lunes, diciembre 06, 2004

De cómo arruinarle la noche al prójimo.

Relatada ya mi experiencia en el recital de Norah Jones, quiero ahora hablar de aquello que no fue tan gratificante dentro del mismo... y eso es "el tipo que estaba sentado atrás". Claro que la posición puede variar, a veces el sujeto en cuestión puede estar sentado al lado, adelante, o encima nuestro, pero siempre existe ese hombre (o mujer, por qué no?) que hace lo imposible por impedirte disfrutar de un espectáculo.
En este caso particular, a mí me tocó uno atrás. Y no pude callarlo de ninguna forma, ni siquiera mirándolo con cara de "Me estás molestando" que es lo máximo que una persona puede hacer en una situación como esta. Claro, estaba oscuro, capaz ni me vio.
Este hombre, antes de que comience el recital, ya estaba denotando aires de superioridad, que yo, en un principio, confundí con simple amabilidad. Dos jóvenes quisieron sentarse en una punta, y el hombre les advirtió "No te conviene, ahí está la columna y no vas a ver nada". Parecía un buen tipo, pero la soberbia lo pudo más.
El recital comenzó... no se preocupe, querido lector, no voy a dar detalles del mismo nuevamente. En un momento, Norah mira hacia bastidores haciendo una seña con la cabeza, y el hombre atrás mío, que, seguramente, tenía conexión mental con la chica, le dice a la persona sentada a su lado "Es que no tiene retorno". Flaco... ¿Cómo sabés? ¿Quién sos? ¿Quién te conoce? ¿De qué te la das, pibe cantina?
Lo dejé pasar de puro bueno que soy... y porque, francamente, usted se pararía a cagar a pedos a un tipo en medio del recital? Yo tampoco.
Unos minutos después, cuando Norah habla con el público, el hombre de atrás contra-ataca. "No, no pude entender qué dijo... es que todos estaban gritando". Claro, flaco, no es porque realmente no entendiste qué dijo, es nuestra culpa por aplaudir a la mina en el escenario. ¡Muchachos, bajen el volumen que el señor quiere entender! ¿A quién se le ocurre aplaudir a una artista internacional? Tsé...
Luego, se ganó oficialmente mi odio cuando decidió armar un picnic en medio del recital... pero no un picnic con canastita, arbolito y Oso Yogi... no, el tipo tenía un bolsa de Coto que hacía más ruido que una sinfonía de excavadoras acompañadas de un quinteto de taladros; y a pesar de las constantes miradas fulminantes de mi parte y la de los que estaban a mi lado, él se empeñó en hacer una murga con ella. Les juro que lo único que le faltaba al quía era ponerse a escuchar a Victor Hugo Morales relatando Yupanqui - Muñiz en el medio del recital.
En definitiva, el hombre no llegó al punto de arruinarme el recital (con esa chica ahí, cantando, nada podía arruinarlo), pero sí que se empeñó.
Está bien, yo lo acepto, soy soberbio... pero en un recital me callo, la idea es disfrutar, no demostrar lo que sabés, o supones saber. Es como que en el cine yo esté diciendo "Ah, ves? Ahí eso es un disfraz, si mirás bien de cerca vas a notar el cierre".
Por supuesto, una vez que el recital terminó y las luces se prendieron, el hombre desapareció furtivamente y la pregunta quedó en mi mente, y quedará por siempre: "¿Existió realmente ese hombre, o fue solo mi imaginación?".
No, existió...

"Más vale pájaro en mano que padre a los 18 años."

5 comentarios:

Marita dijo...

Que tiene de malo llevarse algo para comer en un recital? O al cine si vamos al caso... A veces a uno le dan ganas de algo dulce en medio de la pelicula...
NO TE QUEJES! BIEN QUE TE COMISTE LOS CARAMELOS CARAJO!!!!

Cosme Fulanito dijo...

Pero aún así hacías ruido, y era molesto!!
Pero eso demuestra mi punto... ¿Te acordás del nene que estaba atrás y contaba toda la película?

Marita dijo...

No, la verdad es que no me acuerdo.. Tal vez es un problema tuyo. Le prestas demasiada atencion a las cosas que no deberias y poca a las que si... En resumen... es todo tu culpa.

Anónimo dijo...

El problema del que hablás solamente lo tenemos las personas mas odiosas, deleznables y meticulosas del universo...asi es que te encuentras en problemas, amigo!

Eso sí, somos los mejores tipos, pero esos defectos son incurables. ;)

Cosme Fulanito dijo...

¿Delez qué?