaude. El conductor se hace a un lado, prende un cigarrillo y se saca la faja.

* Crédito especial a mi querida Bárbara por la impresionante idea de hacer este post.

No, hoy no hay frase... pensaba hacer un compilado de las mejores, pero me da fiaca...

jueves, diciembre 30, 2004

De cómo escribir sin inspiración (qué capo soy)

Bueno, hace rato que no escribo nada, y algunos ya me están empezando a cagar a pedos. ¿Qué? ¿Yo laburo para ustedes ahora? No, flaco, así no va la cosa. A mí me lo pedís bien. Y le metés un par de halagos en el medio, para que yo me sienta realizado y realmente tenga ganas de escribir algo, sino, me pongo en garca y no escribo ni una línea, y sé que usted, querido lector, sufre si eso pasa, porque, aceptémoslo, usted ahora está adicto a mí. Cree que puede vivir sin mí. Está convencido de que puede pasar varios días sin leer un post mío, pero está equivocado. Usted necesita de mis palabras, necesita de mi aliento, mi inspiración. Usted me necesita y lo sabe. Usted simplemente no sabe que lo sabe (Janice dixit).
Así que aquí me tiene, escribiendo nuevamente para usted, para los suyos, y ya dije el chiste de Casero, así que no pienso repetirlo. ¿Qué se cree, que yo reciclo chistes? No señor. Yo soy original al 100%. Bueno, al 98%, porque me afano chistes de otro lado, pero yo recopilo de varias fuentes y las junto en un solo post, soy una especie de "Los mejores chistes de gallegos", sólo que lo mío no es de gallegos ni yo soy Pepe Muleiro.
Entonces muchos ya me ven y saben que soy un tipo gracioso, que suelo hacer chistes y comentarios agudos como el benémerito Chandler Bing (Dios lo bendiga y lo guarde), y me atacan diciendo "Contame un chiste". ¿Me viste cara de Jorge Corona, flaco? No, yo no sé contar chistes. Odio contar chistes y odio que me cuenten chistes.
Lo primero se explica fácilmente. Yo puedo tener buen humor, puedo tener gracia y mi picardía única, pero me falta capacidad para hablar. Quien me haya escuchado lo sabe, me cuesta un huevo hablar, me trabo mucho, lo cual hace que contar un chiste sea una tarea fatal. Aparte, no me sé chistes elaborados, yo te puedo contestar algo gracioso a lo que decís, pero a menos que lo que vos digas comience con un "Un cura, un rabino y un budista estaban en un bar", no esperes que sea yo quien haga el remate de un chiste. Aparte sufro de pánico escénico, cosa que en realidad no sé si es cierta porque la única vez que estuve en un escenario fue para decir "Sí, juro" aquél día de la bandera de 4° grado. Y ni siquiera era algo que ensayé por semanas. La profesora dijo, el día anterior, "Chicos, ahora la directora va a decir una gran cantidad de boludeces sobre su futuro y cómo quieren a la patria. Se supone que eso es para demostrar que ustedes le serán fiel a su país y sus costumbres. Cuando la mina diga 'su empresa' ustedes griten 'Sí juro' que sus padres les van a sacar fotos y llorar emocionados. ¿Entendido?", a lo que todos contestamos al unísono "Yeah!" (*).
Tampoco me gusta que me cuenten chistes, como dije... ¿Por qué? Por lo que eso representa. O sea, usted conoce la composición de un chiste promedio, no? Estudió "Chistes y Jodas 101" en la facultad (vio que cada vez que se quiere nombrar una materia de facultad, se le agrega el 101, a pesar de que acá las materias no tiene esa simbología? Qué cosa rara, che). Un chiste se compone de tres partes: El comienzo, que incluye tres o cuatro hombres de distintas categorías, ya sea por religión, país o cultura. Estos tres hombres ingresan a un recinto, y eso da pie al cuento. Luego viene la parte del medio, donde se narra la historia que envuelve a la gracia en sí; y finalmente, el remate.
Y eso es lo que odio... uno sabe que, cuando le empiezan a contar un chiste, el remate va a tener que venir sí o sí, y a uno le entra a subir la ansiedad porque llegue ese momento así el suplicio se termina. Y claro, como siempre, cuanto más ansía uno algo, mayor es la decepción al llegar dicho algo, porque el chiste nunca va a ser tan bueno como lo esperaba. Entonces ahí está el punto cúlmine. El chiste termina, y yo no sé si reir o llorar... entonces miro al que contó el chiste por 2 segundos y suelto un "Ja ja ja, está bien". Ruego porque eso haya sido todo, pero no... claro que el contador en cuestión vio mi cara de desconcierto y procede al acto post-chiste: La explicación del mismo. ¿Cómo me vas a explicar el chiste, flaco? Si me reí es porque lo entendí, o fingí entenderlo. En cualquier caso, es obvio que la explicación no me importa.
Y aún si no lo hubiera entendido. Ya está, ya me contaste el remate, no voy a poder reirme después de la explicación porque el momento habrá pasado. Aceptalo, sos un fracaso como cuenta-chistes. Pedile laburo a Cherutti que seguro te consigue algo en Mar del Plata. O andá al Show del Chiste en Videomatch o Susana Gimenez(ojo, no vayas a Telefé, ahora es en Canal 9 la cosa).

Ahora, les dejo uno bueno:
Un marido y su mujer estaban de compras, y la mujer dice "Querido, mañana es el cumple de mamá, deberíamos regalarle algo. Ella seguro va a querer algo eléctrico. ¿Qué se te ocurre?", y el marido responde, "Una silla".

En otro orden de cosas, me encargaron escribir una nota sobre DVDs y dos sobre MP3... estoy currando de lo lindo, soy re groso... viva yo...

(*) Sí, me lo afané de Mafalda.

"To me, boxing is like a ballet, except there's no music, no choreography and the dancers hit each other."

domingo, diciembre 26, 2004

De cómo usar las fechas como motivo para escribir.

¿Cuánto hace que no escribo acá? Ya se me está acabando la inspiración... aparte, fechas festivas, usted entiende... ¿A quién le dan ganas de escribir en esa época? A nadie... pero bueno, era hora de que enfrente mi destino, confronte la realidad, y escriba, aunque sea unas líneas, para usted, querido lector. Para saciar su sed de mí, para calmar su ansiedad de risas, para usted, para los suyos, y ahora también sabor limón (*).
Ya pasó la Navidad, ya pasó la Noche Buena, que nadie sabe por qué se llama así, si de buena no tiene nada, o sea, hizo un frío de cagarse y eso que estamos en verano. En inglés se llama "Christmas' Eve" lo cual tiene más sentido, porque va a ser cierto sea buena, mala o tirando a "podría ser peor". Ahora estamos en esa fecha específica, donde después de dos días de no hacer nada, tenemos que empezar a enfrentar las obligaciones que nos deparan durante esta semana, y digo esta semana, porque dentro de pocos días se viene el año nuevo y volveremos a pasar por esta misma sensación, donde tendremos dos días en los que no querremos hacer nada, pero sin siquiera sentir culpa porque, si alguien nos echa algo en cara, usamos la justificación: "Estamos en Navidad/Año nuevo".
Ya la Navidad pasó, y ese pan dulce que nos morfamos está haciendo estragos en nuestro estómago, mientras los 5 turrones que usamos para pasar el pan dulce claman por salir al grito de "Libertad, horrible horrible libertad!".
La garrapiñada ahora la sentimos como piedras en los riñones, y nos arrepentimos de haberlas comido en aquél momento, ya que, realmente, no teníamos hambre. Pasa que comemos turrón, comemos budín, comemos pan dulce... si nos bancamos todo eso, ¿Cómo no vamos a comer esas pequeñas bolitas? ¿Qué daño pueden hacernos que no hayan hecho ya todo lo que comimos antes?
Y por si fuera poco, intentamos bajar todo eso con dos botellas de sidra y una de Ananá Fizz, que se llama así porque tiene gusto a Ananá, y porque cuando la descorchás, se escucha "Fizz"... sin embargo, cuando abro la sidra, no escucho que de la botella salga un "sidra...". ¿Por qué se llamará así, entonces?
Y ahora que la Navidad pasó, nos preguntamos qué hacemos con los 20 triangulitos que compramos y los tres rompeportones que esa noche no pudimos encender porque el maldito viento nos vivía apagando los fósforos cada vez que lo intentábamos. Es por esto que existe año nuevo, para darle una nueva oportunidad a los petardos de cumplir su cometido en la vida, es decir, volar y mostrar lucecitas de colores. Casualmente el mismo cometido de la marihuana. ¿Se da cuenta, estimado lector? Estamos descubriendo una relación horrorosa. Por primera vez en la vida lo veo con claridad... ¡Los petardos incitan al consumo de drogas! Entonces ahora entiendo por qué sólo los venden en lugares clandestinos, y por qué aquél que te lo vende siempre te dice "Lleva este, es de lo mejorcito que hay".
Tiemblo nada más de pensar en el efecto que tendrá en la juventud. ¿Alguien quiere, por favor, pensar en los niños? Les vendemos un Chasqui Bum pensando que es un juego inocente para que se diviertan en Navidad, y no nos damos cuenta que en realidad estamos guiándolos por el camino de la perdición desde el vamos. ¿O de qué otra forman explican unos cositos con forma de porro que te hacen oir explosiones en la cabeza?
No, si yo sabía que la Navidad es peligrosa... por eso es que yo no la festejo. Por eso y nada más que por eso... no porque sea judío y Papá Noel no quiera a los de mi clase, eh...

(*) Alfredo Casero en el final de "Bailando en la Sociedad Rural".

"I wish I had a kryptonite cross, because then you could keep both Dracula AND Superman away."

martes, diciembre 21, 2004

De cómo aprender el jamón del sandwich que es el origen de las palabras.

¿Cuántas veces vemos, en el diccionario, palabras que dicen "Del latín..."? Saber el origen de las palabras, a veces puede resultar un tema por demás interesante. ¿Usted sabía que "asesino" viene del árabe "haxaxin", que significa "bebedores de haxix"? En realidad, no estoy acá para hablar del origen de las palabras, sino del paso intermedio entre eso y lo que conocemos nosotros, es decir, la deformación.
Volviendo al caso de estos muchachos que gozan de quitarle la vida a otros. Sabemos que "asesino" viene de "haxaxin", pero la pregunta que me surge es... ¿Quién fue la mente brillante que dijo "Saquémosle la H, pongamos S en lugar de X, cambiemos la segunda A por una E y agreguemos una O al final"? Porque parecería que estuviera jugando con Berugo Carámbula, impaciente porque éste, en cualquier momento, diga "Alcoyana alcoyana".
Ese, junto con la pregunta de dónde está Wally, es uno de los más grandes interrogantes del hombre. ¿Quién es el que modifica las palabras y de dónde saca la inspiración?. Dicen que el nombre de "Lunes" viene de la Luna... ¿Y por qué le sacaron esa bonita A al final, y le agregaron ese feo ES? Capaz yo quería que, si fuera a recibir su nombre de aquél satélite artificial que algunos ignorantes creen que es un planeta, un nombre bonito, en lugar de Lunes, sea Lunoqui. Entonces, con ese criterio, Martes podría llamarse Martuchi; Miércoles, Mercolate; Jueves, Juvilate; Viernes, Vernicheli; Sábado, Sabadú; y Domingo, viva la pepa. ¿Quién me prohíbe hacerlo? Porque alguien fue el que puso esos nombres, y dudo que ese alguien haya dicho "Buenas tardes, mi nombre es Bonifacio Pertucci, y soy Nombrador Oficial. Aquí está mi título. Vengo a deformar nombres de satélites y planetas para renombrar los días de la semana".
Lo mismo pasa con los meses. Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre vienen de Séptimo, Octavo, Noveno y Décimo (correspondientemente, por supuesto), ya que, antiguamente, estos eran los últimos meses del año. No me digan que otra vez vino don Pertucci a decir "Vengo a deformar los números para nombrar a los meses".
Entonces, si no deformamos la palabra "shopping", sino que la usamos tal y como nuestros queridos amigos anglosajones nos la legaron, ¿Por qué no hacemos lo mismo con las otras? A partir de ahora, quiero ver titulares en Clarín que digan "Hallóse el haxaxin de Puerto Madero".
Para culminar, y ya como apéndice de este tema, quiero que el estimado lector sepa (alguno quizás ya lo sabe, pero no importa), que quiero aprender latín. Me gusta el latín. He recibido recomendaciones de gente que me implora que no lo intente, porque es demasiado complicado. Pero yo tengo la idea fija, y es por un motivo solo: Parecer groso. Es sabido ya que el latín es símbolo de cultura, de conocimiento. Entonces, yo puedo pararme y decir "Cacho, el carpintero me cobró demás!", y la gente me va a mirar pensando "Pero qué desubicado". Ahora, si digo lo mismo en latín, seguro suena algo tipo: "Cachum, carpintate cobronis platum demasae est". Y claro, si alguien escucha eso, me va a señalar y va a decir "Qué tipo groso". Eso, mis amigos, hacen que todo el esfuerzo valga la pena, créame.

"I can picture in my mind a world without war, a world without hate. And I can picture us attacking that world, because they'd never expect it."

lunes, diciembre 20, 2004

De cómo viajar en el tiempo, y no me mire con esa cara!

Bueno, vamos a ser honestos. Yo empecé este blog con la idea de, alguna vez, hablar de esto. Sólo necesitaba un poco de tiempo para que la gente se sumara y se interesara por el mismo, y eso ya lo logré (y gracias a usted, querido lector). Usted ahora pensará que estoy loco, y quizás tiene razón, pero soy un loco lindo, lo dice el subtítulo.
Hablemos de viajes en el tiempo. Pero hagámoslo en serio, más allá de las posibles películas que aborden este tema (Dios bendiga a Robert Zemeckis).
Hace un par de meses me interesé por el tema, pero no a un nivel científico, sino a un nivel "Ah, parece interesante". Y comencé a investigar (léase, poner "time travel" en Google y entrar a la primer página que aparezca). Descubrí cosas fascinantes, como por ejemplo, que el viaje en el tiempo, más allá de las fantasías de los amantes de la ciencia ficción, puede ser realizado. Varias teorías se decían al respecto, una de ellas, la menos interesante, es que los conocimientos existen, pero no se realiza por cuestiones monetarias... sale muy caro costear un viaje en el tiempo. No me detuve en ella porque, francamente, no me interesaba esa... quería la posta, la que me dijera que sí. Y la encontré.
Una página decía que el viaje en el tiempo era perfectamente posible, y daba algunas teorías por lo cual esto no es noticia aún. La primera, y más lógica, es que los que lo lograron, quieren mantenerlo en secreto. La segunda dice que la gente que sabe hacerlo, está ahora mismo viajando en el tiempo, por eso no lo dicen.

Si usted, querido lector, vio Back to the Future, estará familiarizado con el concepto de "Realidad alternativa". Cuando uno viaja en el tiempo, el más mínimo cambio, origina un mundo paralelo, una realidad alternativa, donde las cosas son originadas a partir de ese cambio. Lo que también se conoce como el "Efecto mariposa", la teoría que dice que el simple vuelo de una mariposa puede ocasionar un tornado en alguna parte del mundo. Esta, a su vez, es otra teoría para explicar el por qué del secreto del viaje en el tiempo. Vivimos una realidad alternativa; aquél que viajó en el tiempo está en un universo paralelo a éste, por eso no sabemos nada.

Luego de este prólogo, se me ocurrió pensar en lo que sería viajar en el tiempo. Específicamente, viajar al pasado. Acá es donde surge la gran paradoja del tema. Imagine esto: Yo viajo en el tiempo, y mato a mi madre (a la cual, vale la aclaración, quiero mucho). Luego, ella no podría parirme, yo no nacería, no podría viajar en el tiempo, y no podría matarla. Allí es donde surge la paradoja. La página web que ví, que estaba convencida que el viaje existía, sugiere dos teorías para solucionar este problema:
* La primera indica que el tiempo es "inteligente", y puede prever estas situaciones, evitando, de alguna forma, que yo mate a mi progenitora.
* La segunda teoría, en cambio, indica que al realizarse el viaje, el viajero ingresa en un universo paralelo donde la madre en cuestión puede estar o no, y puede o no inferir en el nacimiento de la persona.
Suponiendo, entonces, que las condiciones están dadas, y los medios están disponibles, sólo queda una pregunta disponible: ¿A qué momento viajar?
Alguno podría decir "Quiero viajar a cuando me fui de viaje de egresados, porque quiero revivir esa época", pero eso no funciona así, porque uno viajaría en calidad de espectador. Al viajar a esa época, uno no podría volver a disfrutar su viaje, sino simplemente verse a sí mismo viajando. Entonces, el viaje en el tiempo debería hacerse con el fin de cambiar un hecho, o inferir de alguna forma en acontecimientos, y no para revivir algún momento divertido.
Dadas, pues, las condiciones y explicados los temas, le pregunto a usted, querido lector. Si tuviera la máquina del tiempo, ¿A qué momento viajaría, y por qué?
No me hagan quedar mal, y contesten, eh...

Por cierto, tenga en cuenta que tratamos con una máquina del tiempo, y no del espacio. Si usted viaja 50 años en el pasado desde Corrientes y Riobamba, aterrizará 50 años atrás, exactamente en Corrientes y Riobamba.

Aclaración extra: Habrá notado el agudo lector que modifiqué el título del blog. Considerando que se me acabaron las frases de Vaporeso, como que no tenía sentido seguir llamándolo así. Digamos que estoy a la espera de un alma generosa que me sugiera un buen título, porque no se me ocurre nada.

"I believe in making the world safe for our children, but not our children's children, because I don't think children should be having sex."

domingo, diciembre 19, 2004

De cómo notar la importancia del centavo.

Antes que se convirtiera en el título de uno de los programas de culto de la mitad de la masa Vaporesiana, los "Todo por $2" eran unos locales pequeños, que uno podía encontrar de casualidad en alguna gran avenida, y que se jactaba de hacerle la competencia a sus vecinos, con productos baratos y de rebajado precio.
Hoy en día, cualquier tiene un "Todo por $2", y su nombre ha perdido su sentido por completo. Ahora podemos entrar a un local de estos y encontrar desde una cuchara, hasta una llanta de automovil. Si hacemos caso del nombre del local, entonces bien podríamos acercarnos a la caja con la llanta, entregar un billete de dos pesos, y retirarnos felices por la compra. Sin embargo, por alguna razón, si hacemos esto, la policía estará más que feliz de llevarnos a dar un paseo.
Entonces, ¿Por qué no somos realistas? Si estos locales ya no ofrecen nada por dos mangos, ¿No sería más correcto ponerle un título tipo "Todo por... a ver, cuánto traes?"?
Ahora, si hicieran algo así, yo iría con un billete de $2, se lo mostraría en la cara al que atiende y le diría "En tu carota! Ahora me tenés que dejar todo por $2!".

Otra cosa que me sorprende de estos locales, son los ingeniosos que, en lugar de llamarlo "Todo por $2", le ponen "Todo por $1,99". Señores, el dueño de este local cuenta con un intelecto superior. El día en que decidió abrir su local, contaba con dos opciones para el cartel: Poner el 2 o poner 1,99. Esto es lo que el hombre pensó: "La gente va a ver el 1 bien grande, y pensará que es todo por 1 solo peso. De esta manera, una vez adentro, ya no podrán quejarse, el anuncio lo decía bien claro: 1,99.".
No contó con que la gente, una vez adentro, podría llegar a decir "Pero creí que era todo por 1 solo peso. No traje más plata. Voy a tener que irme, y vivo lejos, así que no creo que vaya a volver nunca más". Un cliente menos.
Lo que sorprende de esta gente es que ponen el 1 bien grande, y el 99 bien pequeño. O sea, lo que acabo de decir no es fantasía, los quías realmente creen eso.
Y esto no lleva más que a pensar en los miles de locales que hacen lo mismo. Venden su productos a precios engañosos. Entonces vemos una televisión por $499. El señor Garbarino, que le puso ese precio al televisor, seguramente pensó "Al menos no lo estoy cobrando $500". Y claro, el cliente satisfecho, se va pensando "Ahora puedo decirle a los muchachos que compré una TV por menos de 500 mangos". Ley de oferta y demanda, señores... nunca falla.

"I wish somebody would invent a fruit that had no seeds, tasted delicious, and would scream when you ate it."

viernes, diciembre 17, 2004

De cómo ser cubierto por la garantía, y cómo no serlo.

No se ría de mí, querido lector. Recuerde que yo tengo pelo corto, por lo tanto, lo que va a leer no tendría sentido aplicado a mi persona. Recuérdelo, tengo pelo corto.
Hoy tuve que llevar una planchita de pelo a arreglar (recuérdelo), de mi cuñada (recuérdelo). La cuestión es que la planchita todavía estaba en garantía, por lo que iba asegurado de que no habría que desembolsar ni un centavo. El resultado de este hecho realmente no tiene importancia (me tuve que meter la garantía en el epa!). Lo que importa es el hecho en sí, el de las garantías en los productos, que es un lindo tema para hablar.
Una ley de Murphy asegura que la funcionalidad de un producto cualquiera se puede medir en tiempo, y es exactamente la duración de su período de garantía + un día. Es un hecho científico y comprobable mediante inducción en los naturales (demasiado Algebra).
Sin embargo, vale la pena a veces revisar bien las garantías, porque éstas pueden tener en cuenta los más intrínsecos métodos de rotura, pero no los más comunes. Así, podemos comprar una licuadora con garantía de completa reparación en caso de que sea azotada por un australiano con raqueta, mientras juega al Tenis con su compañero de nombre Getulio, en el día de la bandera. Pero si se rompe el enchufe, olvidate, la garantía no lo cubre.
"La garantía no lo cubre". Probablemente la frase preferida de las personas del rubro.
Fernando tiene un local de productos electrónicos. Vende, compra, arregla y repara, que es lo mismo pero queda bien si lo digo dos veces. Hace unos años, Fernando hizo un acuerdo con Noblex para funcionar como local oficial para sus productos. Desde entonces, Fernando no duerme tranquilo. Cada día que se levanta para ir a su local, el terror se le apodera... el terror de que ingrese aquél cliente con su multiprocesadora, y le diga "La tengo en garantía". Fernando sabe, entonces, que tendrá que trabajar sin poder cobrarle a esta persona por su trabajo. Sin embargo, se las ingenia. "¿Me trajiste el papelito de la garantía?". El cliente responde que sí. Fernando se lamenta, pero intenta una nueva estrategia. "¿Tenés el ticket de compra?". Esta vez el cliente falla, contesta negativamente al mismo tiempo que a Fernando le brillan los ojos. "Lo siento", dice, "La garantía no lo cubre", y una campanita suena como si fuera Carna en Videomatch, diciendo su nombre y mostrando su sonrisa.
El cliente se retira insatisfecho, Fernando respira. Hasta que llega su próximo cliente.
Y ahora, para terminar, le pregunto a usted, mi muy estimado lector... ¿Alguna vez lo cagó la garantía de algún producto?

Ah, creo que es hora de que le dé crédito a Ana (elegí vos el nombre que quieras) por las frases de Jack Handey que, desde hace un par de días, adornan mis posts...

"When I think of all the arguments Marta and I have had, I realize how silly most of them were. And it makes me wonder why she wanted to argue over such stupid things. I think I'll go ask her."

jueves, diciembre 16, 2004

De cómo ilusionarse con la llegada de un extraño.

Hoy ví en Telenoche que arrestaron a Papá Noel. Podría dejar el post así, ya esa simple frase contiene la misma cuota de humor que un post común y corriente mío, pero me voy a explayar un poco más. En realidad, arrestaron a un sujeto de Greenpeace que, disfrazado de Papá Noel, protestaba por el acuerdo entre Argentina y Australia que permitía a nuestro país recibir residuos nucleares. Sin embargo, me sorprendió la crudeza de los medios para los titulares. Telenoche rezaba "Arrestaron a Papa Noél (Greenpeace)". Varias cosas se me vinieron a la mente al leer esto:
* Primero y principal... si Crónica no se aviva un poco, en cualquier momento Telenoche le saca el laburo.
* ¿Cómo pueden poner así, de una, "Arrestaron a Papá Noel"? ¿Qué hacemos si hay nenes viendo la tele?
* Me contesto esta misma pregunta con lo próximo que me sorprendió, y es la aclaración "Greenpeace" entre paréntesis. ¿Será una aclaración para el niño ilusionado con la llegada de este hombre de rojo? Una especie de "Respirá tranquilo, pibe, al que atrapamos fue a su clon de Greenpeace, el original sigue suelto... por ahora".
Y esto me hizo pensar mucho... bueno, no mucho, pero lo suficiente como para que pueda decir "Zafé, tengo tema para el blog", y eso, para mí, ya es mucho.
La pregunta que me surgió es... ¿Cómo se logra mantener la ilusión navideña, en un mundo como el actual?
En el pasado hice un post de Navidad, y me preguntaba algo similar. El pibe que camina por el shopping, y se cruza con 5 Papá Noel distintos, no se da cuenta que algo falla? El que ve que el mismo Papá Noel que recibió su cartita ahora está en la tele diciendo que todos compren en Fravega, no sospecha que algo está mal?
El nene que vive en departamento, nunca se preguntó cómo hace Papá Noel para entrar por su chimenea, si él no tiene chimenea?
Imaginemos la situación... (efectito de borrado, al sonar de campanitas, al mejor estilo Wayne's World):
Pablito tiene 7 años (y se llama Pablito porque todo nene que protagoniza una historia, o se manda alguna cagada, se llama así). Está ansioso porque, por primera vez en la vida, va a poder vivir el milagro de Navidad. No, no es que estuvo en formol 6 años, es que antes era demasiado idiota como para entender qué era Papá Noel. No esta vez. Ahora sabe muy bien, porque lo leyó en Clarín la semana anterior: "Encontróse a Papá Noel ingresando al país ilegalmente". Al leer esto, Pablito gritó exaltado: "Viene Papá Noel! Ya llega! Esquivó a la yuta!". Sin embargo, Pablito vivía en un departamento, y se preguntaba cómo haría Papá Noel para ingresar en aquél recinto. Luego se dio cuenta: Si fue suficientemente inteligente como para esquivar a la policía, también lo será para ingresar en casa.
Igualmente, Pablito decidió darle una mano a su heroe, y dejó abierta la ventana de su pieza. Al día siguiente Crónica anunciaba, como es costumbre para ellos, "Nene murió porque quería ver a Papá Noel".
¿Cuál es la moraleja en esta historia? Si querés que Papá Noel te regale algo, viví en casa con chimenea, sino te jodés.
Bue, podría decir mucho más, pero se me acabó la inspiración... ¡Feliz Navidad!
Por cierto... yo no tengo arbolito ni recibo regalos... Papá Noel no quiere a los de mi clase... (lo dije antes que lo diga Marita).

"I hope I never do anything to bring shame on myself, my family or my other family."

miércoles, diciembre 15, 2004

De cómo calzar la pipa y fumar las pantuflas.

Bueno, llegó la hora de que hable de un tema con el cual muchos se sentirán identificados, y por el cual espero una reacción importante. En el pasado he deslizado este tema de manera imprevista en un post (uno que hablaba algo de Bulgaria), pero quiero profundizar en el asunto.
Me molesta soberanamente la gente que te fuma en la cara... listo, lo dije.
Hace muchos, muchos años, cuando yo era joven (¡¡¡Ahora tengo 21 años!!!), veía que muchos de mis compañeros fumaban, y yo me decía "Oh, querido Pablo, ¿Por qué ellos fuman y tú aún no has probado aquella varita que hace a todos verse cool?" (sí, yo a mí me hablo como si fuera un cuento infantil). Entonces decidí hacer algo al respecto, y armado de un coraje padre (cuac) me dirigí a un kiosco. Me paré en el escaloncito, me puse en puntas de pie para llegar a la ventanilla, y le dije al señor que atendía: "Dame unos Marlboro" con cara de "Hace años que compro fasos, flaco, vos hacé lo que te digo y no me preguntes la edad... por favor...". El hombre me miró, me fichó, me inspeccionó y finalmente se dio cuenta que yo tenía la guita, así que le importó un huevo mi edad. Así tuve mi primer paquete de cigarrillos.
Debo admitirlo, tosí un par de veces, pero estaba delirando de placer, como diría Homero Simpson. En realidad, si debo ser honesto, no le encontré ese "no se qué" que mucho le encontraron. Por un mes fumé, pero con moderación, a lo sumo uno por día, y cada dos días. Finalmente, un buen día me dio fiaca levantarme a buscar un cigarrillo, y así, mis queridos amigos, dejé de fumar (true story).
Desde entonces, lo que en un comienzo era indiferencia, empezó a convertirse en verdadera molestia, y empecé a odiar el cigarrillo en todas sus formas y colores. Desde entonces, no soporto ver un cigarrillo y mucho menos a esos que se creen los piolas por fumarlo.
Llego a mi edificio, entro al ascensor, y tengo que bancarme subir 8 pisos en un cubículo sin ventanas donde el último pasajero disfrutó un Camel que, amablemente, dejó en el piso del ascensor, justo abajo del cartelito que dice "Prohibido fumar".
La excusa preferida del que disfruta del tabaco es "Dejame que yo haga lo que quiera con mi vida". Perfecto, flaco, si querés morirte, morite, pero sabés que el cigarrillo también mata al que está a tu lado. Por algo lo llaman "fumador pasivo".
Yo soy fumador pasivo desde hace años, traté de dejar de fumar pero me fue imposible... el cigarrillo me perseguía a donde iba. Intenté usar parches, pero no sé coser bien, así que se salían y se veían los agujeros en el pantalón. Intenté también con hipnosis... me creí una gallina, un faisán, una tarta, una empanada de jamón y queso, un fakir, Tarzán, un tigre de bengala, Carlos Vives, un fusible y una tarjeta de Blockbuster, pero seguí siendo fumador pasivo. Hasta que decidí, al fin, cortar la fuente de mis ingresos... maté al que fumaba. Ahora me buscan por homicidio, espero que la excusa de "Estaba tratando de dejar el cigarrillo" me sirva en corte...

"If you lose your job, your marriage, and your mind all in one week, try to lose your mind first, because then the other stuff won't matter that much."

martes, diciembre 14, 2004

De cómo vivir aventuras en la calle.

Querido lector argentino, cuando usted se sienta aburrido, se sienta solo y quiera conocer gente nueva, olvídese del boliche, olvídese del "Solos y Solas", la mejor forma de conocer gente nueva es agarrar el auto, e ir a cualquier avenida de la Capital Federal. A continuación, les presento todo tipo de gente que nosotros podemos conocer con un simple paseo en auto:
¿Te lo lavo?
El pibe "Te lo lavo" usualmente se viste de remera, gorrita y bermuda; suele cargar un balde con agua de la zanja y uno de esos secadores de piso en versión miniatura que tan divertidos son. Cuando el semáforo se pone en rojo, el conductor se pone verde y el "Te lo lavo" se pone molesto.
- ¿Le lavo el vidrio, jefe?
- No, no, dejá
- Dale, una lavadita.
- No, es que no tengo monedas.
- Te la regalo, dale.
- No, ya va a cortar el semáforo.
- Pero lo hago rápido.
- No, flaco, ya me voy.
- Ta bien, pero no tenés una monedita?
- Sí, mirá, te dejo mi número... mñsbtres ocho... llamame de 14 a 18.
- Pero no tengo teléfono.
- Entonces no tengo monedas, chau.

¿Una monedita, jefe?
El "Te lo lavo", al menos tiene la decencia de brindar un servicio. En este caso, el "Una monedita" es más caradura.
- ¿Tiene una moneda, jefe?
- No, no tengo nada. (esto lo decimos mientras guardamos las moneditas del cenicero en el bolsillo).
- Dale, algo debés tener.
- Y suponiendo que tengo, por qué debería darte?
- Porque las merezco. Ayer hice una obra de bien, y nadie me recompensó. Me parece que en la coyuntura que vivimos, las acciones que el hombre realiza deben ser premiadas para que el que no tiene, pueda tener. Si de a poco contribuimos todos, entonces quizás, y solo quizás, podamos llegar a algo importante. Por eso, jefe.
- Ah, entonces sí, tomá.

¿Te lo cuido, pibe?
¿Se acuerdan cuando estacionar en la vereda era una acción que sólo constaba de dejar el auto estacionado y bajarse? Ahora no, todo cambió. Ahora debemos pagarle a un hombre por cuidar nuestro auto en una calle cualquiera. O al menos eso nos dicen ellos. En realidad, nosotros le estamos pagando al hombre para cuidar el auto, pero de él mismo. Si no le pagamos, por supuesto que le va a pasar algo, y hasta sabremos quién es el culpable. Así cualquiera hace negocios.

En resumen, querido lector, si usted va a salir con auto, lleve monedas, muchas monedas... a menos que usted sea medio pijotero como yo, y a todos les diga "No, no tengo". No se haga el boludo, usted también dice lo mismo.

"It takes a big man to cry, but it takes a bigger man to laugh at that man."

lunes, diciembre 13, 2004

De cómo robar con el chiste ajeno.

La verdad... no sé sobre qué escribir hoy, y tengo fiaca de pensar... les dejo un chiste que me mandaron por mail hace como 5 años... es medio larguito, pero está re bueno.
PAVO AL WHISKY
Paso 1: Comprar un pavo de 5 Kg para 6 personas, una botella de whisky, sal, pimienta, aceite de oliva y unas tiras de panceta.
Paso 2: Envolverlo en la panceta, atarlo, salpimentar y añadir un chorrito de aceite de oliva.
Paso 3: Precalentar el horno marca 7 durante diez minutos.
Paso 4: Servirse un vaso de whisky durante ese tiempo.
Paso 5: Meter el pavo al horno en una bandeja.
Paso 6: Servirse seguidamente dos vasos de whisky y bebérselos.
Paso 7: Poner el terbostato en marca 8 despues de 20 binutos fara soasirla, no, soasarla.
Paso 8: Meberse tres pasos de whisky.
Paso 9: Despues de bedia mora, hornar el abro y controlar la coxion? del pato?...
Paso 10: Tomar la botella de bisquit y echarse un buen chorro detras de la cortaba (no, la orbata).
Paso 11: Despues de media hora de blus, titubear hasta el forno. Abrir la jodida buerta del borno y boltar (no), voltear (no), voltar (no), en fin, poner el pasvo en el otro sentido.
Paso 12: Quebarse la mano con la cono madre buerta del borno al cerrarla, mierda bodrida.
Paso 13: Intentar sentarse en la silla del cono y beversirse 5 o 6 guisquis de vaso o al gontrario, ya no ce.
Paso 14: Coter (no), gocer (no), cocer (no, !ay, si!), cocer el bavo purante 4 horas.
Paso 15: Retirar el horno del pavo.
Paso 16: Esharse otra buena chorretada de guisqui encima.
Paso 17: Intentar sacar el horno de la cochinada de bavo otra vez, porque no funciono a la brimerar...
Paso 18: Recoger el pavo que se ha caido al shuelo. Engujarlo con una marrananada de trapo y meterlo sobre un blato, o un clato o una gandeja.
Paso 19: Romperse la crisma a causa de la grasa en la ceremeca, o ceramica de la bocina e intentar levantarse del suelo.
Paso 20: Decidir que al fin y al cabo se esta del carajo por el suelo y terbinar la motella de rhisky.
Paso 21: Arrastrase hasta la cama, dorbir toda la noche.
Paso 22: A la mañana siguiente, comerse el pavo frio con un buen cazo de mayonesa y limpiar el estropicio organizado en la cocina durante el resto del dia.

"Hijitus y Pichichus terminan los dos en us. ¿Casualidad?"

domingo, diciembre 12, 2004

De cómo ser interrump

Al fin terminé de estudiar. Ok, me fue mal, ya lo sé. Y si usted, querido lector, no lo sabía, ahora lo sabe. Me fue mal. Pero más allá de cómo me haya ido, cierto alivio me recorre el cuerpo, y es el alivio de no tener que estudiar por los próximos 3 meses. No tener que preocuparme por saber todos los temas de una materia ni por pasar largas horas haciendo un examen. Pero, principalmente, y el motivo de este post, no tengo que preocuparme porque me desconcentren.
Si usted, mi amigo, vive en un edificio, entonces ni tengo que preguntarle. Usted tiene un vecino ruidoso. Es una máxima, y no hay cómo negarla. El problema es que este vecino no es siempre ruidoso, es lo que se conoce como un "ruidoso oportunista". Sabe cuándo hacer ruido, y sabe cómo hacerlo. Entonces usted agarra su libro de 200 páginas titulado "La economía y yo: Historias del cambio socioeconómico en la República del Congo", y se dispone a empezar la primera de lo que, sabe, serán muchas páginas y horas de lectura.
Por supuesto, antes de empezar, viene el proceso pre-estudio, que, en resumidas cuentas, se trata de hacer tiempo antes de caer en lo inevitable. Y esto se logra buscando algún bocadillo para degustar durante la lectura, desconectando el teléfono, cerrando la puerta, prendiendo el ventilador, echando una meadita y mirando cómo ese mosquito intenta salir por la ventana sin darse cuenta que está cerrada. Finalmente, no importa cuánto se nos ocurra hacer, tendremos que empezar en algún momento, y creemos que, una vez compenetrados, no hay quién nos quite la concentración. Pero no es así. Justo cuando llegamos a la parte en la que agarramos el lapiz y pensamos "Esto pinta importante, yo lo marco para hacerme el groso", es que escuchamos un "Tum tum tum" sonando de algún lado. Pensamos no darle importancia, pero no podemos, nos está martillando el alma como cuando suena marcha y nosotros estamos al lado del parlante.
Señoras y señores, el ruidoso oportunista entra en acción. El hombre o mujer que comparte vivienda junto a la nuestra detectó que nos concentramos y no deseamos ser molestados, y aprovecha esa situación para arreglar ese cuadro de la cocina que su cónyuge le dijo, reiteradas veces, que debía reparar.
Nosotros pensamos "Está bien, ¿Cuánto puede tardar en poner un clavito?", pero no contamos con los factores que ésto conlleva, y es que el tipo puede errarle al clavo y darle en la mano; detalle que recién descubrimos al oir "Ay, mi dedo y la reputa madre!!!". Ahí pensamos: "Bue, es medio boludo, pero al menos ahora no va a seguir martillando".
Es verdad, el vecino calló. Pero ahora nuestro otro vecino, que también es ruidoso oportunista, empezó a escuchar su cumbia a todo lo que da. Y nosotros ya movemos las caderas sin siquiera quererlo, porque el ritmo nos llega tan fuerte que es imposible evitarlo.
Finalmente, agotados, desesperados y podridos, cerramos el libro, conectamos el teléfono, abrimos la puerta, tiramos las sobras del sandwich y puteamos al edificio, justo cuando el vecino decidió que el cuadro no quedaba bien en la cocina, y el otro prefirió escuchar un poco de música clásica.
Y después me preguntan por qué me va mal en los exámenes...

"El colmo de Batman es que le robin"... no, es demasiado malo.

viernes, diciembre 10, 2004

De cómo quedarse en casa que, al fin y al cabo, es más tranquilo.

En una ocasión hablé del problema que representa manejar en la Capital Federal. Tráfico por todos lados, unos que se te meten adelante, otros que no avanzan muy rápido porque, al parecer, llevan dinamita adentro y si ponen segunda, explotan. Es como si fueran esa película del autobús que no podía aminorar la velocidad o explotaba... creo que se llamaba "El autobús que no podía aminorar".
Pero ahora no voy a hablar de eso, sino de algo tan similar como lo mencionado, pero dirigido a un medio de transporte más utilizado: El peatón.
Caminar por la calle no es tan simple como podría sonar, y la prueba la tenemos un martes al mediodía en Florida y Lavalle. El tráfico humano es tal, que uno puede tranquilamente sentarse, hacerse un mate, jugar un ajedrez, mirar la novela, germinar un poroto y probar mezclar panchos con Bardahl mientras espera por poder dar dos pasos. Y aún si la misma está vacía, siempre encontramos aquellas dos viejas paquetas, que con sus sombreros pasados de moda, y sus paraguas a pesar de que no llueva, se paran en cada vidriera y comentan las mismas cosas: "Ay, Fernanda, mirá qué caro está ese tapado! Yo lo compré a mitad de precio!", aunque, en realidad, quien lo compró no fue ella sino su pobre marido Fabricio, que tuvo que laburar horas extras y entregar el culo 3 veces (de las cuales, la última, según me contaron, la disfrutó) para que su pobre mujer pueda disfrutar un tapado que únicamente usó en la fiesta de gala de Gente a la cual no estaba invitada, pero no quiso perdérsela para después poder salir en CQC con el subtítulo de "Vieja chapita".
Y claro, uno quiere pasar, pero esas viejas ahí no lo dejan. Uno se corre, y las viejas se corren. Uno vuelve, y las viejas vuelven. Hasta que uno finalmente se cansa, las empuja, y las viejas en el piso gritan "Ya no hay caballeros!". Sí, vieja, los hay, pero están esperando encontrar una dama para tratar bien, y no una vieja pelotuda que se cree dueña de la calle.
Entonces sigo caminando, y veo una escalera a lo lejos, y me imagino la reacción de algunos. Aclaremos algo antes de seguir: Yo no soy un tipo supersticioso, no creo para nada en amuletos y demás cosas. Sin embargo, respeto a quien lo crea. Pero algunos casos son extremos. Si veo una escalera a lo lejos, yo, que no creo, no tengo problema en pasar por debajo de ella, pero hay algunos que extremizan la situación, y para ambos lados. Aquél que cree en extremo, es capaz hasta de cruzar de calle con tal de evitar semejante situación (y ni que hablar si aparece un gato negro!). Aquél que, por el contrario, no cree en extremo, corre con ansiedad para pasar debajo de la escalera. No conforme con eso, vuelve atrás y pasa de nuevo. Repite la operación 5 veces más mientras el tipo que estaba arriba de la escalera lo mira con desconcierto, y le escupe en la cabeza a la 5ta vez. Eso que es mala suerte.
Finalmente uno llega a destino y jura que la próxima toma un taxi, pero entonces volvemos a la situación de la que ya hablé... sólo queda una solución: Alguien tiene que inventar el teletransportador. ¿Dónde está Spock cuando lo necesitamos?

¿Usted quiere saber qué sucedió con mi auto? Me alegra contarle que ahora está andando a la perfección, luego de un completo arreglo y una mañana bastante movida. Incluso anda mejor que antes, le diré.

En pocos minutos será mi cumpleaños. Si usted se había olvidado, sepa que lo odio, mas si usted lo recordó, sepa que lo adoro. Si usted, en cambio, no tenía ni idea... me decepciona...

"Donuts are like life. They're round on the outside and empty on the inside"

jueves, diciembre 09, 2004

De cómo terminar comprando una tarjeta de Movicom al pedo.

Ayer prometí contar la experiencia que sufrí en lo que suponía ser una simple salida, y soy hombre de palabra (aunque algunos dudan que sea "de palabra", y otros más audaces dudan incluso que sea "hombre").
Usted, querido lector, cuando termine de leer esta anécdota, quizás derrame alguna lágrima, pero será únicamente de risa, y será dirigida inmediatamente hacia mi persona. Es que hay días en que a uno las cosas, simplemente, no le salen bien.
Eran las 4:30 de la tarde, y yo me disponía a ir al gran shopping Abasto de la ciudad de Buenos Aires, cuna del tango y sede del arrabal que filetea las esquinas que supieron alojar el bandoneon, y ese fuelle que rezonga.
Me subo en mi bonito Vivace al grito de "Al Pablo-móvil!" y pongo primera sin demoras. Llegando ya a la avenida Juan B Justo, y casi cerca de Nazca, noto que mi autito empieza a actuar de manera extraña, entonces noto que, andando en cuarta, siento como si estuviera en tercera. Y en tercera, actuaba como si estuviera en segunda. Mi mente perspicaz no tardó en reaccionar. "Acercate a la vereda porque en cualquier momento... capum". Yo obedecí, porque, si bien podía ponerme a discutir con mi mente, no tenía ganas de hacerlo, y últimamente estábamos haciendo las paces.
Me arrimo, pues, a la orilla, mientras noto que el motor dice "No, flaco, yo te puedo alcanzar una cuadra a lo sumo, pero mucho más no". Entonces, con su último aliento, me gritó "Muero contento, hemos batido la crema", y se calló para siempre.
Y me encontraba yo ahí, en Juan B Justo, antes de cruzar Helguera, y con un auto que no reaccionaba. Pongo las balizas, para avisarle a la fila que estaba atrás que mi intención no era avanzar, y los amables conductores me saludaron con gesto amistoso, incluso algunos se acordaron de mi madre, mi tía, y una lora... pero si yo no tengo mascota...
Cuando noto que el auto, finalmente, no se va a dignar a arrancar, lo empujo un poquito y lo dejo estacionado. Gracias a Dios que era feriado, porque está demasiado prohibido estacionar en Juan B Justo, y otra vez no tenía ganas de visitar a la grúa (algún día les contaré eso).
Entonces me dirijo a un telefono público, a llamar a mi querida madre para avisarle que tiene que ir a buscar el auto. Por suerte encuentro uno de Telecom. Inserto monedas y cuando voy a marcar, veo que me dice "Crédito: $0.00". "Caray" atiné a decir, lamentando la pérdida de las monedas. Cruzo la avenida y voy a otro telefono. En este caso, de Telefónica (se ve que la avenida era el límite de las compañías). Inserto monedas, y la situación se repite. "Caramba!" grito con más fuerza. Entonces camino un par de cuadras, y entro en un locutorio. "Me llegan a cagar las monedas acá y me afano un caller ID", pensé. Por suerte esto no ocurrió, y pude contactar a mi madre. A todo esto, eran las 4:50 y yo tenía que estar en el Abasto a las 5. Era obvio que ya no llegaba a tiempo. Me tomé el 124 que, felizmente, me deja en la puerta, y llegué 5:20.
Para ese entonces, mi compañía asumo que estaba cansada de esperar, pero le agradezco que lo haya hecho.
¿Usted cree que la aventura terminó acá? Claro que no.
Llegamos a la cola del cine, rogando que quedaran entradas para Los Increíbles, la película que me disponía a ver. A mitad de la fila, el cartel electrónico avisa "Los Increíbles: LLENO".
¿Podría dejar de reirse de mí un segundo, y seguir leyendo, estimado lector? Gracias.
Al final, la desesperación del momento hizo elegir alguna otra opción para ver, y terminamos optando por "Cellular". La elección, debo admitir, fue muy buena, ya que la película es excelente. Muy divertida, y la recomiendo con ganas. Pero no es Los Increíbles...
A la salida quise llamar a mi casa para ver qué pasó con el auto, y no contestaba nadie. Cuando finalmente llego, veo el auto en la puerta. Al menos ya no se lo va a llevar la grúa.

Si usted quiere saber qué pasó con el auto, no se pierda el próximo episodio mañana, a la misma bati-hora, por el mismo bati-canal.

"La vida es una enfermedad de transmisión sexual"

miércoles, diciembre 08, 2004

De cómo saber la posta sobre los cuaques.

Ultimamente, se está haciendo muy común el uso de dos términos relacionados, para indicar sorpresa. El primero es "Chan", mientras que el segundo, aún más catastrófico, es "Lluvia de chanes".
Pero lo que me sorprende no es el Chan, ya que su origen lo conozco, y data del programa Indomables. Lo que me causa estupor es su hermano menor, el "Cuac".
Primera pregunta que surge aquí: ¿Qué es el "Cuac"?
Cuando una persona está diciendo algo, lo que sea, y otro contesta con una obviedad, o un chiste malo, pero malo con ganas, se considera obligatorio, responder con un "Cuac".
Ejemplo 1:
Ludovico: Che, cebá mate.
Bartolo: Chau mate!
Ludovico: ¡Cuac!

En tiempos de antaño, cuando el cuac no había sido inventado, se utilizaba un método aún hoy eficiente, pero algo antiguo, y que consistía en pegarle en la cabeza al autor de la situación ridícula. El mismo cayó en desuso luego de que un pobre obrero de una construcción haya tenido que ser internado, porque un compañero había utilizado este método sin avivarse que tenía un ladrillo en la mano.
Entonces, contestada ya la cuestión del "Qué", viene la pregunta del millón... el "Cuándo".
¿Cuándo nació el Cuac, y de dónde nació?
Por años, el hombre ha investigado, tratando de descifrar este enigma, y preguntarse cómo, lo que suponía ser reconocido como el graznido de un pato, terminó convirtiéndose en objeto de culto y método para identificar al que hace un chiste malo.
Tengo dos teorías para esto... una completamente ficticia, y otra que creo que es la posta. Usted sabrá diferenciar ambas.
En el año 1876, el doctor Fausto Von Obon, célebre diplomático inglés que, en sus tiempos libres, se dedicaba a la caza de animales salvajes, se retiró a sus aposentos luego de pedirle a su mayordomo Bradbury que le tenga lista la escopeta para ir de cacería al día siguiente. El viejo servidor del británico acató las órdenes de su amo, y se retiró a dormir. Al día siguiente ambos se fueron a cazar, provistos del arma preparada y con unos sanguchitos de mortadela que Bradbury hizo. Al momento de atacar, Fausto se sentó sobre la hierba, y observó a una manada de patos cruzando el lago con quietud y tranquilidad. Fue entonces cuando apuntó con su escopeta, y accionó el gatillo, mas nada ocurrió. Una vez más repitió la acción y nada. Bradbury lo miraba con intriga desde lejos. Fausto agarró, entonces, su arma, y se la apuntó a la cara, para mirar por el cañón, cuando, de repente, una bala salió disparada como al Pato Lucas cuando Bugs Bunny le decía "Oye, Lucas, se acabaron las balas". El disparo asustó a los patos, que volaron graznando, y Fausto Von Obon murió de inmediato. Bradbury, en cambio, se cagaba de risa de lo boludo que era su patrón. Y fue así como el "Cuac", sonido que se escuchó en ese momento, fue inventado.
La otra teoría dice, simplemente, que el "Cuac" es un sonido similar al que suena al apretar una bola de goma espuma (usualmente roja) que tenga dentro una cornetita, es decir, lo que usan los payasos en su nariz. Luego, cuando un payaso hacía un chiste malo, como ellos acostumbran hacer, sonaban su nariz y se escuchaba un "Cuac". De ahí, pues, el sonido.
Ahora, amigo, cuando usted diga "Cuac", sabrá realmente de qué está hablando. No me agradezca... bueno, mejor sí, agradézcame.

Pensaba contar también sobre mi experiencia hoy en el cine, pero me fui al carajo con la longitud del post así que lo dejaré para mañana.

"Mi inteligencia sobrepasa a muchos... incluso a mí."

lunes, diciembre 06, 2004

De cómo arruinarle la noche al prójimo.

Relatada ya mi experiencia en el recital de Norah Jones, quiero ahora hablar de aquello que no fue tan gratificante dentro del mismo... y eso es "el tipo que estaba sentado atrás". Claro que la posición puede variar, a veces el sujeto en cuestión puede estar sentado al lado, adelante, o encima nuestro, pero siempre existe ese hombre (o mujer, por qué no?) que hace lo imposible por impedirte disfrutar de un espectáculo.
En este caso particular, a mí me tocó uno atrás. Y no pude callarlo de ninguna forma, ni siquiera mirándolo con cara de "Me estás molestando" que es lo máximo que una persona puede hacer en una situación como esta. Claro, estaba oscuro, capaz ni me vio.
Este hombre, antes de que comience el recital, ya estaba denotando aires de superioridad, que yo, en un principio, confundí con simple amabilidad. Dos jóvenes quisieron sentarse en una punta, y el hombre les advirtió "No te conviene, ahí está la columna y no vas a ver nada". Parecía un buen tipo, pero la soberbia lo pudo más.
El recital comenzó... no se preocupe, querido lector, no voy a dar detalles del mismo nuevamente. En un momento, Norah mira hacia bastidores haciendo una seña con la cabeza, y el hombre atrás mío, que, seguramente, tenía conexión mental con la chica, le dice a la persona sentada a su lado "Es que no tiene retorno". Flaco... ¿Cómo sabés? ¿Quién sos? ¿Quién te conoce? ¿De qué te la das, pibe cantina?
Lo dejé pasar de puro bueno que soy... y porque, francamente, usted se pararía a cagar a pedos a un tipo en medio del recital? Yo tampoco.
Unos minutos después, cuando Norah habla con el público, el hombre de atrás contra-ataca. "No, no pude entender qué dijo... es que todos estaban gritando". Claro, flaco, no es porque realmente no entendiste qué dijo, es nuestra culpa por aplaudir a la mina en el escenario. ¡Muchachos, bajen el volumen que el señor quiere entender! ¿A quién se le ocurre aplaudir a una artista internacional? Tsé...
Luego, se ganó oficialmente mi odio cuando decidió armar un picnic en medio del recital... pero no un picnic con canastita, arbolito y Oso Yogi... no, el tipo tenía un bolsa de Coto que hacía más ruido que una sinfonía de excavadoras acompañadas de un quinteto de taladros; y a pesar de las constantes miradas fulminantes de mi parte y la de los que estaban a mi lado, él se empeñó en hacer una murga con ella. Les juro que lo único que le faltaba al quía era ponerse a escuchar a Victor Hugo Morales relatando Yupanqui - Muñiz en el medio del recital.
En definitiva, el hombre no llegó al punto de arruinarme el recital (con esa chica ahí, cantando, nada podía arruinarlo), pero sí que se empeñó.
Está bien, yo lo acepto, soy soberbio... pero en un recital me callo, la idea es disfrutar, no demostrar lo que sabés, o supones saber. Es como que en el cine yo esté diciendo "Ah, ves? Ahí eso es un disfraz, si mirás bien de cerca vas a notar el cierre".
Por supuesto, una vez que el recital terminó y las luces se prendieron, el hombre desapareció furtivamente y la pregunta quedó en mi mente, y quedará por siempre: "¿Existió realmente ese hombre, o fue solo mi imaginación?".
No, existió...

"Más vale pájaro en mano que padre a los 18 años."

De cómo amar a Norah Jones (impresiones de un recital espectacular)

Aviso especial al querido lector: Está usted a punto de presenciar al autor de este blog en su máxima expresión de fanatismo. Si tiene rencor contra Norah Jones, o simplemente no le interesa, se hará un favor a usted mismo salteando este post y retornando mañana por más aventuras. Caso contrario, por favor, siga leyendo, lo que viene a continuación será de su interés.

Domingo. 7:45 PM. Llego al Luna Park y veo una larga fila de personas. La recorro de principio a fin viendo la cara de cada uno de sus integrantes... no busco a nadie en particular, pero siempre es lindo toparse con una cara conocida. Más aún si esa cara está bastante cerca de la entrada y nosotros podemos meternos. Pero no, nadie conocido. Luego de dos cuadras de fila, literalmente, me coloco al final y espero que la misma avance. Afortunadamente no tuve que esperar demasiado. A la media hora, la gente estaba entrando al teatro. Tuve la fortuna de encontrar un asiento bastante bien ubicado, dentro de lo que era el sector barato, ya que tenía una perfecta vista del escenario entero, sin ningún elemento que obstruya, y un cómodo acceso a la pantalla, por si mis ojos se cansaban.
Luego de una larga espera hasta las 9:00 PM, horario en que la entrada anunciaba que comenzaría el recital, se apagan finalmente las luces. Un hombre con sombrero y guitarra aparece en el escenario, se presenta como Jesse Harris, y será quien nos entretenga un rato mientras Norah se prepara para salir a escena. Armado tan solo con su instrumento, una armónica, y su voz rara, este hombre toca una serie de temas, charla con el público, demostrando su poco conocimiento del español, y se retira; no sin antes tocar un par de temas extra: "Norah debe estar tomando una siesta" dice en inglés, y ofrece un tema completamente nuevo que compuso en Chile hace pocos días, donde compró su sombrero. Para mí todos los temas son nuevos... ¿Quién te conoce, man?
Y llegó el momento esperado, al fin. Con una camisa púrpura y una pollera negra, entra la señorita Norah Jones al escenario. Se ve preciosa. Podría tranquilamente tocar una de los Pitufos, que al público no le importaría. Empiezan a aplaudir todos eufóricamente tan solo por poder divisar a esta pequeña persona en el escenario. La cámara que proyecta en las pantallas enfoca su cara, donde se nota la alegría que la chica tiene. Y arranca el show. Norah nos deleita, primero, con "Turn Me On", para dar paso a una seguidilla de canciones de sus dos álbumes. "What am I to you" genera aplausos inmediatos desde sus primeros compases, mientras "Those Sweet Words" emociona a la audiencia.
Finalizados estos temas, la chica se presenta y saluda al público. "¿Cómo están?" dice, en un rústico español. "I'm bien", aclara, para luego agregar "My español is not bien". Dicho esto, sigue su repertorio con "The Prettiest Thing", "I've Got To See You Again", "Cold, Cold Heart" e "In The Morning", donde el baterista se luce por su talento, en un mini-solo. A continuación, el recital sigue con "Carnival Town", "The Nearness Of You" y "Humble Me", luego del cual se para en el medio del escenario, y dice que no nos ve. Unas cuantas luces apuntan al público, y ella respira aliviada. "Ahí están", comenta.
La música sigue, por supuesto, y esta vez con dos temazos que generaron aplausos inmediatos: "The Long Way Home" y "Don't Know Why".
Luego de este último tema, Norah se para en el centro, y empieza a contar una historia que involucra al viejo programa Sesame Street. "You know Sesame Street, right?" pregunta. Luego dice que ella estuvo con Elmo, y canta una pequeña versión modificada de "Don't Know Why" donde explica cómo supo el alfabeto gracias a este muñeco. "¿Qué pasa, Norah Jones?" (pronúnciese "Jones", y no "Shons") dice la chica que Elmo le preguntó, en perfecto español. "¿Qué pasa, Elmo?", le contestó ella. En el público, alguien le pregunta por Ernie, y ella contesta que no, con él no habló.
Entonces llegó el momento... mi momento... Norah dice "We thought this was too country... but we like country music", y al ritmo de palmas de los miles de asistentes, cantaron una excelente versión de "Creepin' In", para continuar, luego, con "Above Ground".
Llegado este punto, nuevamente se puso a conversar con el público, y contó que ayer a la noche fueron a ver un show de tango... "Tango shoes are the best shoes in the world", dice, para agregar "You should be proud!".
El recital sigue, con un tema con mucho ritmo, "Sunrise". Luego, "Come Away With Me", que genera los aplausos más sonoros al decir la primera frase. Finalmente, Norah presenta a los integrantes de su banda, y anuncia el último tema: "Bessie Smith".
La banda se retira, pero vuelve al minuto para hacer tres temas más: "Seven Years", tema que fue acompañado por un colorido juego de luces por parte del público, producto de los miles de celulares que hicieron las veces de "encendedor". Luego, un tema que, a mí entender, no podía faltar, que es "Lonestar". Y finalmente, "Las Vegas", tema que no salió en ninguno de sus álbumes.
El recital se termina, la chica saluda y agradece mil veces los aplausos... irradia hermosura en su cara, feliz por el resultado de la noche.
Y yo me retiro, muy contento, y con ansias de llegar a casa y escribir lo que usted acaba de leer.

"It was the best night ever"

sábado, diciembre 04, 2004

De cómo meterse en las conversaciones de otros.

Sujeto 1: Sí, es lo que yo decía. Con esto de la deforestación no van a quedar más árboles.
Sujeto 2: Completamente de acuerdo. Hay que preservar la naturaleza que es lo único que nos queda.
Entra el sujeto 3, y se mete en la conversación.
Sujeto 3: Sí, es verdad. Sin naturaleza no hay jugos, y los jugos son importantes para el crecimiento.

Siempre, en una conversación, hay un tercero que se mete y desvía el tema al carajo. Vamos a tratar de plantear el punto de vista desde dos perspectivas, la del individuo que ya estaba conversando, y la del que se mete a opinar.
La persona que ya mantenía una conversación, divisa a lo lejos al tercero en discordia, al cual, por cuestión de prolijidad, llamaremos Arnaldo. Este primer hombre, cuyo nombre en clave es Jonás, ve que Arnaldo se acerca, y su mente empieza a formular todo tipo de cuestiones. "Uh, no, ahí viene Arnaldo... rápido, buscate un tema de conversación que no sea desviable... mmmhhh... las amapolas! No, porque podría cambiar de flor y hablar del Truco después... la hambruna en Madagascar! No, va a salir con que no almorzó hoy, y encima voy a tener que invitarlo". Finalmente, al no ocurrírsele nada, Jonás acepta seguir el hilo de la conversación que ya mantenía, y atenerse a las consecuencias. Los resultados son completamente inesperados.
Por otro lado, Arnaldo divisa de lejos a Jonás y un amigo, y decide acercarse. "Ahí está Arnaldo! Y me estoy cagando de hambre... de alguna forma le voy a sacar el tema así me invita. Mmhhh... qué ganas de comer una napolitana".
Y después viene toda esa cuestión de caballerosidad, y eso de que no podemos decirle al tipo "Flaco, qué te metés?" porque no queda bien. Pero uno no es estúpido, y de alguna forma quiere retomar su conversación, y hacerle ver a ese Arnaldo que está sobrando. Entonces la inventiva presente en la mente de cada persona se levanta, agita su brazo con aire de "Señorita, quiero exponer mi punto de vista" e idea un furtivo plan para que las palabras que suenan en el aire, sin intención, se vayan transportando, lentamente, al tema al que se referían antes de la llegada del maldito de Arnaldo. Mientras Arnaldo, que no es ningún boludo, intenta contra-atacar haciendo uso de todo su poder mental.
A todo esto, el otro sujeto de la conversación, que llamaremos Abel, lo único que pensaba es "Mi vieja mula ya no es lo que era, ya no es lo que era, ya no es lo que era", y cada tanto asentía con la cabeza, para dar indicio de que estaba completamente atento a lo que los otros decían, pero realmente preguntándose si el último botón de su camisa debería estar abrochado o suelto.
Y finalmente Jonás termina pagándole un almuerzo a Arnaldo. Arnaldo termina presumiendo de su viaje a las Bahamas, y Abel se va de putas que, al fin y al cabo, era lo que quería hacer antes que el maldito Jonás se le pusiera a hablar.

Crédito especial a Marie que me sugirió el tema.

"The lioness has been reunited with her cub, and all is right in the jungle."

De cómo terminar agotado mentalmente (reseña del parcial de Algoritmos)

Ahhh, el agotamiento... yo no entiendo cómo la cabeza puede aguantar estar tanto tiempo sentado pensando en tres ejercicios pedorros.
La modalidad de evaluación de los quías es así: Son 3 ejercicios, de los cuales el primero es el pulenta, el que vale... es decir, podés tener el 2 y 3 como los Dioses, pero si el 1 está mal, cagaste. De hecho, en el mismo parcial aclaran: Para aprobar, es necesario tener bien el 1 y el 2, o el 1 y el 3... onda que el 1 pinta importante. Y claro, de las 5 horas que te dan para resolver el parcial, sugieren usar 3 horas para el primer ejercicio, y 1 para cada uno de los dos restantes. ¿Usted ya está medio perdido? Yo también.
Espere, porque hay más. El primer ejercicio, además, se divide en A y B, de los cuales A es el más jodido. ¿Qué recomiendan entonces los tipos? Hacé primero el 1 A. Después hacé el 2 y el 3, y finalmente, volvé al 1 B.
Yo agarré la hoja y me puse a leer... el 1 A parecía jodido, veamos el B... mierda... ¿El 2? A la pipeta! ¿Y el 3? Mmmhhh... el 3 me sonaba de algún lado...

Bueno, entonces es hora de empezar a ponerse las pilas, ya son las 9:10 y tengo tan solo 4 horas y 50 minutos para terminarlo.
¿Usted alguna vez cursó Algoritmos? ¿No? Buenísimo, entonces esto le va a provocar una sonrisa. ¿Sabe usted qué me pedía el primer ejercicio? Me pedía diseñar una estructura que permita administrar las giras que hace un músico, con sus distintos recitales, sus canciones y sus partituras. El músico tenía un nombre raro... Sraeps Yentirb. Una mirada más diabólica podría llegar a suponer que se trataba de Britney Spears boca abajo (como todos los hombres la quieren ver).
Luego de muuucho tiempo de pensar, y de bancarme al profesor corregir cosas en el momento (será que los tipos no leen los parciales cuando los hacen?), finalmente se me ocurrió cómo resolverlo... Dios sabrá si está bien.
Hora de pasar al 2 y el 3, que, si bien pierden importancia frente al primero, siguen siendo vitales para aprobar.
El segundo ejercicio hablaba de tapones y agujeros (sí, amigo, estoy estudiando Computación. ¿No se nota?). Me llevó un rato largo y una larga consulta al profesor entender, siquiera, qué me estaban pidiendo hacer.
Y el tercer ejercicio... mamita! Digamos que yo tenía una idea de cómo resolverlo, pero digamos también que esa idea estaba absolutamente mal, y tuve que repensarla de nuevo. Terminé poniendo barbaridades que, espero, tengan coherencia.
En resumen, querido lector, me tienen agarrado de las bolas. Si me va mal, perdí la materia... eso sí, la nota la peleo a muerte. La semana que viene sabré los resultados, hasta entonces, recemos...

"Un árbol binario no es como un árbol n-ario... los caminos se bifurcan para todos lados"

viernes, diciembre 03, 2004

De cómo estar podrido de la facultad.

Estoy cansado... cansado, nervioso, ansioso, podrido, agotado y varios adjetivos más. Mañana tengo que rendir un recuperatorio con el cual, me vaya bien o mal, finalizo, por fin, una de las materias más agotadoras que tuve en mi vida (corrección: La más agotadora).
Cansado, porque ya estudié lo que considero como suficiente, y no tengo ganas de ver un solo ejercicio más.
Nervioso, porque es un recuperatorio, de cómo me vaya depende la materia entera. Si apruebo, terminé y solo me resta rendir el final; si, en cambio, no apruebo, tengo que someterme a sufrir todo esto nuevamente.
Ansioso, porque es el sentimiento que me corroe siempre antes de un examen, sólo pienso en el momento en que lo termino y por fin puedo descansar.
Podrido, porque, bueno, estoy podrido...
Agotado, por lo que ya mencioné... esta materia es muy agotadora, me dejó exhausto.
Solo quiero rendir este parcial y empezar mis vacaciones de una vez, que, por primera vez en la vida, realmente las merezco.
A su vez, no quiero enfrentar el parcial, porque son 5 horas de estar sentado tratando de pensar hasta el hartazgo. Y sí, señor lector, 5 horas dura... y créame, a veces no alcanzan...
Me duele bastante la cabeza y lo único que quiero ahora es dormir, pero es demasiado temprano para hacerlo... si usted, querido lector, esperaba leer comentarios graciosos el día de hoy, lamento defraudarlo... mañana me va a ser más fácil, seguro la tardenoche me encontrará de mejor humor.
Si algo me reconforta y me genera más ansias, es que el domingo voy a ver a Norah Jones. Eso es motivación.

"No quiero estudiar, I wanna go home"

jueves, diciembre 02, 2004

De cómo volverse fanático en 10 simples pasos.

El sábado estaba aburrido, como suelo estarlo bastante seguido, y se me ocurrió entrar a la página de Cablevisión (ah, sí, porque yo soy un loco bárbaro). Pasa que los quías, una vez por mes, hacen como 4 ó 5 sorteos de lo que sea, y yo, como es gratis y requiere un mínimo de esfuerzo, me anoto en todas. Fue así como he ganado productos que van desde entradas para la avant-premiere de "Freaky Friday" (dios mío, qué película mala, y encima en castellano!) hasta un video de la película "La mansión embrujada" que los guachos nunca me dieron (ni tampoco me calenté en reclamar). La cuestión es que, en esta ocasión, entre otras cosas, los muchachos sorteaban entradas para ver a Norah Jones en el Luna Park, además de un CD y un DVD para aquél que resulte agraciado. Como yo me anoto en todo lo que ellos sortean (incluyendo una camiseta del Beto Acosta, que me importa tanto como la cotización de la bolsa en el mercado de Quito), me anoté también en este. "En una de esas gano", me dije.
Al momento de enviar el formulario, que requería contestar dos preguntas sobre la muchacha, me dije "Bueno, ya que entré a la página para encontrar la respuesta a las preguntas, podría escuchar un tema, a ver qué onda". Cabe aclarar que yo, hasta el momento, no conocía absolutamente nada de ella.
Bueno, voy a la sección "Media" de la página oficial, y veo que ofrece para escuchar un fragmento de cada tema, entonces elijo uno de título "Creepin' In". ¿Por qué? Ni idea, será el destino.
La cuestión es que el tema me gustó, y me gustó mucho. Entonces decidí bajar el álbum nuevo, a ver si corría la misma suerte, pero al toque me doy cuenta que la mina no tenía muchos discos, entonces decidí directamente bajar todos, es decir, sus dos discos y otros dos más en vivo. Y uno más con demos llamado "First Sessions". Y debo admitirlo, me fascinó... yo sabía que me iba a gustar porque la mina toca el piano, y esa es mi debilidad, pero no creí que me gustaría tanto. Es impresionante la voz que tiene.
A todo esto, ahora yo ya estaba emocionado y con ganas de ganarme esas entradas, pero claro, el azar nunca fue amiga mía, así que recurrí a varios amigos de todas partes (y usted, quizás, fue uno de los que molesté) para que se anoten y me regalen las entradas si ganaban.
Aún así, no gané... maldito Cablevisión... pero a esta altura, no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de ver a Norah Jones en vivo, considerando que es muy poco probable que vuelva pronto, así que hoy me fui al Luna Park, con los $50 de la entrada más barata en el bolsillo, y los dedos cruzados rezando de que quedaran entradas (por si el lector no lo sabe, los recitales son este sábado y domingo). Esta vez la suerte sí estuvo de mi lado, porque conseguí la entrada, este domingo voy a verla, y estoy re contento.
Y pensé que usted, querido lector, merecía saber esto. ¿Por qué? Porque es mi blog y digo lo que quiero, y tenía ganas de expresar mi alegría.
Por cierto, el padre de Norah Jones es Ravi Shankar y el que escribió el tema "Melancholia", al cual ella le agregó letra y renombró como "Don't miss you at all" se llama Duke Ellington. Esas eran las preguntas que hacían los de Cablevisión.

"And once it has begun, won't stop until it's done... sneakin' in."

miércoles, diciembre 01, 2004

De cómo rascarse con propiedad.

No hay actividad más placentera para el ser humano que rascarse una comezón. Y reto a cualquier a que me lo niegue. En cuanto sentimos que un brazo empieza a picar, por un lado nos ponemos mal por la molestia que aflige nuestro cuerpo, pero por el otro lado, una sensación de bienestar nos corroe la mente... sabemos lo lindo que se siente rascarse. Y entramos a darle a la uña, pataleando de placer como si estuviéramos acariciándole la espalda a un perro (en este caso es el perro quien patalea, por supuesto). Sin embargo, de repente nos detenemos, y todo por ese maldito mito: "Cuanto más te rasques, más va a tardar en dejar de picarte". Quiero decirles acá, por medio de este hermoso acto, que eso es una vil mentira. Yo, como buen científico, he investigado en las mejores universidades de Rascología y Comezonia del país. He ido a varios simposios interdisciplinarios y he participado de interesantes debates, para llegar a resultados asombrosos. En primer lugar, experimenté con un grano producto de picadura de hormiga. El objeto de investigación "A" no ha sido rociado con ningún producto, ni ha tenido contacto con una uña. Luego de 3 semanas, el susodicho había desaparecido. Procedí a abrir paso a la investigación "B", para lo cual tuve que contar nuevamente con Ernestina, la hormiga. En este caso el grano fue tratado con Caladryl, pero aún sin ser rascado. El mismo desapareció a las 2 semanas, previo aviso mediante telegrama postal en el que rezaba "Me voy a la mierda. STOP. Estoy podrido de que me mojen con esa cagada. STOP. El grano. STOP. REW.".
Procedí, pues, a llevar a cabo la investigación... ¿Cuál seguía? Ah, sí, la "C". Ernestina picó nuevamente y el grano esta vez fue rascado hasta el hartazgo. Pus y sangre fueron la delicia del brazo que, mediante semejante combinación rojiblanca, parecía hincha de Estudiantes de la Plata. A las 2 semanas y media, el grano había desaparecido, y en su lugar había un cartel que decía "Se alquila. Gratis o mejor oferta".
Esto me llevó a concluir que, no importa cuánto te rasques, eventualmente se va a ir. Entonces desmitifico el mito aquél, diciendote, hermano: Si te pica, rascate. Si conseguís quien te rasque, mejor, menos esfuerzo. Si encontrás un tenedor, dale gas. Si sale sangre, ponete curita, esperá unas horas y dale de nuevo, porque nada más placentero, para el que gusta de rascarse, que ver que el granito se ha regenerado y podemos volver a rascar.
Soy Leonard Nimoy y esto ha sido "Desmintiendo mitos". En nuestra próxima edición: "Si mezclas sandía con vino, te agarra un patatus". Siga en sintonía.

"That's the second biggest monkey head I've ever seen!"